sábado, 22 de junio de 2013

Expediciones españolas a América (I) "Una casa sin puerta"

MANUEL ALMAGRO
LA COMISIÓN CIENTÍFICA DEL PACÍFICO
Viaje por Sudamérica y recorrido del Amazonas 1862-1866
Estudio preliminar Lily Litvak
LAERTES S.A. EDICIONES ISBN: 84-7584-014-0
[Edición facsimilar que reproduce el original de 1866 cedido por la Biblioteca Pública Arus]
Barcelona 1984



Miembros de la expedición antes de partir. Marcos Jiménez de la Espada
(recostado en el suelo) rescatará importantes documentos y relaciones
históricas de la Conquista que permanecieron inéditas hasta el siglo XIX.
ESTUDIO PRELIMINAR

La Comisión Científica del Pacífico 1862-1865

La Comisión Científica del Pacífico fue una expedición de naturalistas españoles a Sudamérica que tuvo lugare en los años 1862-1865. estaba formada, en la primera parte del trayecto, por ocho miembros; Patricio María Paz y membiela, Presidente, Francisco de Paula Martínez y Sáez, Marcos Jiménez de la Espada, Manuel Almagro y Vega, Juan Isern y Batllé, Bartolomé Puig y Galup, y Francisco Castro y Ordóñez. La segunda parte de la expedición o "El Gran Viaje", por el Amazonas la efectuaron tan sólo cuatro de los citados: Martínez y Sáez, Jiménez de la Espada, Isern y Almagro.
[...]

La expedición que estudiamos vino a reanudar toda una serie de viajes de investigación naturalista que arranca desde el Siglo de Oro. El primero de ellos fue el de González de Oviedo y Valdés, antiguo mozo de cámara del infante D. Juan, familiar del rey D. Fadrique y secretario del Gran Capitán D. Gonzalo de Córdoba. Salió el 11 de abril de 1514 del puerto de Sanlúcar de Barrameda, y visitó gran parte de las Antillas, pasando después a tierra firme. este explorador completó su gran estudio Sumario de la

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natural historia de la Indias, en 1525, (3) que consta de ochenta y seis capítulos donde detallaba los usos y costumbres, flora y fauna de aquellas regiones. Completó ocho viajes redondos desde España a las Indias, después de su primer tratado emprendió su monumental Historia General y Natural de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano, en la cual trabajó de 1535 a 1557.

Siguió a esta expedición la de Francisco Hernández, comisionado por el rey Felipe II para investigar la historia natural de la Nueva España. Emprendió su viaje en 1570 y permaneció en el virreinato hasta 1576. estudió los minerales, la zoología, la historia y geografía de México y trajo consigo un herbario y una nutrida colección de semillas y plantas vivas. Consignó sus trabajos en dieciséis volúmenes que contenían textos y dibujos de plantas y animales.

En las postrimerías del siglo XVI aparece la magna figura de explorador, geógrafo y naturalista, Padre Bernabé Cobo. Destinado a Sudamérica en 1598, permaneció allí cincuenta y pico años, dedicándose al estudio. Consignó su labor en su Historia del Nuevo Mundo, compuesta de cuarenta y tres libros. (4)

Otras expediciones continuaron las investigaciones científicas. Mencionemos la de Pedro Fernández de Quirós de gran provecho para la historia natural, que salió en 1567 de Lima hacia las islas de Oceanía. En 1604, Felipe de Romanes viajó por Perú. En 1621, los misioneros jesuitas Simón Rojas y Humberto Coronado recorrieron las regiones del Napo. En 1649, Pedro Porter Casanate fue descubridor del Golfo de California, y en el último tercio de ese mismo siglo, Pedro Ordóñez y Ceballos visitó muchos países de todo el mundo, recogiendo abundantes datos de historia natural.

A mediados del siglo XVII, envió Linneo a la península a Pedro Leoffling, que acompañaría en 1754 una expedición con destino a Guyana al mando de José de Iturriaga. Por esas mismas fechas sale la de Eugenio de Alvarado para estudiar la flora de la provincia de Guayaquil.

Durante el reinado de Carlos III, se continúan organizando expediciones a América. La de Hipólio Ruiz recorrió gran parte del territorio de Chile y las provincias meridionales del Perú y trajo de vuelta a España plantas vivas, semillas, rocas, conchas, aves, peces, animales, objetos de indios salvajesy plantas vivas destinadas al Jardín Botánico. En 1789 comezó la edición de la gran
(3) Publicado en Toledo, 1526.
(4) Tan sólo han sido hallados diez volúmenes.

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obra titulada Flora Peruviana et Chilensis sive Descriptiones et Icones plantaru peruvianaru et chilensium.

A esta expedición siguió otra no menos importante al reino de Nueva Granada, la de José Celestino Mutis. En el transcurso de este viaje el gran naturalista preparó los materiales para su obra monumental sobre la flora de aquella región. Envió además a España una importante remesa de minerales, plantas, maderas y objetos.

En 1788 embarcó MartínSessé hacia Centroamérica, remitiendo ya al año siguiente a Madrid gran cantidad de muestras. salieron de esta empresa importantes trabajos científicos como Plantas de Nueva España y Flora Guatemaliensis.(5) Un año después, se preparó, con arreglo a un plan más vasto, otra expedición que tuvo por jefe a Alejandro Malaspina. El objetivo era la construcción de cartas hidrográficas y la investigación del estado político de América. salió el 3o de julio del año citado con rumbo a Montevideo. En éste y ortos viajes recorrieron Nicaragua, Centroamérica, Uruguay, Argentina, Chile, Filipinas, el norte de Guinea, y las Islas Salomón, hasta el extremo de Nueva Zelanda, coleccionando minerales, conchas, plantas, animales. Con este viaje terminó aquella larga serie de empresas científicas. No se reanudarían sino hasta la expedición del Pacífico que presentamos. [...]

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El 10 llegó la escuadra a las islas  Chincha apoderándose de ella. La noticia de ese suceso levantó una tempestad de protestas en Chile que se tradujeron en manifestaciones públicas de odio contra España y de simpatía al Perú. Se atacaba en la prensa a la Comisión Científica. A los pocos días de haber desembarcado la Comisión, apareció en uno de los diarios de Valparaíso la caricatura del general de la escuadra con seis pájaros a su lado. Al pie del primero se leía la palabra "¡Piratas!", y debajo de los pájaros "Comisión Científica". En la capital chilena ocurrieron sucesos semejantes, que relata Isern en carta a su familia: "En Santiago quisieron arrollar y arrancar nuestro pabellón que estaba izado en casa del ministro de España. Hubo muchos ¡mueras a los godos!, que así os llamaban a los españoles. A los de la Comisión nos aborrecen más todavía y dicen de nosotros que hemos sido enviados para estudiar el país en caso de guerra con España." [Lily Litvak]

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[...] En Chile juzgamos conveniente separarnos para extender más el teatro de nuestras observaciones. En consecuencia de esto, los Sres. Almagro é Isern marcharon al Perú y Bolivia. Los otros individuos de la Comisión siguieron con la escuadra. Veamos desde luégo el interesante viaje que hicieron los dos primeros, sintiendo que la naturaleza de esta Memoria no permita detallar las observaciones hechas en él.

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IV.

Los mencionados señores se embarcaron el 11 de Junio de 1863, en el vapor caletero San Carlos; el 18 del mismo, despues de numerosas escalas en los puertos de Chile, Bolivia y Perú, desembarcaron en el de Arica, perteneciente á esta última república. Tomamos allí el ferro-carril que va hasta Tacna, distante 13 leguas: tres dias permanecimos en tan linda ciudad, una de las más importantes del Perú, haciendo los arreglos necesarios para ir á Bolivia del único modo posible, que es en mulas, atravesando las cordilleras.

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[...] El 27 hicimos una larga jornada de 14 leguas, y dormimos en el pueblecito de Viacha, teniendo el gusto de saber que al inmediato dia llegariamos á La Paz. En efecto, el 28, á las doce

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del dia, bajamos la dilatadísima cuesta que desde el alto de Potosí conduce á La Paz, principal ciudad de la república boliviana.

Habíamos andado 96 leguas.

Por no haber fonda de ninguna clase, nos hospedamos en casa de los amables comerciantes españoles, Sres. Gomez y Manteca.

Bolivia debe su nombre al Libertador D. Simon Bolívar. Su territorio fué conocido desde los primeros tiempos de la conquista del Perú, puesto que por él pasó Almagro para ir á Chile, y casi al mismo tiempo se descubrieron en el cerro del Potosí las fabulosas minas de plata que aún se explotan, y que fueron propiedad de hernado y Gonzalo Pizarro, hermanos del marqués D. Francisco.

Esta comarca formó luégo partde del virreinato del Perú, y fué conocida bajo el nombre de Alto Perú, por estar la mayor parte de su suelo en las elevadísimas planicies situadas en lo alto de las cordilleras.

Efectuada la independencia, Bolívar fundó esa nueva nacion, pero con tan poco acierto, que hizo, como allí juzgan, una casa sin puerta. En efecto, un inmenso desierto, de 300 leguas de ancho, sin agua ni vegetacion, separa la parte principal de Bolivia del mar, donde no tiene más puerto que el miserable de Cobija, el cual nos ocupará más adelante. Tiene, sí, gran número de rios, que si fuesen navegables, podnrian á esta república en comunicación con el Atlántico por los llamados Pilcomayo y Madera, que van á desaguar en el Plata y el Amazonas; pero aquellos, en los terre-

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nos bolivianos, están sembrados de numerosas cascadas que imposibilitan su navegación. De aquí nace que un país favorecidísimo por la naturaleza en productos de los tres reinos sea tan pobre, que apénas tiene rentas para cubrir sus más indispensables gastos. Añádase á esto la falta de vias de comunicacion, el estado de revolucion constante, y se comprenderá la poca importancia de una nación, que con paz, órden y caminos, sería de las más prósperas y ricas de América.

[...]

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El 16 de Marzo de 1864, llegamos á Valparaíso, donde encontramos nuestros compañeros de viaje, excepto el digno Presidente, Sr. Paz y Membiela, quien, por sensibles disgustos con los jefes de marina, se había retirado á la península. Veamos ahora el itinerario seguido por los otros expedicionarios desde su salida de Chile, verificada en Junio de 1863, parte de ellos en la goleta Covadonga, y el resto en la fragata Triunfo. Los señores Paz y Martinez dejaron á Valparaíso, á bordo de la Covadonga, el 13 de Junio de 1863 [...] El 18 llegaron á Caldera, puerto de la costa chilena, que comunica con Copiapó por un ferro-carril de dificil construccion, á causa de lo accidentado del terreno, entre la poblacion y las minas de Chañarcillo. En Copiapó encontraron al señor Amor, quien desde fines de Abril estaba allí, reuniendo una magnífica coleccion de minerales de cobre, pata y oro, compuesta de numerosos ejemplares de gran valor científico.

Copiapó es un asiento de minas, que ha llamado una numerosa y variada poblacion, que se ocupa en el laboreo de ellas, y en divertirse y jugar en demasia. Los mejores minerales son los llamados Chañarcillo y Tres-puntas. La situación de Copiapó, al prin-

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cipio del desierto de Atacama, hace que esta localidad sea muy desagradable, aunque la mucha concurrencia que acude allí procura mitigar los defectos de la mala topografía de la ciudad.

Reunidos los tres expedicionarios, regresaron á Caldera, continuaron visitando algunos puertos poco importantes de la costa de Chile, haciendo en todos ellos variadas colecciones de peces, insectos, minerales y moluscos; reconocieron las huaneras de Megillones, que por fuerza, y sin razon, quiere Chile despojar á Bolivia, y llegaron al puerto boliviano de Cobija el 30 de Junio. Allí fueron cordialmente obsequiados por los Sres. Artola y por el vice cónsul de S.M., D. José M. de Insausti, quien les ragaló, para nuestro museo, un soberbio ejemplar de cobre nativo, extraido de las minas de San Bartolo (desierto de Atacama), que pesa más de seis arrobas, y que quizá es único en el mundo. El 2 de Julio fondearon en el puerto peruano de Arica, internándose hasta Tacna por el ferro-carril; regresaron al puerto, y llegaron al Callao el 12 de Julio, donde se reunieron con las fragatas y con los otros comisionados, excepto los señores Isern y Almagro, que como ya hemos dicho, se hallaban entónces en las dordilleras. [...]



Nota a pie de la página 72 de la Memoria de Almagro: "Si algun dia vuelve el Gobierno español á disponer alguna expedicion científica fuera de la península, convendrá sobremanera que no vaya sujeta á los planes ó necesidades de la marina de guerra, sino sola, independiente para cuanto se refiera á trabajos científicos, llevando á sus órdenes el buque ó buques en que se verifique la expedicion, con lo cual podrá detenerse la Comision tood el tiempo necesario en cuantos sitios lo reclame el interés de las ciencias. Si así se hubiese hecho ahora, todavía hubieran sido más importantes y numerosos los resultados de la Comisión científica envuiada á América." Imagen: reglamento de la expedición.




Las momias de la expedición española al Pacífico (1862-1866) (Museo de Antropología Médica-Forense, Paleopatología y Criminalística de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid.)

http://www.museorevertecoma.org/v2/index.php?option=com_content&view=article&id=115:las-momias-de-la-expedicion-espanola-al-pacifico-1862-1866&catid=9:momias 26.06.2013 (19:11 Bogotá)

La base de este estudio la constituye una serie de momias procedentes de Chiu-Chiu (antiguo territorio de Bolivia) al borde del Desierto de Atacama, traídas por la expedición española al Pacifico oriental el año 1862-1866 y depositadas en la Cátedra de Medicina Legal de la Facultad de Medicina, Universidad Complutense donde han sido tratadas, estudiadas y restauradas durante estos últimos 10 años.
HISTORIA
Reconstruir la historia de estas momias no ha sido empresa fácil y aun tardaremos en completarla probablemente y lo más seguro es que nunca sepamos algunos de los episodios que han tenido lugar en torno a ellas.
La Historia moderna de estas momias comienza el año de 1862, cuando es nombrada una Comisión española en el mes de junio, compuesta por un grupo de naturalistas y un médico a los que se encarga acompañar a la escuadra que marchaba al Pacifico, siendo Presidente del Gobierno Leopoldo O'Donnell y Ministro de Fomento, el Marqués de la Vega de Armijo.
La Comisión estaba compuesta por:
D. Patricio Paz y Membiela como Presidente, D. Fernando Amor, Geología y Entomología, D. Francisco Martínez y Sáez, Peces, Moluscos y Zoófitos, D. Marcos Jiménez de la Espada, Mamíferos, Aves, Reptiles, D. Juan Isern, Botánica, D. Manuel de Almagro, Antropología y Etnografía, D. El Sr. Puig, ayudante-disecador, El Sr. Castró y Ordóñez, fotógrafo
E1 10 de agosto de 1862, parten del Puerto de Cádiz en la fragata Nuestra Señora del Triunfo. A su llegada a Santa Cruz de Tenerife, comienza ya el tema momias a producirse. Hacía poco tiempo que se habían hallado "tres magníficas momias" en una caverna de la isla.
Las examinan, proponen adquirirlas para el Museo de Ciencias de Madrid, y la respuesta del gobernador es que ya ha determinado enviarlas precisamente al Museo. Confiados, parten para América.
No vamos a relatar aquí todas las peripecias de aquel viaje sino solamente lo relacionado precisamente con las momias. El P.Barreiros ha hecho un relato de la expedición a la vista de los diarios de algunos de sus miembros. También se han publicado los diarios de Marcos Jiménez de la Espada y el del Dr. Manuel de Almagro. En el diario de este último se dice que "con pesar y sorpresa han sabido que las momias no fueren enviadas al Museo de Ciencias como había prometido el Gobernador".
La finalidad de esta expedición era obtener materiales de toda índole, desde animales vivos a disecados, plantas y conchas de crustáceos, peces y material antropológico, etnográfico y geográfico. En buena parte cumplieron con su cometido y la expedición fué fructífera, pero hubo que lamentar la muerte de D. Fernando Amor, en un Hospital de San Francisco de California y más tarde la de Juan Isern, a causa de enfermedad contraída durante el viaje.
Además tuvieron problemas con el propio Presidente de la Comisión que no era persona de muchos arrestos ni apta para tal cometido así como con el propio Comandante de la escuadra que ajeno totalmente a todo que significase ciencia y según él no fuese estrictamente Reglamentario en la Armada, no permitió incluso realizar prácticas de taxidermia a bordo, haciéndoles la vida imposible, incluso negándoles la permanencia en cubierta.
Almagro en su Diario de expedición) (1) dice que no pudiendo ir


(1) ALMAGRO (M. de); Breve descripción de los Viajes hechos en América por la Comisión Científica enviada por el Gobierno de S.M.C. durante los años de 1862 a 1866 (Madrid, Impr. Rivadeneira, 1866)


al Arauco por ser época de lluvias, las que imposibilitaban el paso de los ríos, resolvió ir a Chiu-Chiu, en Bolivia, donde sabía que podían encontrar cadáveres momificados.
Parece que había recibido alguna información en este sentido. Muy probablemente entre sus mejores informadores estuvieron el Sr. Artola, un gran comerciante español, dueño de la Casa Comercio más importante en Bolivia por aquel entonces y el Vicecónsul español Don José Manuel Insausti.
Así embarca el 17 de abril en 1864 hacia Cobija puerto situado en los 22.5¼ de Lat Sur y 73¼ de Long Oeste que estaba a la sazón poblado de Indios Changas, arrieros y pescadores, mestizos y algunos blancos. Cobija era el único puerto boliviano en el Pacifico. Llega allí el 22 del mismo mes de abril de 1864. Poco después de desembarcar alquila enseguida una mula de carga, otra de silla y se pone en marcha para atravesar el arenal que desde la costa se introduce tierra adentro y que se conoce con el nombre de desierto de Atacama, más de 100 Leguas de camino en línea recta.
Por aquel entonces había servicio de postas pero era tan irregular y malo que estaba casi abandonado y los puntos de parada se encontraban a veces en ruinas, sin gente alguna y menos caballerías de recambio.
Así, al amanecer del primer día llegó a la posta de CULUPO, y descansó allí algunas horas concluyendo la jornada en una choza, arruinada e inhabitada llamada CHACANSI, donde tuvo que permanecer como él mismo refiere todo el siguiente día por habérsele extraviado una mula. Quien no ha recorrido esta región no puede imaginar lo que es. Un desierto ardiente y seco, donde la piel se agrieta y los labios se cuartean, la deshidratación se hace insoportable así como la falta o humedad. Viento ardiente del desierto, carencia de agua...no eran las condiciones más apropiadas para hacer grato este viaje. Pero todo esto unido a la soledad no arredraron al Dr. Almagro.
Había una especie de riachuelo en las proximidades del tambo, cosa inusitada en un desierto pero ante su espanto comprueba que el agua es tan salobre y desagradable que como él mismo expresa porque seguramente la conocía, se parece a la de LOECHES de Madrid.
Recordaremos que el Balneario de Loeches que he tenido la oportunidad de estudiar producía por aquel entones aguas de acción laxante para curar ciertas enfermedades del hígado otras de la piel por aplicaciones locales.
Así que ALMAGRO no puede beber aquel agua y tiene que ir utilizando con cautela la que había traído consigo, parte de la que se pierde con la mula extraviada.
Continúa su viaje y el día 25 de abril llega a la posta de HUACATE, también desierta y con agua de calidad semejante, totalmente imposible de beber. Descansa sin embargo aquella noche y el 26 llega pueblecito de CALAMA donde consigue saciar su sed.
Del Diario se deduce que aquellos expedicionarios habían sido elegidos por sus conocimientos técnicos, pero no habían sido preparados para la misión que iban a cumplir, a veces recorrer lugares como el Desierto de Atacama, donde es mucho mejor caminar o atravesarlo de noche descansando de día para evitar la deshidratación.
En CALAMA consigue saciar su sed.
Otro problema se presenta para el que no están tampoco preparados los expedicionarios. Ni se debe beber cualquier agua ni se debe beber cruda. En este tipo de expediciones hay que saber cómo sobrevivir y cómo utilizar al máximo los recursos al alcance sin correr riesgos o los menos posibles.
A1 día siguiente continúa su camino y llega después de haber recorrido 45 leguas a CHIU-CHIU, donde se detiene. Comienza enseguida las excavaciones, que desafortunadamente no nos cuenta, ni da más noticia que esta brevísima: "Practiqué muchas excavaciones de las cuales tuve el placer de sacar numerosas momias que con mucho trabajo han podido ser conducidas hasta Madrid".
Sin embargo, en el Diario aún podemos leer algunos párrafos de este viaje. dice: "Arreglado todo para el transporte de dichas momias regresó a COBIJA el Sr. Almagro (habla en tercera persona) por el mismo inhospitalario camino, situado en el desierto de ATACAMA, desierto de arena movediza, que levantada en gran cantidad por el viento, borra el camino, causa mucha incomodidad y a veces la pérdida del viajero. No hay en este desierto ninguna vegetación y la poca agua que se encuentra es de tan mal gusto, que ni las bestias la beben. El alimento de éstas tiene que ser conducido por ellas mismas, que acostumbradas a comer poco y beber nada en tres días, perecen en gran cantidad. Sin embargo, éste es el único camino que hace comunicar todo el Sur de la República boliviana con la costa, y numerosas recuas conducen mercancías de ésta al interior, regresando cargadas de plata acuñada, procedente de la Casa de la Moneda del Potosí. Estas recuas, a pesar del valor de sus cargamentos, vienen sólo conducidas por un hombre y nunca han sido robadas".
El Dr. Almagro regresó al Puerto de COBIJA con una recua que iba cargada con 120.000 pesos de plata. El Sr. Artola y el Vicecónsul español D. José Manuel de Insausti le ayudaron a realizar todos los preparativos para embarcar las momias.
Por entonces el fotógrafo Sr. Castro, el ayudante-disecador Sr. Puig y el propio Presidente de la Comisión Sr. Paz y Membiela por desacuerdos con el Almirante en Jefe ce la Escuadra también habían decidido abandonar la expedición y regresar a España.
Amor había muerto ya en California. Así sólo quedaron cuatro expedicionarios, Martínez, Espada, Isern y el propio Almagro, que deciden repetir el mismo viaje realiza por Francisco de Orellana en su expedición de descubrimiento del Amazonas partiendo de Guayaquil.
No es nada fácil aun en la época actual ni cómodo y puedo afirmarlo con conocimiento de causa ya que con mejores medios a nuestro alcance yo mismo he realizado esta expedición, desde Guayaquil a Quito, luego atravesando los Andes, siguiendo el río Coca y el Napo para luego continuar por el Marañón o parte alta del Amazonas y después por el Amazonas mismo hasta la Isla de Marajó en su desembocadura.
Después siguen hasta Belem do Pará donde llegaron en muy malas condiciones, especialmente Isern que ya estaba herido de muerte por la enfermedad que acabaría con él y que había contraído al parecer en pleno Amazonas en Tabatinga un lugar donde los mosquitos no perdonan.
Durante aquel viaje el Dr. Almagro sufrió un naufragio en el Río Amazonas al voltearse la canoa en que viajaban salvándose gracias a sus conocimientos de natación, pero perdiéndose su equipo, y lo que más lamentó: "el esqueleto completo de un indio záparo que había desenterrado días antes en el Aguano y que no había enviado con las carga temiendo que los supersticiosos indios lo arrojaran al agua".
Todavía perdería una oportunidad más, pues el 14 de julio de aquel año antes de zarpar del pueblo de COCA, había muerto un indio, al parecer otro záparo y los naturalistas, ávidos de materiales no perdieron tiempo y "extrajimos, dice, su esqueleto que colocamos a en un cajón al que hicieron numerosos agujeros atándolo con una fuerte cadena a remolque de la balsa que habían construido para navegar por Río Amazonas".
Pensaron que a través de los orificios, la corriente de agua constante arrastraría las partes blandas maceradas en forma natural en el agua del río.
Pero también este "interesante esqueleto" como refiere el propio Almagro se perdió a causa de la superstición de los indios, ya que una noche que se habían separado de las balsas para visitar una ranchería de indios, desapareció el cajón, al mismo tiempo que una canoa chica que llevaban. Los indios le dijeron que "el infiel del cajón, había robado la canoa para fugarse en ella".
Terminando su viaje casi por el Amazonas se encontraron sin dinero, sin medios, casi sin ropa, destrozada por el camino, con sus crecidas barbas y con Ysern ya gravemente enfermo con una severa ictericia.
Embarcaron en "Icamiaba" con los escasos recursos que les que daban el 10 de septiembre, tomando "billete de proa" y tuvieron que pasar por el amargo trance de encontrarse con el naturalista americano Agassiz que iba al frente de otra Comisión científica costeada con amplios recursos por un banquero de Boston y la protección del Gobierno brasileño.
El contraste era evidente y como ha sucedido a muchos investigadores españoles sienten la amargura de la incomprensión de nuestras autoridades, de la falta de apoyo e interés del sector público y privado que no tienen en cuenta el trabajo científico ni el valor de la investigación, ni siquiera por orgullo patriótico de demostrar de lo que somos capaces, abandonando a su suerte a aquel grupo de esforzados y patrióticos sabios merecedores de mejor suerte.
A pesar de todo hicieron buena amistad con Agassiz que rápida mente y comprendiendo el problema de nuestros compatriotas, intervino de manera que las autoridades de Tabatinga aceptaran una letra de cambio pagadera a su llegada a Pará donde esperaban que el Gobierno español les hubiese enviado los fondos prómetidos.
Así pudieron víajar hasta Belém do Pará en camarote de popa.
Pero más tarde vendría la desilusión al comprender que el Gobierno no les había enviado los fondos prometidos y los había dejado en la estacada, aunque el Vicecónsul de Pará se portaría muy bien con ello.
La expedición estaría de regreso en España el 18 de enero en Madrid, después de haber estado recorriendo América desde julio 1862, casi cuatro años.
A su llegada trabajaron aún intensamente para presentar una Exposición en el Jardín Botánico de Madrid, en la estufa. Almagro pudo así presentar y relacionar entre el material etnográfico recogido, las 37 momias de Perú y Bolivia además de una momia de Guaitecas en el Archipiélago de Chiloé, aparte de otros materiales y restos humanos.
Ya tenemos las momias en Madrid. Hace un siglo de esto. Es lamentable que Almagro no nos haya dejado más detalladamente escrito todo lo relacionado con las momias. Es evidente que fueron con el fueron recogidas como se hacía en aquel entonces con el fin de obtener antigüedades: objetos para exponer en Museos y vitrinas, pero sin mucho ánimo de estudiarlas.
Y así ha seguido por espacio de 119 años que han estado guardadas en diversos lugares, desde el Botánico al Museo de Ciencias de este al de Etnología, sufrieron la Guerra Civil y en avanzado estado de putrefracción, y atacadas por polillas, Dermester y Antrenus Museorum han ido descomponiéndose hasta quedar algunas casi totalmente destruidas, esqueletizadas.
Trasladadas a la Facultad de Medicina, los intentos de mejorar su situación no fueron tampoco muy eficaces durante los cinco últimos años en que fueron depositadas en los estabularios de Departamento de Medicina Legal. A nosotros nos tocó la misión de estudiarlas y tratar de evitar su total destrucción.
Nuestro primer paso fué aislarlas una de otra, eliminar el olor realmente nauseabundo que despedían producto de la descomposición, atacar a los insectos destructores, que eran una verdadera plaga.
A nuestra llegada al Departamento las momias estaban en el suelo, sin protección alguna y el suelo cubierto totalmente por polvo de momia, restos en total descomposición. Los intentos con radiación ultravioleta no habían servido para nada.
Lo primero que hicimos fué separar a cada una bolsa de material plástico como las tienen en el Musée de L«Homme de Paris, dentro del cual colocamos PARADICLORO-BENCENO y TABLETAS DE FORMOL. Con ello se ha conseguido un primer paso y ha sido la casi detención total del mal olor y la destrucción de gran parte de la polilla.
Luego hicimos capturas de los insectos destructores.

CONSERVACIÓN DE LAS MOMIAS
Una vez encerrada cada momia en su bolsa de plástico con PARADICLORO-BENCENO y FORMOL, restauramos cada momia hasta donde fué posible. Los experimentos realizados han permitido apreciar que algunas de ellas que estaban hechas una auténtica criba debido a los insectos, ahora presentan un aspecto normal al exterior.
El interior, los órganos internos prácticamente son inexistentes ya durante estos 118 años que llevan en España han sido intensamente atacadas. Lo extraño es que aún se conserve algo de los antiguos tejidos dos blandos. Luego veremos por qué.
Los insectos hallados en las momias han sido:
DERMESTIDOS (Clase: Insectos; ORDEN: Coleoptera; Familia: Dermestidae. Hay numerosas especies que son en general la pesadilla de los Museos. Hemos encontrado Dermestes vulpinus que es el que ataca las pieles y los cueros y el Antrenus Museorum o Verbasci.
La cabeza de estos Derméstídos es pequeña en los adultos, muy metida dentro del tórax, poco visible cuando se observa al animal por encima. Las antenas son cortas, elevadas. El aparato bucal muy robusto.
El protórax, tan ancho exteriormente como los élitros y termina en forma redondeada. Los élitros recubren completamente el abdomen. Las alas están bien desarrolladas y las patas son cortas. El animal cuando se siente irritado, y lo hemos hecho bajo el microscopio, puede observarse cómo pliega las patas al cuerpo hasta casi hacerlas desaparecer.
En cuanto a las larvas, son de cuerpo alargado, muy peludas, cubiertas de tegumentos fuertes, con grupos o anillos de pelos dispuestos en corona. El aparato bucal es muy fuerte. Hemos encontrado los dos estados larvario y adulto y restos de pupas. Las larvas son sumamente voraces, ocasionando grandes daños en los Museos zoológico y en este caso en los cuerpos de las momias. El ciclo vital puede comprender de cinco a treinta mudas y mantenerse en estado de larva durante años.
Los derméstidos pueden devorar toneladas de alimentos en poco tiempo. En la Smithsonian Institution de Washington, en los sótanos del National Museum of Natural History, una de las prácticas que tuvimos que hacer durante el curso de especialización en antropología Forense fue la de trabajar un día entero con Derméstidos. En los mencionados sótanos tienen grandes cámaras frigoríficas a temperatura regulada, espacialmente dedicadas a la cría de Dermestes que utilizan para esqueletizar animales, con objeto de montar luego perfectamente limpios por ellos, los esqueletos.
Además de colocar cada momia en su bolsa de plástico y someterle a la mayor esterilización posible, se han montado estanterías metálica donde se han colocado ordenadamente y herméticamente cerradas las bolsas. La restauración se está haciendo con plastilina y polvo de la propia momia y en ocasiones con "papier maché", Alkil y polvo de momia y en algunos casos con polvo de momia estéril, mezclado con DDT.
Hemos separado para estudio los exoesqueletos de las mudas hallados en el exterior de las momias, las corazas o exuvios y los propios dermestes, unos muertos por la acción del P.Dicloro Benceno y otros aún vivos, resistentes a esta substancia.
Las larvas tienen un cierto parecido al Lepisma aurea o Lepisma crassipes que se reproducen también en las colecciones de Museos. Son otros destructores temibles, pues se reproducen con gran facilidad. El macho se aproxima a la hembra e introduce su órgano copulador en cualquier parte del cuerpo. Realizado su acto cumbre, muere a las dos tres horas. Pero la hembra queda fecundada y su progenie es hasta de 2.500 hijos.
Hemos detectado también los huevecillos y larvas recién nacidas así como el excremento de las larvas. Las ninfas están contenidas en la íntima piel de la larva que le sirve de capullo.
MOMIFICACIÓN
Se ha llamado así al proceso de conservación del cadáver y también embalsamamiento. La palabra momia procede del árabe mummiya, que significa asfalto o betún, brea. Asfalto, del Lago Asfaltites era la substancia (alquitrán) con la que los egipcios protegieron sus cadáveres y de ahí que a los cadáveres embalsamados egipcios se les venga llamando momias, aunque los egipcios de antaño nunca conocieron ni utilizaron tal palabra sino la palabra egipcia säqu, que quiere decir cadáver embalsamado o vendado.
La momificación puede ser espontánea, cuando las condiciones ambientales (humedad y temperatura) son las apropiadas. Tal es el estado de los cuerpos que quedan cubiertos de arena en el desierto en condiciones anaerobias o bien en los grandes páramos (Venezuela) o el altiplano peruano. El enrarecimiento del aire, las bajas temperaturas o la sequedad de las tierras desérticas de la costa (Paracas, Desierto de Atacama) favorecen la desecación y conservación del cuerpo y posterior transformación de las partes blandas externas (corificación).
También se da la momificación espontánea en sujetos que a causa de prolongada enfermedad consuntiva quedan emaciados (en la práctica momificados en vida) y son enterrados en lugares como criptas de monasterios por ejemplo en los que las condiciones de temperatura y humedad son apropiadas para la conservación de los cuerpos sin descomponerse.
Los cuerpos incorruptos (adipocíra) ya no se pueden tomar como signo de santidad, aunque algunos santos hayan permanecido y aún permanezcan incorruptos. De hecho muchos santos se han corrompido como cualquier otro ser humano pecador y sus huesos se han repartido como reliquias por todo el mundo.
El fenómeno del adipocira o adipocere, se produce en determinadas condiciones de humedad no excesiva a causa de la hidrólisis de las grasas y transformación en cera de las partes blandas lo que da lugar a la conservación del cuerpo incorrupto, casi indefinidamente, exudando incluso periódicamente un liquido serosanguinolento.
Otro tipo de momificación es el llamado natural intencional, que consiste en colocar el Cadáver en las condiciones adecuadas para que el proceso de conservación se produzca, pero deliberadamente. Aquí comienzan ya las denominadas prácticas culturales de conservación de cadáveres que ha tenido lugar a lo largo de la Historia en muy diversas regiones del planeta.
Un problema tan antiguo como lo es probablemente el hombre, ha sido el manejo o cuidado de los muertos. Varios caminos parecen haber sic seguidos en la tanatopraxis: (Puede consultarse aobre este tema: José Manuel Reverte, "Antropologia Médica", Edit. Rueda Madrid, 1991)

  1. Abandono del cadáver, definitivo o temporal.

  2. Cremación o Incineración

  3. Inhumación

  4. Entierro secundarlo (consecutivo a alguna de las formas anteriores).

  5. Incorporación o ingestión (endocanibalismo) bien del cadáver fresco o bien de las cenizas mezcladas con otra substancia.

  6. Conservación (momificación, embalsamamiento).
Aquí vamos a referirnos solamente al último apartado.
Extensión Geográfica de la momificación artificial como práctica cultural
La práctica Cultural del embalsamamiento, conservación del cuerpo ó momificación ha estado ampliamente extendida por la superficie del globo. Desde tiempos remotos conócense dos grandes áreas de embalsamamiento que clásicamente han sido Egipto (desde hace cinco mil años aproximadamente) y el Area andina (Perú, Bolivia, Ecuador, Norte de Chile).
Sin embargo a este tipo de prácticas hay que añadir una tercer área aunque no tan extensa ni por ello menos importante para nosotros las Islas Canarias.
En el área del Caribe y Centroamericana, la momificación se ha practicado ritualmente por desecación. Por medio de la acción del humo, del calor de una hoguera y la acción directa del sol tropical.
Las citas abundan en los cronistas de la primera época especialmente Gonzalo Fernández de Oviedo, el propio Cristóbal Colón y su hijo Herrando y todos los que se pusieron en contacto con el mundo de Tierra Firme en la primera época.
Pero se trataba de la preservación de ciertos individuos de la comunidad que por el puesto o status que desempeñaba eran dignos acreedores de ser guardados en casas especiales. A1 pueblo llano no le llegaba esta técnica.
De la misma forma podemos considerar un área Oceánica, donde también la desecación por el hubo y la acción de masajes con aceite de coco y otras substancias vegetales sobre la piel del cadáver estaba muy extendida como medio de preservarlos contra la descomposición cadavérica.
LA MOMIFICACIÓN NATURAL INTENCIONAL
Llamada así por VREELAND y por mi buen amigo y colega recientemente fallecido AIDAN COCKBURN (tipo II) ó embalsamamiento comprende varias fases que resumo aquí:

  1. Desecado intencional en atmósfera fría, anaeróbica, seca, sea en alturas superiores a los 4.000 andino o en las arenas calientes del desierto (Sahara, Desierto Líbico o arábico, Desierto de Atacama, Paracas, etc.

  2. Envolvimiento del cuerpo intencionalmente con materiales muy absorbentes (tela, fibra de algodón, hierba, hojas ciertas plantas).

  3. Colocación intencional también de los cuerpos así tratados, en necrópolis que reúnan las condiciones naturales climáticas para evitar la descomposición.

MOMIFICACION ARTIFICIAL
La llamada tipo III por VREELAND Y COCKBURN, comprende las siguientes fases con variantes que dependen de cada cultura, tanto en las técnicas, instrumentos y materiales utilizados.

  1. Evisceración de los órganos internos y/o bien otros tejido blandos.

  2. Reemplazo de tejidos blandos con materiales plásticos (arcilla, barro, paja).

  3. Extracción de todo o partes del esqueleto y reemplazo con hierbas u otros materiales de refuerzo.

  4. Desecación al fuego.

  5. Curado al humo.

  6. Uso de betún, bálsamo u otras substancias resinosas o aceites

  7. Relleno de la cavidad del cuerpo con hierbas u otros materiales con propiedades químicas antisépticas.
Evidentemente en este tipo III de momificación no siempre se cumplen en todas las etapas citadas. Por ello, personalmente consideramos en este grupo variantes, quizás tantas como grupos culturales han recurrido a estas prácticas.
En el caso de los egipcios, no siempre se practicó el embalsamamiento de la misma forma a lo largo de casi 4.000 años y si se estudia aquella cultura podemos observar la evolución, desde una posible momificación espontánea en arena o natrón (carbonato de sodio decahidrato Co3 Na2 + 10 H2 O) hasta la evisceración y embalsamamiento por separado de los órganos internos, guardando las partes así extraídas en vasos llamados canopes, representados clásicamente por AMSET, HAPI, TIUMANTEF y KHEBENEFF.
Etapas intermedias fueron la momificación, previa desarticulación de las distintas partes del cuerpo, probable en recuerdo de OSIRIS, substituyendo el corazón por el escarabeo sagrado, utilización del betún de Judea o Asfalto del Lago Asfaltites relleno parcial o barnización del interior del cráneo; de la gomma ó komma para empapar las vendas del finísimo lino egipcio, fractura de extremidades en ciertas épocas (fractura intencional), en otras colocación de las vísceras entre las piernas, embalsamamiento de I, II III categorías (citadas por HERODOTO) según las posibilidades económicas del difunto, almacenamiento temporal en el Per-Nefer o Casa de la muerte hasta quedar el cuerpo en condiciones de ser enterrado o depositado en un sarcófago antropomorfo, multiplicidad de sarcófagos según la riqueza y el status social del difunto y complejos ritos funerarios y mausoleos en los casos de arquiartras, faraones, sacerdotes o personajes de la Corte.
En el caso de los incas del Perú, al pueblo llano no se le embalsamaba con el cuidado que se hacía con los curacas y con los personajes de la casta gobernante. Las descripciones de los cronistas españoles son de gran valor histórico (basta leer a POLO DE ONDEGARDO, P. BERNABE COBOS, al INCA GARCILASO, al P. JOSEPH DE ACOSTA, a TORQUEMADA, sólo por citar algunos).
Además de Egipto y Perú (área andina) que son las regiones clásicas de momificación tipo III (quizás por coincidir en ambas la extrema sequedad del clima) es preciso citar como dijimos las Islas. Canarias donde los pueblos primitivos que las habitaron antes de la conquista, practicaron un embalsamamiento artificial e intencional a base de secado al humo y al sol, colocación en cavidades de rocas volcánicas llamadas malpaíses, evisceración, tratamiento con substancias vegetales, envolvimiento en pieles y almacenaje en cuevas donde la temperatura era constante y por ello más apropiada para su conservación y donde se podía evitar el acceso de animales destructores de los cuerpos así tratados.

ÀQUE TIPO DE MOMIFICACION PRESENTAN LOS EJEMPLARES ESTUDIADOS EN ESTE DEPARTAMENTO DE MEDICINA LEGAL?
Hemos podido observar por el momento hasta cinco tipos diferentes.
Hay casos de momificación espontánea quizás intencional, sin substancia protectora (alguna momia boliviana) momificación utilizando substancias protectoras de los tejidos acompañada de evisceración y vendaje (momias egipcias), momificación utilizando substancias ajenas al organismo con el objeto de embalsamar el cuerpo sin vendaje, tipo egipcio, pero sí cubiertas por algún tejido fuertemente apretado sobre el cuerpo para preparas llamado bulto (momificación intencional artificial de ciertas momia bolivianas y peruanas), momificación con ahumado y desecado seguido de protección con pieles de animales (momias guanches) y momificación con substancias aceitosas y resinosas mezcladas con barro o arena, soporte con la que se recubría todo el cuerpo (caso de algunas de momias procedentes de CHIU-CHIU (Bolivia).
Los cronistas españoles utilizaron la palabra "aderezar" muy acertadamente con ese grafismo tan castellano del s XVI para designar al tratamiento de los cadáveres en América, ya que es una operación similar a la que se practica con los alimentos cárneos antes de asarlos.
Estudiando microscópicamente, raspados de diversos lugares del cuerpo de estas momias, es evidente que una mezcla de substancias resinosas mezcladas con arena han sido utilizadas en gran parte de los cuerpos.
ÀQué substancia puede ser? Sin duda una resina como base, substancia vegetal protectora. Se ha encontrado enterrada con una momia en la Necrópolis de Ancón, una muestra que he podido ver en el National Museum of Natural History, que analizada específicamente demostró ser Bálsamo de Tolú (SAFFORD, 1917: 22. cit.por COCKBURN).
De aquí se ha deducido que en el Perú se usó el Bálsamo de Tolú, llamado luego erróneamente Bálsamo del Perú como substancia protectora para embalsamar cadáveres.
TOLÚ o SANTIAGO DE TOLÚ, es una local cercana a Cartagena de Indias, de la que ya mencionan cronistas como VAZQUEZ DE ESPINOSA que "se obtenía bálsamo oloroso, sangre de dragón y otras resinas y licores medicinales". El Bálsamo de Tolú procedente de Colombia es el Myroxylon balsamum o Myroxylum toluifera, pero que también se encuentra muy extendido por el Perú.
Sin descartar el uso del Bálsamo de Tolú o Perú, hay otra substancia aromática también, pero menos agradable al olfato que el bálsamo citado y es la llamada caraña hedionda, común en Centro y Sudamérica. Se trata de una goma o resina extraída del árbol de la familia de las Burseráceas llamado Elaphrium simaruba (L) Rose, o Bursera Simarruba Sarg.
Tiene 5-10 metros de altura y es fácilmente reconocible por su corteza verde o parda, muy lisa, que se deshace en hojas delgadas y es un hecho bien conocido por todos los que hemos recorrido las regiones tropicales y subtropicales de América, que los indios de muy diversas tribus conocen bien este árbol y utilizan la goma, savia o resina que produce, como cemento para remendar platos rotos y cosa que ya hacían los caribes, para calafatear y aún revestir sus canoas para protegerlas de la carcoma tan frecuente en aquellas regiones, el comegén. Además su uso medicinal casero es muy popular. Los llamados parches de caraña hedionda, son una especie de panacea en forma de pegotes de esta resina que se adhieren a las sienes para curar o prevenir las jaquee o en el ombligo de los niños para calmar sus dolores abdominales de diverso origen. El nombre de hedionda que recibe es por su olor desagradable y penetrante y cosa curiosa, muy parecido al que despiden las momias embalsamadas de esta forma.
Hay otras muchas plantas tropicales que producen gomorresinas que podrían ser utilizadas con los mismos fines y nuestra firme convicción es que efectivamente se han utilizado diversos tipos la región que se estudia, pero en este caso, creemos que se trata de la resina de Elaphrium o una variedad subtropical de Bursera (en algunas de estas momias). Lo cierto es que sus propiedades son evidentemente protectoras.
Tampoco dejamos de lado otra muy popular goma o resina americana la que se extrae del árbol llamado copal (Copaiba officinalis Jacq) de la familia de las Cesalpináceas, utilizada también por los nativos con fines medicinales y para untar los cabellos y cuerpos. La mayor parte procede del Valle del Amazonas. En Centroamérica se usa el copal resina como incienso en barritas envueltas en hojas de maíz para quemarlo en los altares.
Otra posibilidad es la del Protium asperum Standl, llamado caraño en Panamá, árbol de gran tamaño que exuda del tronco grandes cantidades de resina de un olor muy peculiar, fuerte y no desagradable.
No es la caraña hedionda anteriormente citada, sino simplemente el árbol caraño o copá, corrupción de la palabra azteca copal, pero no creo que fuese utilizado tan al Sur de América como Bolivia, aunque no es totalmente descartable.
Sigo pensando por el olor que se pueden descartar las aromáticas agradables y quedarse con la caraña hedionda, ya bien conocida como preservativo de la carcoma por los indios precolombinos.

POSICIÓN DE LAS MOMIAS
Hay un denominador casi común en todas las momias de CHIU-CHIU y es que están colocadas en posición de descanso, sentadas con los miembros flexionados. Hay la tendencia etnocéntrica a todas luces, por deformación profesional, de decir que están en postura fetal, pero en realidad es en posición de descanso. El que se muere, se supone que descansa eternamente y hay que colocarlo en una posición cómoda. Para el indio del altiplano la posición de descanso es con las piernas flexionadas en el suelo.
Otro hecho curioso, el pie derecho suele montar sobre el izquierdo. La cabeza está a veces derecha, otras ladeada hacia la izquierda o la derecha, lo que parece indicar que el cadáver era colocado en posición sentada antes de que se produjese el rigor mortis, es decir antes de morir o inmediatamente después de muerto.
Sabemos que en todos estos pueblos se practicaba la eutanasia y que solían atarlos antes de morir, cuando ya veían que estaba cerca el momento final e incluso se producía al despenamiento por estrangulación para evitar que el último aliento guañusian en lengua quechua pudiese salir de la boca del difunto y penetrar en uno sano produciéndole la misma enfermedad.
En ocasiones las manos parecen querer tapar las orejas o la cara, otras están flexionados para que la barbilla apoye sobre las palmas de las manos que se ofrecen así con una auténtica repisa para soportar la cabeza que en lugar de inclinarse de lado, se inclina así hacia delante. En otros casos, las manos parece que quieren tapar los genitales y están dirigidas hacia abajo por detrás de las piernas. En otros casos los brazos están flexionados sobre el abdomen.
Otra de las momias tiene la mano izquierda flexionada sobre el pecho y la derecha a lo largo del cuerpo como apoyándose en la cadera.
Casi siempre los dedos están flexionados o engatillados. Es raro encontrar los dedos completamente extendidos.
El cadáver, una vez sujeto en la posición sentado, generalmente descuidando la cabeza que caía a un lado o hacia el otro, era envuelto en tejidos de alpaca o llama, e incluso se vestían sus pies con las ojotas que son las sandalias típicas del área andina. Estos tejidos han desaparecido en todas estas momias de la Expedición al Pacífico.
Queda en algunas la huella de haber sido fuertemente envueltas de esta manera y aún ha quedado marcada sobre la piel del dorso o en regiones como la dorsal o lumbar la forma y dibujo del tejido y cuerdas, aunque la cuerda y tejidos han desaparecido, excepto en algún caso en que fragmentos han quedado adheridos a la piel.
Una de las momias especialmente conserva adherido a la piel del pie por su lado externo fragmentos del tejido de alpaca teñido de rojo que debió de envolverla. Otra conservan en torno a un tobillo una especie de pulsera de algodón y fibras vegetales que dan varias vueltas.
Si se trataba de un varón se le cortaba el pelo casi al rape.
Si era mujer se le dejaba el pelo largo (no siempre) y se le preparaba en trenzas que caían a ambos lados sobre los hombros o el pecho. Alguno conserva el vello pubiano y aún bigote, cejas y pestañas.
Es una de las momias más cuidadosamente embalsamadas que ha resistido un siglo en España en las condiciones que sabemos han padecido esta momias y el Antrenus museorum no ha podido con él, excepto en algunas regiones de la cara donde la lubricación con la substancia resinogonosa no se debió de dar con intensidad.
Es extraño que un indio tenga bigote, ya que si a alguno les sale pelo en estas regiones, lo depilan inmediatamente.
En otro caso (momia n¼ 7), parece tratarse de una madre muerta de parto, que sostiene un niño en sus brazos, ambos momificados. A esta mujer no se le ha colocado en la posición normal de flexión forzada o sentada con las piernas flexionadas de manera que las rodillas lleguen casi a la barbilla. En esta mujer se ha preferido colocarla en una posición natural para una madre con su hijo, que es sentada con piernas flexionadas lateralmente y el niño apoyado en su antebrazo derecho. La cabeza inclinada como mirándole. Esta momia conserva todos los cabello en forma de dos largas trenzas que caen una a cada lado sobre los hombros.
Hemos determinado el peso de cada momia así como practicado radiografías de cada una buscando la posible causa de la muerte o patología. No hemos observado huellas de evisceración en ningún caso. A pesar de todo lo que se ha dicho, en esta región, estas momias no han sido evisceradas a través de orificio o sección de alguna parte del cuerpo.
Los órganos internos han sufrido una autolisis y de lo que quedó en muchos casos se ha encargado el Dermestes Antrenus Museorum. La reducción a polvo paulatina pero constante en muchos casos, ha dejado prácticamente vacío el interior de muchas de estas momias.
En varios casos hay deformación craneal intencional de tipo cultural, dos antero-posterior con llautu compresor o apero deformador típico de la zona montañosa andina y en otra, compresión circular que ha deformado el cráneo en forma alargada y oblicua. El primer caso se ha producido una intensa braquicefalia, en el otro una dolicocefalia de dirección vertical.
Todavía en otras dos hemos apreciado perforación de los lóbulo auriculares, en un caso con intensa dilatación lo que demuestra que llevó un adorno de peso que fué dilatando paulatinamente al cabo de años el orificio.
En el otro caso, la perforación es sólo en una de las orejas y en la parte superior del lóbulo, y no parece artificialmente hecha sino quizás producto de la carcoma.
(Para un estudio antropológico, paleopatológio y médico-forense más completo de estas momias puede verse: José Manuel Reverte Coma: "The mummies in the School of Legal Medicine: A preliminary Report" (Manchester University Press, ed. R.A.David, Symposium Science in Egyptology, páginas 485-509, 1984)

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