TADEO HAËNKE, NATURALISTA EN EL VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO
DE LAS CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA,
AL MANDO DE D. ALEJANDRO MALASPINA DESDE 1789 A 1794.
Tadeo Haenke o Thaddäus Peregrinus Xaverius Haenke (Bohemia 1761 - Cochabamba 1817) |
En el plan y propuesta de un viaje científico alrededor del mundo dirigidos al Ministro de Marina, D. Antonio Valdés, por los capitanes de fragata D. Alejandro Malaspina y D. José Bustamante en el mes de Septiembre de 1788, decían que la Real Armada podría suministrar todos las sujetos necesarios á la Comisión, menos dos botánicos ó naturalistas y dos dibujantes de perspectiva .
Aprobado en todas sus partes el proyecto y elegido el personal, de los ramos de Historia natural se encargó al teniente coronel D. Antonio Píneda, que aun no perteneciendo á la Armada (empezó su carrera en las Reales Guardias de Infantería española) en ella había servido, asistiendo -al ataque de Gibraltar en la batería flotante Pastora y al combate naval de Cabo Espartel en la escuadra de D. Buenaventura Moreno, continuando hasta que, firmada la paz con Inglaterra, dedicó su atención á los estudios de Física é Historia natural con aprovechamiento y crédito.
Especialistas botánicos de superior concepto fuá lo que no pudo encontrarse entre el personal de la Milicia de mar y tierra, por lo que acudió el Gobierno en su demanda al extranjero, y la
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Universidad de Viena propuso y recomendó al profesor Tadeo Haënke, nacido en Treibltz (Bohemia) en 1761 ; que contaba, por tanto, á la sazón, 28 años de edad, pero que gozaba de mucha consideración .
Durante el viaje mereció constantes elogios como explorador activo, como cuidadoso colector y preparador de especies desconocidas en la Fauna y la Flora: las páginas del diario de su jefe, Malaspina, consignan á cada paso actos de las investigaciones del naturalista extendidas al terreno de la Geografía y de la Etnografía y aun á otros en que se revelaba su cultura . Estando en el archipiélago de Nutka, por ejemplo, anotó D . Alejandro haberse aproximado á la popa de la corbeta una canoa con tres mujeres que entonaron un canto bastantemente melodioso "que D. Tadeo Heenke copió con su natural exactitud e inteligencia en la musica"
Es de observar que Heenke escribió siempre por apellido del botánico, probablemente porque así sonaría en la pronunciación; el interesado firmaba Haënke, conservando la diéresis sobre la primera e aunque no fuera necesaria en la escritura castellana .
No deja de apuntar tampoco Malaspina que, habiendo muerto repentinamente en la isla de Luzón D . Antonio Pineda, erigido que fué en las cercanías de Manila un monumento fúnebre á su memoria, redactó Haënke la inscripción latina como sigue :
ANTONIO PINEDA
TRIBUNO MILITUM
VIRTUTE IN PATRIAM, BELLO ARMISQUE, INSIGNI,
NATURAE DEMUM INDEFESSO SCRUTATORI.
TRIENNII ARDUO ITINERE, ORBIS EXTREMA ADIIT,
TELLURIS VISCERA, PELAGI ABYSSOS, ANDIUMQUE CACUMINA LUSTRANS,
VITAE SIMUL ET LABORUM GRAVIVM
DIEM SUPREMUM OBIIT IN LUCONIA FILIPPINARUM
VI KALENDAS JULII 1792 .
PRAEMATURAM OPTIMI MORTEM
LUGET PATRIA, LUGET FAUNA, LUGENT AMICI
QUI HOCCE POSUERE MONUMENTUM .
Por fin, hallándose en el puerto del Callao disponiendo el viaje de regreso á España por el Cabo de Hornos, escribía el 7 de Agosto de 1792 :
«El destino de los naturalistas era punto que debía ocuparnos seriamente; uno y otro igualmente infatigables, inteligentes y útiles, hubieran al mismo tiempo sufrido inútilmente los trabajos de nuestras navegaciones próximas y sacrificado una estación entera, mientras las partes interiores de la América meridional estaban aún desconocidas para las ciencias físicas y particularmente para la botánica. Quedó, pues, decidido con aprobación del señor Virey, que D . Tadeo Heenke caminaría á Buenos Aires por Huancavélica, el Cuzco y Potosí, atendiendo no sólo á la botánica, sino también á la zoología y litología, á cuyo fin le acompañaría, en clase de disecador, el artillero de mar Jerónimo Arcangel, de la Descubierta, y por la extensión del país que había de recorrer y por la importancia de los conocimientos que podía producir, tuvo permiso en sus instrucciones para dilatar la llegada á Buenos Aires hasta Octubre ó Noviembre del año siguiente de 1794."
Volvió á ocuparse el marino de los trabajos del naturalista al formar en Madrid el plan de narración del viaje, que había de componer seis ó siete tomos en folio. El segundo abrazaría en sí materias amenas ó instructivas, comprendiendo como parte esencialísima las observaciones locales del coronel D. Antonio Pineda, las de los hábiles naturalistas D. Tadeo Heenke y D. Luís Nee, «pero siempre desprendidas de aquellas descripciones nimias y ordenadas que corresponden más bien al estudio científico de la Historia natural y deben, por la misma razón, formar una obra separada.»
«Luego que regrese D. Tadeo Heenke -añadía- el cual ha recorrido por un año más la América meridional con indecible ventaja de los varios ramos de la Historia natural, serán públicas igualmente las colecciones botánicas y zoológicas que ha formado, y describirá á la par con el otro botánico D. Luis Nee. Tal vez no sería aventurado el asegurar que las colecciones formadas en el viaje son las más selectas que existen en el día, por las rarezas, variedad y número . El de las plantas no es, ciertamente, menor de 14.000.
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»Describirá después el mismo Heenke, con la elegancia que le es propia, los importantes países que ha recorrido últimamente en los vireinatos del Perú y Buenos Aires, penetrando á Guamanga y Guancavélica, el Cuzco, Arequipa, la Paz, Potosí, los Yungas, Chucuito y el fértil país de los Moxos; las antigüedades Peruleras, estudiadas ahora en el Cuzco, darán nuevo material para conocer la arquitectura de aquellos pueblos, á la par de la arquitectura mexicana . . .»
Entraba en el tomo primero la descripción de Chile: sus naturales de toda especie, su suelo, sus manufacturas, su temperamento, minas, comunicaciones interiores con el Perú y las provincias del vireinato de Buenos Aires, Mendoza, San Luís de la Punta y las Pampas. Item, descripción de Lima, sus costumbres, los colonos, los negros, los indios; mezcla de castas, influjo de las costumbres de la capital sobre toda la costa, etc., obras preparadas asimismo en los manuscritos y diarios de Heenke.
Desgraciadamente no pasó de proyecto el del ilustrado circunnavegante. D. Martín Fernández de Navarrete lo refería en estos términos (1).
«El viaje de Malaspina es el más brillante testimonio que á fines del siglo pasado dió nuestro Gobierno del laudable interés que se tomaba en aumentar los conocimientos de la ciencia de nuestro globo . . .
»Útil para el mundo y honroso para la nación española hubiera sido la publicación de este viaje, coordinado por los oficiales de la expedición y sabios que los acompañaron; pero por un trastorno de ideas inconcebible, las resultas de la desgracia, causa y prisión de su comandante Malaspina, alcanzaron á una empresa que nada tenía que ver con sus supuestos crímenes, y en odio del autor o jefe de la expedición, se sepultaron todos los trabajos propios de los hombres científicos y aplicados que llevó á sus órdenes. Mucho costó sacar de manos de los escribanos y gentes que entendieron en el proceso, los diarios, derroteros y descripciones del viaje. El que suscribe tuvo la satisfacción de contribuir
(1) Me propongo ampliarlos en el tomo VIII de mi historia de la Armada española
desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón.
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eficazmente á lograrlo, á reunir cuantos papeles se pudo, y depositarlos en la Dirección de Hidrografía que se instituyó entonces, cuyas tareas debían comenzar por las cartas y demás trabajos marinos de esta expedición... Quedáronse sin imprimir todos los derroteros y excelentes relaciones del viaje, llenas de luminosas observaciones astronómicas y mineralógicas, de descripciones físicas y políticas, y de nociones nuevas sobre la Historia natural de los países recorridos.»
Con los papeles rescatados, mínima parte de los que estaban reunidos y clasificados, formó D. Pedro Novo y Colson un volumen que ofrece todavía idea de lo que la obra proyectada hubiera sido(1); del resto ni el paradero se sabe, disperso según las probabilidades. Dos de las obras de Haënke expresamente citadas por Malaspina, Descripción del Perú y Descripción del reino de Chile, aparecieron en el Catálogo de manuscritos españoles del British Museum de Londres señaladas con el núm. 17.592. El Gobierno peruano mandó sacar copia de la que directamente le interesaba, y con buen acuerdo, por iniciativa del director de Fomento, don José Balta, acaba de imprimirla en Lima (?) . En el prólogo se dan noticias de utilidad para extender la biografía del autor, como acreditan las que á continuación extracto .
Cuando las corbetas Descubierta y Atrevida salieron del puerto
(1) Viaje político-científico alrededor del mundo por las corbetas DESCUBIERTA y
ATREVIDA al mando de los capitanes de navío D. Alejandro Malaspina y D. José de Bustamante y Guerra, desde 1789 a 1794. Publicado con una introducción por D. Pedro de Novo y Colson, teniente de navío, académico correspondiente de la Real de la Historia . Madrid, 1885. En fol. xxxi-681 págs .
En nota final transcribe carta de D. Felipe Bausá á D. José de Espinosa (ambos oficiales de las corbetas) tratando de los preparativos de publicación con fecha 9 de Enero de 1795, y entre otras cosas decía:
«Yo apruebo la resolución de V. m. y mucho más con este desbarajuste; cada momento se piensa una cosa y en nada hay orden. Fabio está encargado de los Derroteros; por mi parte hay que fundir las cartas y quedar en las longitudes que incluyo á V. m.; por fortuna dejan á mi arbitrio y sin responsabilidad el manejo de ellas: haré todo lo posible para que no les falte nada, y si V. m. me insinúa ó advierte algunas cosas, no vendrán fuera del caso. El cómputo de toda la obra, con 70 cartas y 70 láminas y figuras y siete tomos, asciende á DOS MILLONES DE REALES.»
(2) Descripción del Perú por Tadeo Haënke, socio de las Academias de Ciencias de
Viena y Praga
. 1901. Imprenta de El Lucero. Lima. En 8.°, xiii-320 págs. y retrato
del autor.
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del Callao quedó Haënke en tierra con la salud quebrantada. Los médicos de Lima le recomendaron para convalecencia el clima de Chile, y obtenido permiso del Virey, se embarcó el 16 de Octubre de 1793 en la fragata mercante Águila y acabó el viaje en el puerto de la Concepción ó Talcahuano en Enero de 1794 .
A fines de este año principió las exploraciones que le estaban encomendadas, por los ríos Boni [sic] y Mamoré, y en el, siguiente de 1795 fijó la residencia en Cochabamba, donde adquirió ó formó una valiosa hacienda á que puso nombre de Santa Cruz de Elicona. Consagróse allí al arreglo de sus notas de viajero, concluyendo las siguientes obras manuscritas :
1 . Introducción á la Historia natural de Cochabamba.
2 . Descripción del reino del Perú .
3 . Descripción del reino de Chile.
4. Memoria sobre el Marañón y sus afluentes.
5 . Observaciones sobre el volcán de Arequipa.
6 . Estudio de las aguas termales de Yura.
7 . Descripción de las montañas de indios yuracares.
8 . Articulos sobre el molle y sobre un arbusto alcanforado.
9 . Itinerario de Oruro á Jujuí.
10 . Planos de Chulamani y Omasuyos.
El periódico Minerva peruana, publicado en Lima el 13 de Julio de 1809, dio testimonio de otras ocupaciones al noticiar queven la provincia de Tarapacá se había descubierto nitrato de soda en terreno que abarcaba unas 30 leguas: que durante diez años trabajaron químicos intentando separar la soda ó álcali mineral para convertirla en nitrato de potasa, y que habiendo acudido á D. Tadeo Haënke, que vivía en Cochabamba ocupado en la botánica y con renta por el rey, practicó la separación y enseñó el beneficio, anunciando que produciría grandes provechos y que el salitre constituiría una riqueza considerable, pues habría de explotarse en grandes cantidades.
El augurio se realizó medio siglo después, llegando á ser portentosa la producción salitrera de Tarapacá.
Con fecha 25 de Enero de 1810 transcribió el virey de Buenos Aires al intendente de Cochabamba, Real orden así concebida :
«Con noticia de que el naturalista botánico de nación alemana,
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D. Tadeo Haënke, destinado que fue á la vuelta del mundo por el Ministerio de Marina, reside ha más de dieziseis años en la jurisdición de la Intendencia de Santa Cruz de la Sierra, gozando indebidamente el sueldo que se le asignó, ha resuelto el Rey nuestro señor D. Fernando VII, y en su real nombre la Junta Suprema gubernativa de estos y esos dominios, que inmediataniente disponga V. E. su regreso á esta Península, y de orden de S. M. lo participo á V. E . á fin de que disponga el cumplimiento.»
Representó el interesado por conducto del aludido intendente solicitando prórroga en términos que interesan (1).
Señor Gobernador Intendente:
D. Tadeo Haënke, naturalista botánico residente en esta ciudad, como más haya lugar en derecho, ante V. S . parezco y digo :
Que con motivo de habérseme destinado por el Ministerio de Marina á la vuelta del mundo, con el sueldo y gratificación de un mil ochocientos pesos anuales, al arribo de las corbetas Descubierta y Atrevida desde las Filipinas á esta América, se me destinó por su Comandante, y con anuencia del Virey de Lima, á continuar mis investigaciones de Botánica e Historia natural por las provincias interiores de este vasto Continente, y me he mantenido en ellas ha el espacio de diez años, sin otro objeto que el de corresponder á la alta confianza que se hizo de mi persona y tales cuales cono cimientos, en el modo más prolijo, ingenuo, claro y luminoso.
Cuantas hayan sido mis excursiones, mis trabajos, lucubraciones y fatigas, no es preciso que yo lo diga. A todo el reino hago testigo, y mucho más á este gobierno á quien le consta que, entregado á continuas agitaciones, no he sido dueño de mis días sino para consagrarlos al tan útil cuanto importante objeto de mi encargo. De modo que puedo decir con toda verdad, y sin encarecimiento, que yo abandoné el delicioso regazo de mi madre patria, la protección de un príncipe soberano, un destino ventajoso y honorifico, y las dulzuras de una familia que tiernamente
(1) Se publicó la representación en los Anales de la Biblioteca de Buenos Aires y se
ha reproducido en el prólogo de la obra de referencia.
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me amaba, para mantenerme con el amargo pan que me ha proporcionado la Providencia en la penosa ocupación á que se me destinó. En un continente en donde la variedad de climas y la asombrosa diversidad de sus plantas y producciones, en los reinos animal, vegetal y mineral, presenta una fuente de abundancia donde pueden hallarse y se hallan preciosos, inestimables tesoros, capaces de prolongar por mucho tiempo la corta duración de nuestra vida ¿qué lugar por más recóndito, qué clima por más rígido, ardiente é insano, y qué camino por más áspero y fragoso que haya sido, no se han hecho para mi teatro de mis investigaciones botánicas? ¿Cuántos cientos y aun miles de leguas habré tenido que andar á pie herborizando, atropellando los más inminentes peligros, sin dar descanso ni á mis fatigados miembros ni á mis cansados sentidos, empleado siempre en descubrir las propiedades de las plantas, ya por la vista, ya por el olfato, ya por el gusto, y ya por observaciones químicas? A estas incesantes tareas, solicitudes y desvelos, que han gastado mi salud y consumido mi vida, ha debido este reino (en los tiempos más críticos en que por estar obstruidos los mares, con motivo de las guerras que no han cesado, no podían venir de Europa medicamentos) el que se hubiesen surtido y proveído sus boticas de muchas sales, yerbas, extractos y espíritus que he elaborado en los momentos destinados á mi descanso, á precios más cómodos y equitativos que los que corrían, logrando la utilidad y ventaja de tenerlas más activos y eficaces, por no estar disipados. Esto es á más de haber sido mi casa el refugio de los menesterosos, quienes han encontrado en mi compasión el más pronto auxilio á sus dolencias, sin tener que gastar un cuadrante en los medicamentos precisos á su curación, que graciosamente les he franqueado. Por estos principios y por una conducta pura, desinteresada é infatigable en el cumplimiento de mis deberes (ya me es preciso decirlo, á pesar del rubor y encogimiento que me causa el ser yo mismo quien recomienda mis méritos) he logrado, no sólo la mejor aceptación de las personas y de los Cuerpos de mayor representación del reino, sino que también me hubiesen llenado de elogios . Así lo verá V. S. por la adjunta Minerva que vino de la ciudad de los Reyes y se dio á luz el 15 de Julio del pasado año de 1809, donde se describe
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el importante descubrimiento que se hizo en las costas de Tarapacá, de la Intendencia de Arequipa, del nitro cúbico que, por la proporción teórica y práctica de mis luces y conocimientos, pudo reducirse y se redujo á nitro prismático, materia tan importante y necesaria para la fábrica de pólvora y para la medicina, sin que lo interesase en más que en ser el instrumento de que reportase el público y el Estado un beneficio tan grande como el queballí se pondera. Este casual acontecimiento que obligó á D. Matías de la Fuente á venir en mi solicitud hasta los desiertos e inhabitables montes de Santa Cruz de Elicona, puso á la ilustrada ciudad de los Reyes en conocimiento de que no he perdido de vista el cumplimiento de mis obligaciones en ningún paraje ni situación, abriéndole margen á aquel periódico para terminar con expresiones para mí tan honrosas como halagüeñas. Pero no sólo dentro de la esfera de mi profesión he procurado á la humanidad los posibles auxilios, mas también me he consagrado, en alivio del público, á ocupaciones agenas de mi incumbencia, según le consta á V. S. y á toda esta ciudad, donde antes que llegase á ella la expedcción filantrópica dirigida por la piedad del Rey para la propagación de la vacuna, yo introduje esta operación ya en el año de 1806, y me atareé en ella andando por calles y plazas, sin recompensa, gravamen ni molestia de los vecinos, y antes teniendo que costear los vendajes, de modo que cuando vino dicha expedición, ya encontró en la mayor parte cumplido el objeto de su comisión . El mismo año de 1806, con motivo de la invasión de la capital de Buenos Aires por los ingleses, escaseando la pólvora, se me comisionó por este gobierno á instruir los oficiales de su fábrica, en las reglas y principios de la purificación de los salitres, y de la exacta proporción de los ingredientes para elaborarla de superior calidad, como se verificó. Si fuera á archivar los beneficios y utilidades que he procurado á este reino, dando sobre cada uno de los hechos que adujere las más cumplidas justificaciones, abusaría de la paciencia de V. S. y acaso me expondría á una justa repulsa, por no ser todavía del propósito á que se dirige esta representación calificar que no he percibido indebidamente el sueldo de mi consignación. Y cuando para apurar esta verdad no se tenga por bastante la remisión de cuarenta y tantos
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cajones que en el año 799 hice á los reinos de España, con una disertación científica relativa á las materias y preciosidades que contenían, la que se publicó seguidamente en el Telegrafo de Buenos Aires, y de cuyo recibo no he tenido hasta el día razón alguna, mis propios escritos y colecciones, que presentaré y con que daré cuenta de mi comisión, serán el más seguro convencimiento de que no ha sido demasiado el tiempo que he empleado en disquisiciones y descubrimientos tan numerosos, y para los que apenas bastarían muchos Linneos, muchos Pitones de Turnifort, y otros sabios reputados por padres de la Botánica moderna que, cónnaturalizado con las plantas, diesen toda su atención al único objeto de examinar sus propiedades, en provincias tan dilatadas y con climas tan varios y diferentes. Mucho tiempo ha que he deseado se serenasen las guerras y calamidades que han puesto en consternación y movimiento casi á todo el globo para presentarme en la península de España y á todo el orbe literario; pero cuando más postrada y debilitada se hallaba mi salud, se me ha hecho saber la Real orden de 31 de Agosto del próximo pasado año, comunicada á V. S. por el Excmo. Sr. Virey de estas provincias con fecha 25 de Enero último, por la que se manda que sin la menor demora me traslade á la capital de Buenos Aires para seguir mi viaje de regreso á la península. Y porque de verificarlo inmediatamente me expondría indudablemente á sacrificar mi vida, por hallarme en la actualidad enfermo de resultas de una contusión y golpes de una caída peligrosa de que se ha ido formando una llaga en el pie izquierdo, además de un quebranto general en todo el sistema de mi constitución, por si misma delicada y endeble, siéndome preciso tomar el tiempo necesario para reparar estos quebrantos, cuya reparación debe ser ahora el principal objeto de mis desvelos, he juzgado conveniente suplicar á V. S. se sirva manifestar á la superior piedad de S. E., por medio del respectivo informe acompañado de esta representación original, la deplorable situación en que me hallo; para que inteligenciado su prudente ánimo de la causa que me impide dar el más puntual y debido lleno á la Real orden que se me ha intimado, tenga la bondad de concederme el plazo y dilación de un año, que es el tiempo que, por la parte que menos, considero necesa-
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rio para la reparación de mi salud, protestando, como protesto, abstenerme desde este día de cobrar y percibir el sueldo de mi asignación, hasta que la piedad del Rey, que expresa y terminantemente no ha decretado su suspensión, con presencia de los escritos y colecciones que le presentaré (y que instruirán á su Real ánimo de que no he perdido un momento de tiempo en la ocupación á que se me destinó) se digne declarar si me he hecho o no acreedor á que se me acuda á todo el que corriere hasta el día en que me ponga á sus reales pies, debiéndose, sin esta circunstancia, abonárseme los gastos de transporte al emprender mi retiro de esta provincia, como es de justicia, hasta mi arribo á España. Sobre todo lo que, haciendo el más sumiso pedimento.
A V. S . pido y suplico asi 1o provea y mande jurando no ser de malicia, etc. etc.
-Tadeo Haënke.
Casa de Tadeo Haenke, entre ruinas y el rescate. El Altillo fue la casa en la que Tadeo Haenke vivió sus días en la ciudad de Cochabamba. - Daniel James, Los Tiempos 15.01.2012 |
Cursada la instancia con recomendación en 13 de Marzo de 1810, esperó el interesado las resultas en Cochabamba hasta el 17 de Diciembre de 1817, día en que ocurrió su fallecimiento. Padeciendo una ligera dolencia, murió envenenado por torpeza de la india enfermera, que equivocó el frasco del medicamento con otro que contenía un reactivo químico .
De los manuscritos anteriormente enumerados, D. Manuel Vicente Ballivián, Director de la Oficina central de inmigración en Bolivia, dio á luz en 1898 la Descripción de las montañas habitadas por los indios yurucares, y en 1900 la Introducción á la Historia Natural de Cochabamba. Ambos trabajos se han reproducido con encomio, poco há, en el tomo primero de los Anales de la Biblioteca de Buenos Aires.
La Descripción del Perú -dicho queda- acaba de salir de las prensas de Lima, adicionada con el breve escrito titulado, Memoria con que, sobre los rios navegables que fluyen al Marañón, informa el naturalista de Su Magestad don Tadeo Haënke, socio de
las Academias de Viena y de Praga, al señor Gobernador Intendente
de Cochabamba don Francisco Viedma
.
La Descripción del reino de Chile aparecerá en Santiago, según noticias, de modo que quedarán inéditos tan sólo los estudios de
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corta extensión y no dejarán de aprovecharlos las revistas americanas.
Haënke legó á su patria colecciones de plantas cuya descripción y dibujo forman la obra, titulada Reliquiae Hankeanae publicada en 1830 por la Dirección del Museo de Praga.
Los autores de la Flora Peruviana et Chilensis, Ruíz y Pavon, dedicaron á Haënke digna memoria dando su nombre á una planta descubierta en los montes de Muña: la Haenkea multiflora; otros botánicos le han hecho obsequios semejantes.
Aunque el memorial ó representación copiada anteriormente basta para formar juicio del estilo castellano del naturalisita, lo completarán algunas de las frases que en la Descripción del Perú destinó á la pintura de las limeñas.
«Diferéncianse estas de los hombres aventajándolos, no sólo en aquellas cualidades físicas que parecen como inculcadas en el varón, sino en las dotes del ánimo y sus propiedades morales . Al más ligero examen percibe un observador atento la superioridad de la limeña sobre el criollo, formando un contraste admirable y que la distingue de todas las demás de su sexo en otros paises. Tienen el cuerpo más fornido (á proporción) que el de los hombres; el espíritu más sagaz y penetrante; las ideas más sólidas y permanentes; ejercen sobre los hombres un influjo casi general; son hermosísimas, agraciadas y tan alagüeñas que arrebatan y enamoran; muestran en sus palabras y acciones cierto señorío y grandeza que las realza sobremanera; tienen el alma y chiste de las andaluzas, con otros muchos atractivos, y una facilidad en el hablar que las hace muy recomendables. Parece que la fecunda naturaleza ha derramado sobre ellas sus más preciosos dones. Desde muy temprano desplegan todos los resortes de su alma, y aún más que la física perfección de los cuerpos se anticipa la de su espíritu. Se oyen á las muchachas discursos, razones y propcsiciones que manifiestan lo mucho que se les adelanta el uso de la razón. Una limeña de diez años exige, en la conversación de un hombre bien criado, el mismo respeto y atención de una de quince en Europa. Encuentranse en ellas, por lo común, más formalidad y honradez que en los hombres, y son muy humanas y
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compasivas. No tienen para con los hombres todo aquel amor y tesón con que éstos las aman, hasta parecer que las idolatran. Por Europa, en las ciudades corrompidas, las damas que pierden el respeto al público y á la reputación, hacen gala del sambenito, pero en las damas americanas no sucede así: disimulan sus desórdenes, y rara vez admiten en sus calesas á quien no sea ó su marido o su inmediato pariente. Puede decirse que más reina la hipocresía qué el escándalo, sin embargo, cuando se camparan las limeñas con las europeas, cuando se examina con atención el espíritu de beatismo é hipocresía, tan difundido por Italia y Francia antes de su revolución, y aún por la misma España, fácilmente se prefieren las limeñas, y se conoce que llevan aquéllas muchas ventajas. La práctica de los cortejos que ha estado tan radicada en todos aquellos pueblos, sería en Lima la mayor degradación á que pudieran llegar el hombre y la mujer.
»Preséntanse éstas con una ostentación que no se conoce en Europa; y sea por imitación, sea por el mal ejemplo ó por natural deseo de brillar o sobresalir, manifiesta la limeña sobre este punto un prurito particular. Con efecto, son costosísimos los trajes que usan desde la cuna; guarnécenlos de encajes de los más finos y ricos, usan sortijas, cintillos y brazaletes engastados en piedras preciosas, y nada cede á su magnificencia en el aparato de las camas y de los costosas ajuares de las casas. Pero los exorbitantes gastos á que obliga este lujo, aumentado por el indiferente aprecio y poco cuidado con que miran tan costosos adornos; las romerías bastante frecuentes á los varios pueblos de las cercanías; la precisa asistencia al teatro, á los toros y á toda clase de diversiones, en un país donde los placeres se compran á precios demasiado caros, hacen que, en Lima, el mantenimiento de una familia principal exponga á la ruina la más opulenta casa.
»Las tapadas, que ya no subsisten en España y con cuyo disfraz tenían las mujeres un velo para sus intrigas amorosas, como lo atestiguan nuestros cómicos, y con el que bajo la obscura nube del manto conciliaban, sin pérdida de su buena fama, los placeres de la libertad con la opinión de un aparente recato, se hallan todavía en la América meridional. Encubren sus ahuecados y el campanudo guardapié, aunque en el día han variado de traje
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pues visten á la europea; pero conservan el traje de tapada con sayas ó basquiñas de la misma hechura y tamaño; pliéganla á lo largo, con pliegues longitudinales y transversales; de el mismo modo que el manto con el cual se tapan perfectamente la cara, descubriendo sólo la órbita del ojo, de manera que al más celoso marido y al más vigilante padre es imposible, cuando no muy difícil, el conocerlas. Adquiere, con este ahuecado vestido, la figura femenina un volumen tal, que no da pie para inferir su arte y venir en conocimiento de la tapada, á menos que la voz, la figura de los brazos ú otras semejantes señales den indicios de la persona .
»Pero al paso que con tan cuidadoso esmero procuran taparse aquellas damas desde la cintura arriba, tienen otro no menor por descubrir los bajos, desde la liga hasta la planta del pié. La más recatada limeña descubre sin escrúpulo la mitad de la caña de sus piernas. Y por muy escandaloso que parezca á nuestras europeas este traje, el uso común de él en todo aquel país acostumbra insensiblemente la vista, y hace al fin que no cause la menor
novedad, por extraño y chocante que parezca al principio . . . . .»
Madrid, 18 de Octubre de 1901 .
CESÁREO FERNÁNDEZ DURO.
Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes http://www.cervantesvirtual.com/obra/tadeo-hanke-naturalista-en-el-viaje-alrededor-del-mundo-de-las-corbetas-descubierta-y-atrevida-al-mando-de-d-alejandro-malaspina-desde-1879-a-1794-0/ (1 de junio, 2013)
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