sábado, 30 de agosto de 2014

Patrimonio en peligro: La hacienda de Mondragón, en Potosí - La Razón

La Razón (Edición Impresa) / Gemma Candela
00:00 / 10 de agosto de 2014
Si yo tuviera una casa de campo, quisiera que fuera como ésta”. Ése fue el pensamiento que me vino a la mente cuando crucé el umbral de la Hacienda Mondragón. Luego, recordando que existen ciertas limitaciones entre ese sueño y yo, como la económica, pensé con más humildad: “Si esto fuera un hotel rural, no dudaría en quedarme aquí a pasar la noche”.
La antigua casa de campo está a media hora de la ciudad de Potosí en una cabecera de valle, por lo que el clima es más suave que en la Villa Imperial. Y no tiene nada que envidiarle a la ciudad del Cerro Rico en cuanto a leyenda se refiere: en ella está ambientada una truculenta historia. “Los incrédulos o que al menos aparentan serlo, dirán seguramente que aquello son visiones que resultan de una imaginación nerviosa o de la predisposición del ánimo; pero aseguro que, según cuentan personas doctas, todo es verdad. Y si lo dudan, vayan a pasar una noche en el cuarto del Santo Cristo de Bronce que no les quedará ganas para repetir la visita”, escribió el periodista José Manuel Aponte en octubre de 1889, según recogió el tomo tercero de Crónicas potosinas. Notas históricas, estadísticas, biográficas y políticas, de Modesto Omiste, de la editorial El Tiempo (1893).
Aponte hacía referencia a una historia del siglo XVII: la de Magdalena, una rica viuda que decidió volver a casarse para vengarse de una enemiga suya, vecina también de la Villa. La única condición que le pidió a su prometido, Pedro, antes de convertirse en su esposo, es que llevara a cabo su venganza.
El matrimonio se fue a vivir a la casona de Mondragón. Pedro fue dejando pasar el tiempo sin llevar a cabo su promesa hasta que Magdalena decidió desquitarse ella misma... pero volcando su rabia sobre su marido. Pidió ayuda a los criados y el hombre terminó crucificado en una habitación de la finca. Cada mañana lo alimentaba. Luego, le clavaba un alfiler amarillo en alguna parte del cuerpo. Mantuvo su ritual durante semanas hasta que Pedro murió. Aún así, continuó clavándole un alfiler tras otro hasta que cubrió todo el cadáver. “Más que un hombre, parecía aquel un Santo Cristo de Bronce”, escribió el periodista.
La finca se encuentra en la comunidad de Mondragón, a 30 km de Potosí, más allá de los balnearios de Tarayapa, en el distrito 13 del municipio potosino. Está a 800 metros menos que la Villa, a unos 3.200.
El camino atraviesa el pueblo y, al salir de él, pasa junto al riachuelo cuyas aguas corren, teñidas de un extraño color amarillo, con gran fuerza. Por encima pasa un puente de tablones de madera y barandillas de malla metálica, algo desgastado, que están cruzando tres chicos jóvenes. Más allá de la orilla de enfrente se ve un porche de fachada rojiza cubierto por techo de tejas y, a su derecha, una capilla alta y blanca con dos campanarios.
Por un camino que discurre entre campos donde antaño crecían cultivos, los restos de un pequeño ingenio y árboles resecos y negros perfectos para una película de terror, los jóvenes llegan hasta la entrada lateral a la casona.
Las agencias de turismo de la ciudad ofrecen tours por haciendas de la zona, entre ellas, ésta. Al preguntarle al director de Turismo de la Alcaldía potosina, Óscar Medinaceli, sobre Mondragón, comenta que el edificio está en obras y que la financiación “no está dentro del POA (Plan Operativo Anual)”. Supone que proviene de montos del distrito y que, según información que ha recibido, es una operadora local la que está a cargo. “Estamos arreglando las tuberías”, dicen los chicos que han cruzado el puente. Niegan saber algo sobre las supuestas refacciones en el edificio.
La capilla está cerrada con candado pero la vivienda está abierta de par en par. Hay un primer patio, mediano. La construcción es de una sola planta y una de ellas tiene un pasillo con enfarolado. Llama la atención que la casa, a pesar del abandono, se ve en buen estado de conservación.
En el segundo patio hay restos de lo que otrora fuera un jardín con flores. Una parte del edificio es también de una sola planta y otra, con terraza en alto y pasillo de madera en otro, es de dos alturas. Todas las puertas están abiertas.
En los cuartos de abajo aún se mantiene, pero ya desgastado, el papel que antaño se ponía sobre las paredes en lugar de pintura. También se ve la tela, desgarrada, que asilaba las habitaciones del techo de madera sobre el cual están colocadas las tejas.
Bajo la terraza y esparcidos por el patio están sacos de cemento y utensilios de albañil. La escalera que da acceso al piso superior ha sido no remodelada, sino reinventada: los escalones son de cemento y la barandilla, de ladrillos. No luce un estilo colonial acorde al resto del lugar. Pero lo peor está arriba: en vez del papel que se mantiene abajo, se ha echado pintura al aceite verde chillón, en unas estancias y amarillo radiactivo en otras. Un dolor para los ojos y para el patrimonio, pues según la Ley Nº 3515 de 10 de noviembre de 2006, el edifico es Patrimonio Turístico de Bolivia. “El Poder Ejecutivo, a través del Viceministerio de Turismo, en coordinación con la Prefectura del Departamento y el Gobierno Municipal de la ciudad de Potosí, son los encargados de elaborar políticas de difusión y promoción de este atractivo turístico, así como de formular planes, programas y proyectos de fomento y desarrollo al turismo en torno a la Hacienda”, dice la ley. Sin embargo, Medinaceli reconoce que nadie de Turismo se ha acercado al lugar, a tan solo media hora de Potosí. “No sabemos si los que están refaccionando están asesorados”, reconoce. Y, obviamente, no lo están.
Patrimonio en peligro: La hacienda de Mondragón, en Potosí - La Razón

jueves, 21 de agosto de 2014

El golpe de Banzer, desde barricadas de Miraflores - La Razón

La Razón (Edición Impresa) / Ricardo Aguilar La Paz
03:28 / 21 de agosto de 2014
Por comunicaciones radiales, el gobierno de Juan José Torres, a través del Regimiento Escolta Colorados de Bolivia, llama a la gente a concentrarse en el estadio de Miraflores, donde se les daría armas para resistir a las fuerzas golpistas de Hugo Banzer.
Antes del 21 de agosto de 1971, la duda no era si habría un intento de golpe de Estado en contra del gobierno progresista del general Torres (era claro que habría uno), sino ¿cuándo sería? En el Alto Mando Militar tampoco había incertidumbre por saber quién sería el insidioso, se sabía perfectamente que era el coronel Hugo Banzer Suárez.
El golpe que comenzó el 19 en Santa Cruz llegó a La Paz el 21 de agosto. “Era un golpe cantado”, califica Remberto Cárdenas, en ese momento miembro de la Juventud Comunista Boliviana (JCB o la Jota), tras 43 años de ese episodio.
Dispuestos a dar pelea, la mañana del 21, miles de personas acataron el llamado a la concentración . “Vi muchos jóvenes de la resistencia, especialmente universitarios. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) era el mejor organizado. Marcelo (Quiroga Santa Cruz) estaba armado y fue uno de los más visibles. Pero se notaba la escaza organización”, detalla.
En inmediaciones del estadio se reunieron miles de personas, cuenta Carlos Soria, en ese tiempo miembro de la Jota, quien además era de los pocos armados. “Un excombatiente de abril del 52 me dijo que hicieron la revolución con mucha menos gente...”.
Todo es confusión, tanto por la sorpresa de tener que improvisar la resistencia, como por el revoltijo que unió a trotskistas, “elenos” (del ELN), comunistas (del Partido Comunista de Bolivia) y “chinos” (del Partido Comunista Marxista Leninista, PCML).
Los civiles estuvieron a la espera de los Colorados, comandados por el mayor Rubén Sánchez (luego miembro del ELN), quienes debían tomar el Estado Mayor para acceder al arsenal militar y armar a la gente. “Se decía que Sánchez estaba con los Colorados al otro lado del río Orkojahuira, desde donde atacarían al Estado Mayor. Nunca sucedió”, relata Soria.
“Marcelo, en medio de la confusión, llamaba a la gente a ir a Villa Victoria, para desde ahí comenzar el ataque. Lechín también trataba de organizar a la gente, pero no había armas”, cuenta. “Era un desorden mayúsculo”, describe Soria. “Había mucha voluntad, gente dispuesta a morir, pero no teníamos armas”, confirma Cárdenas. La izquierda, ese entonces, no tenía preparación militar, a excepción del ELN. A la hora de la verdad, las ideas les servían de poco.
Muestra de esta voluntad no acompañada de preparación es la anécdota que narra Cárdenas. Alguien llevó una bomba de la Segunda Guerra Mundial y no sabía cómo hacerla detonar. Decidieron ponerla en donde suponían que iban a pasar los tanques del Regimiento Tarapacá, que se dirigían de El Alto al Estado Mayor. “Cuando pasaron los tanques, no sucedió nada. Ahora me río, pero ese momento fue desolador, la batalla estaba perdida”, lamenta.
Vehículo. Por la necesidad de trasladarse, detuvieron un taxi y tomaron el coche para usarlo en la defensa, pero como nadie sabía conducir, devolvieron el carro a su dueño, que huyó despavorido...
Simultáneamente, se tiene conocimiento de que las tropas de fascistas subían por la avenida Saavedra. “El enfrentamiento era inminente. Nos pusimos detrás de las barricadas dispuestos a ‘fajarnos’”. Sin embargo, o la información era imprecisa o las tropas golpistas se quedaron en una posición.
Nilo Ramos, hermano de Pablo Ramos, rector de la UMSA ese año, se acerca a Soria. “Tú (Soria) estás con arma larga y yo con corta. Cúbreme y vamos a hacer un contacto con Rubén Sánchez. Ramos incluso tenía el santo y seña para el contacto”. Bordearon el estadio, pero no encontraron a nadie. “Volvimos a las barricadas y la cosa estaba peor que antes. La gente se dispersó. Ya no estaba Lechín y cayó el atardecer”.
Jorge Kolle, luego secretario general del PCB, y Soria decidieron ir a hacer contacto con la Central Obrera Boliviana, pensando que tal vez ahí se estaba produciendo alguna coordinación para la resistencia. “Fuimos por la (avenida) Illimani, en ese momento aparecieron los aviones. Kolle pensó que era a favor de Torres, pero fue al revés, atacaron a la resistencia atrincherada en el Laikacota”.
La COB era otro “desbarajuste”. La batalla estaba perdida... “a partir de ahí fue la odisea de desmovilizar a los jóvenes que habían venido del interior (al congreso de la Jota). Tuvimos varios heridos en lo que fue la desordenada batalla del estadio”. En la tarde, cientos de universitarios fueron apresados, la cantidad de muertos es desconocida. El terrorismo de Estado que aplicó Banzer duró siete años.
Intentos de organizar a los movilizados
Marcelo Quiroga fue uno de los líderes más visibles el 21 de agosto. Se lo vio con su rifle y circulando en un jeep, llamando a la gente a trasladarse a Villa Armonía para desde ahí atacar al Estado Mayor. Juan Lechín Oquendo estuvo en el estadio hasta la tarde, también intentando organizar a la gente.
El golpe de Banzer, desde barricadas de Miraflores - La Razón

domingo, 3 de agosto de 2014

Los mejores de Bolivia Jaime Laredo y Ana María Vera - La Razón



















Músicos. Laredo reside en Estados Unidos; Vera en Inglaterra. Tocarán en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Foto: Los mejores del mundo

Músicos. Laredo reside en Estados Unidos; Vera en Inglaterra.
Tocarán en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Foto: Los mejores del mundo








La Razón (Edición Impresa) / Sergio Calderón - periodista







00:00 / 13 de julio de 2014





Tienen dos elementos en común y una pasión. Son
bolivianos que no olvidaron sus orígenes, cuentan con un talento innato
que desde temprana edad les marcó el camino a los escenarios más
transcendentales del mundo y ambos comparten el amor por Bolivia. Jaime
Laredo y Ana María Vera, los músicos más importantes de nuestro país,
regresan a su patria y unen sus talentos en una gira para rendirle
homenaje a Bolivia.
Con el título de Los mejores del
mundo en Bolivia, los artistas llegarán a escenarios de las ciudades de
La Paz, Cochabamba y Santa Cruz los días 5, 13 y 15 de agosto,
respectivamente. En la sede de gobierno la presentación se realizará en
el lugar que le rinde homenaje al violinista cochabambino, el teatro al
aire libre Jaime Laredo. Las presentaciones se completarán en el salón
El Portal en la ciudad natal de Laredo y en el Museos de Historia de la
capital cruceña. En las dos primeras presentaciones los maestros estarán
acompañados por la Orquesta de Cámara Juvenil Bolivia Clásica, la que
expresa la labor de formación que Ana María Vera realiza en Bolivia y
que Jaime Laredo respalda. LAREDO. Desde su casa en Vermont, Estados
Unidos, con el violín en la mano que aún vibra por la melodía
interpretada y la emoción reflejada en su amplia sonrisa, Jaime Laredo
realiza una grabación para la promoción de los eventos. “Estoy planeando
mi viaje a Bolivia que ha de ser en agosto. Para mí será un viaje muy
emocionante porque hace muchos años que no estoy en mi país, casi 30
años, estoy muy feliz”.
Como si compartieran la
partitura emocional del encuentro, desde Londres, también en su casa y
al lado de su piano donde acaba de interpretar un huayño, Ana María Vera
sonríe y expresa: “Será la primera vez que toco con Jaime Laredo, dos
bolivianos que nos conocemos desde hace muchos años pero no hemos tenido
esta oportunidad hasta ahora. Y va a ser precisamente en Bolivia.
Estamos haciendo esto para Bolivia en el mes de Bolivia. Estamos muy
contentos y muy emocionados”.
El 7 de junio de 1941
nació en Cochabamba quien será el más prodigioso de sus hijos. Sus
padres Eduardo Laredo y Elena Unzueta no solo reconocieron el talento de
su hijo Jaime, sino también tomaron conciencia de la necesidad de
formarlo.
Eduardo Laredo Quiroga, amante de la
música clásica, junto a otros cultores de este arte fundó la Academia
Man Césped dedicada a la formación musical de niños y jóvenes. Iniciado
en el arte por su papá, a los cinco años, el pequeño Jaime se encontró
con su primer profesor de violín, el maestro Carlos Flamini. Conscientes
de los obstáculos que la familia tenía que vencer para que Jaime pueda
continuar su formación, en 1948 el matrimonio Laredo-Unzueta emigró a
Estados Unidos con sus tres hijos: Martha, Teddy y Jaime. Con siete años
de edad, Jaime dejó su natal Cochabamba y de su casa en la avenida
América solo quedaría un archivo de recuerdos.
Ya en
la tierra del norte, la familia Laredo-Unzueta realizó un considerable
esfuerzo para enfrentar un difícil periodo y permitir que el novel
músico continúe con sus estudios. Jaime recompensó el esfuerzo familiar
con largos días de estudio que sobrepasaban las diez horas diarias, lo
que sumado a su talento le permitió alcanzar becas educativas.
En la ciudad de San Francisco, Frank Houser y Antonio De Grassi
impartieron lecciones de violín al joven estudiante. En Cleveland, en
1953, continuó estudiando con Joseph Gingold. Su formación se completó
en la ciudad de Philadelphia en manos del profesor a Ivan Galamian del
Instituto de Música de Curtis.
En 1949, la Crocker
Art Galery de Sacramento presentó el talento del niño boliviano, quien
con ocho años debutó con éxito en su primer concierto. Tres años
después, su presentación con la Orquesta Sinfónica de San Francisco lo
consagró como una realidad artística. El San Francisco Examiner comentó:
“En los años 20 fue Yehudi Menuhin, en los años 30 fue Isaac Stern y
ayer en la noche fue Jaime Laredo”. Las prestigiosas revistas Life y
Time también destacaron su participación en el concierto de la Unión
Panamericana en Washington. Cuando cumplió 15 años retornó por primera
vez a Bolivia, en el marco de su primera gira artística por Sudamérica,
acompañado por el pianista Antón Kuerti.
El
reconocimiento internacional llegaría en 1959 cuando el joven boliviano
sorprendió a la crítica y se alzó con el Primer Premio del Concurso
Bienal de Bruselas, convocado por la Reina Isabel de Bélgica, uno de los
premios más importantes del mundo artístico.
La
Reina Isabel de Bélgica, una violinista reconocida, impulsaba el
concurso para promover el talento de jóvenes músicos. Posicionado como
uno de los eventos de música más prestigiosos, el Concurso Bienal de
Bruselas reunía a los músicos más renombrados en el ámbito
internacional, tanto en el jurado del concurso como en el grupo de
concursantes. La edad de mínima de los aspirantes era 18 años y la
máxima 30.
En 1959 Jaime se presentó con 80 jóvenes a
la competencia. Tocó un violín de la célebre marca Stradivarius llamado
“El Emperador”, instrumento proporcionado por la Fundación John Phipps
de Nueva York. “Jaime Laredo que hace poco nos dejó soñando con su
recital en Washington y a quien comparé con Heifetz, Francescatti y
Oistrakh, está ahora concursando en Bruselas. Si Jaime no gana el primer
premio, yo quisiera conocer y escuchar al violinista que lo pueda
superar”, señaló el crítico de arte de Washington Paul Hume.
Era  la madrugada del 31 de mayo de 1959 se conoció el veredicto que
emocionó al pueblo boliviano. Jaime Laredo Unzueta retornó al país el 10
de diciembre de 1959. El recibimiento fue algo nunca antes visto. Desde
que se abrió la puerta del avión del Lloyd Aéreo Boliviano y la gente
corrió a levantar en andas al héroe nacional, el desfile en un auto
descapotable, hasta llegar al estadio Hernando Siles con las tribunas
repletas y coreando el nombre del violinista. Estos momentos se pueden
observar en el documental Laredo de Bolivia, dirigido por el cineasta
Jorge Ruiz.CARRERA. Realizar un resumen de la carrera de Laredo es un
desafío. En octubre de 1960 se presentó en el mítico Carnegie Hall de
New York, un año después en el Royal Albert Hall de Londres. A ello se
fueron sumando las presentaciones con las más importantes orquestas de
Europa y América —las sinfónicas de Londres, Filadelfia, Boston,
Helsinki y Chicago, entre otras— interpretando bajo la dirección de
George Szell, Leopoldo Stokovski, Charles Munch, Daniel Baremboim y
Josef Krips.
Con su talento, Laredo también alcanzó a
ser un gran intérprete de viola, lo que le permitió grabar cuartetos
con otros grandes de la música como Isaac Stern, Yo-Yo Ma y Emanuel Ax.
Con ellos consiguió uno de los premios más importantes en su carrera, el
premio Grammy en 1991.
Como maestro ha impartido
clases en prestigiosos centros como el Instituto Curtis de Música o la
Indiana University School of Music. Como director de orquesta lleva una
carrera de más de 25 años dirigiendo a importantes elencos, sobre todo
en los Estados Unidos.
 En un resumen de su hoja de
vida se puede leer: “descendiente de la civilización aymara”. Y es que
Ana María Vera reconoce su origen y dice orgullosa que es boliviana. De
visita en la casa de la popular calle Santa Cruz de la ciudad de La Paz,
que pertenece a su padre, Mario Vera, un gran apasionado por la música
clásica, Ana María recuerda los días de su infancia que pasó en este
lugar.
Esos recuerdos se mezclan con los de su madre
holandesa, Marianna Woudstra, quien inició su formación musical a la
edad de tres años. Ana María prosiguió sus estudios con Ylda Novik para
luego encontrarse con el gran maestro Leon Fleisher.
A sus cinco años debutó en público. La niña boliviana ganó el primer
premio en el concurso realizado en el Conservatorio Peabody de
Baltimore, Estados Unidos. Cumplidos los siete años, su actuación con la
Sinfónica de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se constituyó en su
primera presentación con una orquesta. Debutó en Europa a los ocho años,
ofreciendo un recital en el Concert Gebouw de Ámsterdam con la Orquesta
Sinfónica de Colonia, Alemania. A los nueve fue la solista más joven
que se presentó en el Centro Kennedy con la Sinfónica Nacional de
Washington.
A los 12 años el éxito la llevó a
escenarios poco convencionales como la Casa Blanca en Washington.
Sonriente se puede observar en una fotografía al entonces presidente de
los Estados Unidos Jimmy Carter, quien toma de la mano a la deslumbrante
niña. A ello se suman sus presentaciones para el Emperador de Japón en
el Palacio Imperial, para los  Príncipes de  Mónaco en Monte-Carlo y
para el Príncipe de Gales en Highgrove.
La primera
grabación de la pequeña artista terminó con toda susceptibilidad del
círculo discográfico. La casa Philips le concedió un Disco de Oro por la
grabación de obras de Mozart y Haydn con Edo de Waart y la Filarmónica
de Rotterdam. Su último disco, Goyescas, con obras de Enrique Granados,
publicado en 2009 por Signum Classics, ha sido calificado como una
desafiante innovación.
Como solista, Ana María tocó
con las orquestas más prestigiosas, como la Philadelphia Orchestra, la
Cleveland Orchestra, la National Symphony, la London Philharmonic
Orchestra, la Orquesta Sinfónica de Barcelona y la Australian Chamber
Orchestra, entre otras.
Cuando se buscan comentarios
se encuentran críticas que claramente definen el talento de la artista.
Sobre su versión del Concierto de Ravel se dijo: “Los últimos
movimientos brillaron con la diversión y el humor, hablando de la
serenidad, la distancia y hasta de la eternidad”.

Deseosa de contribuir al desarrollo de su país, Ana María vera en 2011
fundó Bolivia Clásica, una organización con sedes en Londres y La Paz
cuyo objetivo es la creación de un festival internacional de música y
una academia para los niños y jóvenes más talentosos del país. Bolivia
Clásica está constituida como fundación y ya cuenta con una orquesta
estable de sus alumnos.

http://www.la-razon.com/suplementos/tendencias/Bolivia-Jaime-Laredo-Maria-Vera_0_2086591464.html




Los mejores de Bolivia Jaime Laredo y Ana María Vera - La Razón

Carlos D. Mesa: El documento chileno sobre el mar ‘es una falacia’ - La Razón

Carlos D. Mesa: El documento chileno sobre el mar ‘es una falacia’

El expresidente Carlos Mesa rebate el documento
chileno que quiere hacer creer a la comunidad internacional que Bolivia
tiene un  “amplio    acceso al
mar”. Habla del “Libro Azul” y de la reunión con los directores de
medios de comunicación.


La Razón (Edición Impresa) / Ricardo Aguilar Agramont / La Paz







00:03 / 03 de agosto de 2014





Después de la Cumbre del G77, Chile hizo circular
un folleto titulado Chile y la aspiración marítima boliviana. Mito y
realidad. Se dijo del mismo que era un texto para rebatir el Libro del
Mar. Al ver sus escasas seis páginas se hace evidente que cumplir tal
función era imposible. El texto sostiene la mistificación de que Bolivia
tendría el más amplio acceso al mar, por lo que no necesitaría un
puerto soberano. El expresidente y actual embajador itinerante de la
Demanda boliviana, Carlos Mesa, para calificar el documento chileno, usa
el sustantivo “falacia.”
— Me da la impresión de haber tenido acceso a un resumen del texto chileno, ¿solo tiene esas seis páginas?
— Sí, es un documento general con algunos de sus argumentos básicos. El canciller Choquehuanca respondió a esas pocas páginas.
— ¿Cómo evalúa el documento?
— Se trata de una estrategia chilena que trata de cambiar el tablero de
la discusión planteada por Bolivia. Nosotros colocamos los argumentos
del debate en el concepto de los compromisos unilaterales de Chile que
generan una obligación jurídica. Chile establece dos caminos, el de su
demanda de incompetencia de la Corte y un lobby político de dos
elementos: que Bolivia quiere modificar el Tratado de 1904 poniendo en
riesgo la arquitectura internacional de límites y que el país tiene
acceso amplio al mar.
— Es, entonces, una falacia.
— Totalmente, es una falacia porque las facilidades de tránsito que el
Derecho Internacional da a todos los países mediterráneos son muy
próximas a las firmadas por Bolivia y Chile en 1904. El concepto de
libre tránsito ya no es ningún privilegio especial que tenga Bolivia, no
obstante, somos el único país que tuvo mar y que le fue usurpado.
— Leo en el uso de ciertos verbos y adjetivos del documento que se quiere hacer creer que se hace un favor a Bolivia.
— Hay un conjunto de incorrecciones muy graves en el documento chileno.
El libre tránsito no es un favor, sino el producto de un tratado. El
incumplimiento del libre tránsito a lo largo de la historia ha sido
reiterado, pero en términos graves se bloqueó el ingreso de armas para
Bolivia durante la Guerra del Chaco, se embargó estaño boliviano después
de la Revolución Nacional por presión de Simón Patiño y, en 2004, la 
privatización de los puertos estableció una lógica inaceptable porque el
acuerdo es producto de un tratado que establece una relación de Estado a
Estado; no en relación con administradores privados que, obviamente,
encarecen la operación.
— Hay aún más incumplimientos.
— Hay un conjunto de facilidades teóricas que Chile cumple parcialmente
o vulnera. Por ejemplo, hay un puesto de aduana boliviana en puertos
chilenos. La aplicación se da, pero si hay un contenedor que las
autoridades chilenas creen que puede tener elementos de irregularidad se
permiten revisar vulnerando el hecho de que quien debe definirlo son
las autoridades bolivianas.
— Afirman que el libre tránsito de Bolivia le “cuesta” a Chile 100 millones de dólares...
— Podría dar muchísimos más ejemplos de que hay una falacia en la
argumentación... Nos parece inaceptable que Chile diga que le cuesta
alrededor de 100 millones de dólares anuales las facilidades para
Bolivia… La simple comparación —si se le recuerda al Estado chileno que
el guano, el salitre, la plata, el litio y el cobre, en un porcentaje
muy significativo está en territorio que fue boliviano— aún se
multiplique esos 100 millones de costo por 50, no hace una equiparación
mínima con lo que Chile ha logrado por las exportaciones del cobre. Han
recibido más de 900 mil millones de dólares por sus exportaciones de ese
mineral, que un altísimo porcentaje está en territorio que fue
boliviano. En contraparte hay un conjunto de costos adicionales al
manipuleo de mercancía boliviana de importación y exportación por una
serie de reglas paraarancelarias.
— Es entonces un texto débil, ¿no se sostiene?
— Absolutamente, para una opinión internacional no informada
probablemente el documento dé una imagen equivocada. Por eso Bolivia ha
hecho un documento detallado en la web de Diremar donde se desmiente
cada punto.
— El documento pasa
al tema de la demanda. Veo un párrafo que podría ser uno de los
principales argumentos jurídicos de Chile en el juicio. Lo leo: “la
reclamación de Bolivia podría tener consecuencias [...] en la libertad
de los Estados para participar en negociaciones diplomáticas, como
también en su habilidad para discutir libremente sin temor que su
contraparte negociadora argumente más tarde que debido a que en
circunstancias particulares en algún momento de la historia una
iniciativa diplomática fue realizada o pensada, ésta pudiera luego ser
considerada que ha creado una obligación legalmente vinculante”.
— El concepto de una negociación diplomática marca la posibilidad de
que para llegar a un acuerdo nos reunamos entre las partes,
establezcamos argumentos y podamos llegar o no a un acuerdo. Lo que
Chile dice es que si esa negociación me genera una negociación ulterior,
se está limitando las posibilidades de negociar. Pero acá hay una
cuestión, toda negociación tiene una fase preparatoria privada, sin
documentos, sin un acta o una oferta formal. Hay una segunda fase, en
que se formaliza la negociación a partir de una voluntad pública de
hacer algo. Por tanto, lo que Chile está objetando no tiene sentido
porque Bolivia no hace referencia a negociaciones informales o a actas
cerradas en términos de una comisión bilateral. No. Hablamos de
documentos públicos, avalados por un presidente de la república,
firmados por un canciller o un embajador plenipotenciario, documentos en
que formalmente Chile entrega una propuesta específica. Lo hizo en
siete oportunidades, esas propuestas decían “Chile está dispuesta a
negociar una salida soberana al mar”. En 1975, el canciller Patricio
Carvajal no solo mencionó que estaba dispuesto a aceptar la propuesta
boliviana, sino que incluso estableció los hitos geográficos de cómo
concibe Chile el corredor. Hay una diferencia muy grande entre la
negociación y la oferta formal mediante un documento, como sucedió en
1920 o 1923.
— Insisto, ése podría ser uno de los grandes argumentos chilenos.
— Sin duda que va a ser de los argumentos de Chile, nuestras respuestas
se vinculan al razonamiento anterior. Además, hay un concepto clave que
tiene que ver con una línea de jurisprudencia con antecedentes como las
pruebas nucleares de Francia o sobre la soberanía de Groenlandia,
además de otros casos.

Pasando a lo inmediato, ¿se quiere esbozar una política comunicacional
marítima con la reunión de este viernes con los directores de medios, si
bien se la hace con retraso?
— El concepto
de “política comunicacional” no puede estar pensado exclusivamente en
la relación entre el Estado y los medios de comunicación en una reunión,
sino también en la voluntad que hemos desarrollado en entrevistas,
conferencias, documentos, El libro del mar y otros establecen una
política de comunicación, la cual se complementa con esa reunión. Hemos
tenido un contacto fluido con periodistas que nos han hecho consultas
específicas, como el caso tuyo. Hay que recordar algo fundamental:
estamos en el comienzo del proceso que tiene tres o cuatro años de
camino, por lo que no hay que plantear que todo debe concentrarse en un
tiempo mínimo. Me parece que llevamos las cosas en los tiempos
adecuados.
— ¿Cuál es el objetivo de la reunión?, si bien cuando se publique esta entrevista ya habrá sucedido.
— Hacer una explicación general de los temas básicos de la demanda, por
si hubieran dudas; y abrir el diálogo con directores de medios, jefes
de redacción, especialistas en política internacional del periodismo que
planteen dudas en el marco de lo que se puede responder; pues una parte
del trabajo no solo es público, sino que debe ser intensamente
difundido y otra parte, la estrategia confidencial de la memoria y los
contraargumentos que hay que preparar hasta el 14 de noviembre en
respuesta a la excepción chilena de incompetencia, es reservada.

— En la reunión sería importante proponer una uniformación de la
nomenclatura, pues en los medios hubo equívocos en ese sentido.
— Evidentemente tienes razón, es importantísimo que los medios y los
periodistas eliminen la palabra “aspiración”, eliminen la noción
“derechos expectaticios”, establezcan el concepto de demanda. Es
correcto, creo que hay que establecer una nomenclatura básica que
esclarezca el tema no solo en aspectos tan sensibles, sino en general.
¿Cuáles son los términos que Bolivia utiliza para caracterizar la
realidad boliviana en términos históricos; cuáles los términos
específicos de carácter jurídico que utiliza para argumentar su demanda;
y cuál es la denominación que éstos deben tener cuando sean tratados
por el periodismo? Todo como una sugerencia que dejemos al libre
criterio de los periodistas. Bolivia tiene que establecer su propia
nomenclatura.
—Habló del Libro del mar, ¿cuál su diferencia con el Libro Azul?
— No debe tener una diferencia, ni tiene una diferencia sustancial,
porque Bolivia asume una política de Estado, por tanto no se dice que
como el Libro Azul lo hizo otro gobierno tenemos que hacer algo
distinto. Al contrario, el Libro Azul es una referencia básica. Hay
diferencias mínimas pues pasaron diez años y se produjo un
acontecimiento sin precedentes: la demanda. En consecuencia, una parte
sustantiva del Libro del mar es una explicación del porqué de la
demanda, en qué consiste y las características que tiene, más los
acontecimientos que se produjeron de 2004 a ahora. Adicionalmente, se
hizo una ampliación de los anexos, que son una documentación fundamental
para el conocimiento directo del Tratado de 1904, el de 1929, las
cartas que se intercambian en 1950 y más.
— Hubo poca difusión del Libro Azul, ¿cómo se va a hacer ahora, se lo digitalizará?
— Por supuesto que sí. Acá hay una autocrítica, cometimos un error
básico: no entender que había una demanda legítima de la gente, del
ciudadano común, por el conocimiento del Libro del mar. Estamos
preparando una segunda edición para la difusión masiva y gratuita.
También, espero que la próxima semana esté colgado en la página web.
— Finalizando, ¿qué se viene inmediatamente?
— Preparar hasta noviembre la respuesta a los argumentos de Chile con
relación a la incompetencia. Por supuesto, la lógica boliviana, dada la
solidez que tiene la argumentación, es que la Corte no va a aceptar la
incompetencia.
— Entonces, ¿Chile arriesga empezar con el pie izquierdo?
— Puede ocurrir. Chile está jugando con riesgo, pero está mostrando que
su actitud va a ser diferente que la que tuvo con el Perú,
—¿A qué se debe esa actitud diferenciada y casi hostil con Bolivia?
— Tiene que ver con el hecho de que la discusión sobre límites con el
Perú está especificada en un contencioso en el que ambas partes están
estableciendo sus soberanías; en el caso de Bolivia lo que Chile
interpreta es que nadie le puede obligar a ceder espacio propio. Podemos
contraargumentar que un país que te ha usurpado 120 kilómetros
cuadrados y 400 lineales de costa y que te ha ofrecido, porque entendió
que eso era algo terrible, darte soberanía, no puede sostener ese
argumento.
Datos
Nombre: Carlos D. Mesa
Nació: 12 de agosto de 1953
Profesión: Periodista
Cargo: Embajador itinerante de la Demanda Marítima
Perfil
Mesa tiene una formación académica literaria, si bien dedicó gran parte
de su carrera al periodismo. En 2002 fue elegido Vicepresidente de
Bolivia y fue presidente tras suceder constitucionalmente a Gonzalo
Sánchez de Lozada. Tras un bloqueo de todas las fuerzas políticas del
Congreso, tuvo que renunciar a la presidencia.



Carlos D. Mesa: El documento chileno sobre el mar ‘es una falacia’ - La Razón

Un tema que siempre da que hablar

https://co.noticias.yahoo.com/blogs/historia-pendiente/la-mujer-que-logr%C3%B3-vengar-la-muerte-del-che-guevara-200744006.html