viernes, 14 de junio de 2013

Bolivia en la región

Bolivia inicia negociaciones para ingreso pleno al Mercosur con premisa de no dejar la CAN

Uruguay fue la sede de la primera reunión con miras a incorporar de forma plena a Bolivia en el Mercado Común del Sur (Mercosur). Fue aprobado un apoyo de hasta 300.000 dólares para apoyar en la capacitación de los negociadores de Cancillería para el proceso de adhesión.



Mercosur

Mercosur

La Razón Digital / Carlos Corz / La Paz
11:15 / 14 de junio de 2013

Bolivia inició la negociación en Montevideo para su ingreso pleno al Mercado Común del Sur (Mercosur)  con la presentación de una serie de análisis y la mirada puesta en lograr la doble pertenencia, al bloque del sur y a la Comunidad Andina de Naciones (CAN). También fue aprobado un apoyo de 300.000 dólares para la capacitación de los negociadores bolivianos para la adhesión.
Entre el 3 al 5 de junio fue realizada la primera reunión en Uruguay del Grupo de Trabajo en el marco del Protocolo de Adhesión del Estado Plurinacional de Bolivia al Mercosur, según documento publicado en la página web del Ministerio de Relaciones Exteriores bajo el título´ Comenzó negociación de Bolivia para su incorporación como miembro pleno al Mercosur . En esa oportunidad, la comisión boliviana presentó los resultados de una serie de análisis preliminares.
Los análisis estaban vinculados hacia “la adecuación del arancel externo común, acuerdos comerciales en vigencia y en proceso de negociación, además de la normativa comercial nacional y la normativa andina con miras a lograr la doble pertenencia al MERCOSUR y a la Comunidad Andina”, refiere el documento emergente del encuentro.
Bolivia, que formada parte de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), recibió en noviembre de 2012 la invitación formal para ser miembro pleno del bloqueo del sur, del que forman parte Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela, mientras que Perú, Colombia, Ecuador y Chile tienen la condición de miembros asociados y México es observador.
El presidente Evo Morales firmó en diciembre en Brasilia el protocolo que incorpora a Bolivia al Mercosur y planteó consolidar y ampliar el mercado regional para proteger la economía ante crisis externas. Con la firma pasó a ser miembro con voz en las cumbres del Mercosur, aunque no con voto hasta tanto complete el proceso de adhesión.
En la primera reunión hacia la adhesión plena fue reiterada la invitación a Bolivia para participar de los encuentros del bloque y fueron establecidas las tareas para la próxima reunión, fijada para el 8 de julio, que están orientadas a la presentación de avances en los trabajos de correlación de la Nomenclatura Común del Mercosur y la utilizada por Bolivia, la realización de un análisis y presentación de comentarios iniciales al compendio normativo facilitado por el MERCOSUR, además de realizar una presentación de la agenda comercial y de relacionamiento externo de Bolivia con el resto del mundo.
El viceministro de Comercio Exterior e Integración, Pablo Guzmán; el director General de Acuerdos Comerciales e Inversiones, Benjamín Blanco Ferri, y el equipo de negociaciones comerciales de la Cancillería de Bolivia, participaron del inicio de negociaciones en Uruguay, donde también fue oficializado un apoyo de hasta 300 mil dólares para capacitación a los negociadores de Cancillería para el proceso de adhesión.
http://www.la-razon.com/economia/Bolivia-negociaciones-Mercosur-premisa-CAN_0_1851414923.html




Bolivia exporta 11 veces más a países del Mercosur que al Alba

De acuerdo con datos del 'Informe de Gestión 2012' del presidente Evo Morales, el año anterior, las exportaciones de Bolivia al Alba sumaron $us 1.206 MM, mientras que las ventas al Mercosur alcanzaron $us 5.718 MM.



Evolución del valor de las exportaciones de Bolivia

Evolución del valor de las exportaciones de Bolivia

La Razón / Wálter Vásquez / La Paz
00:00 / 28 de enero de 2013

El año anterior, el valor de las exportaciones de Bolivia al Mercosur multiplicó por casi 11 veces las ventas bolivianas al Alba, un mercado que, según expertos, “no es una alternativa para el comercio del país”.
Actualmente, Bolivia exporta a cuatro bloques comerciales conformados, en algunos casos, por las mismas naciones: la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) —el mayor bloque de integración regional compuesto por todos los países sudamericanos más Cuba, México y Panamá—; el Mercado Común del Sur (Mercosur); la Comunidad Andina de Naciones (CAN); y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).
De acuerdo con datos del “Informe de Gestión 2012” del presidente Evo Morales, el año anterior, las exportaciones de Bolivia al Alba sumaron $us 1.206 millones, mientras que las ventas al Mercosur alcanzaron $us 5.718 millones, es decir, casi 11 veces más que al anterior bloque comercial.
El informe señala también que en los últimos siete años los mercados regionales que mejor evolucionaron en valor de exportaciones son Aladi, Mercosur y CAN (ver infografía).
Según el experto en comercio exterior Julio Alvarado, los anteriores datos son una “muestra clara” que “el Alba es más un proceso de integración en los medios de comunicación que una alternativa para el comercio de Bolivia”.
Los Estados que componen el Mercosur son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y los del Alba son Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Honduras, las Granadinas, Nicaragua, San Vicente y Venezuela. De su parte, la CAN está conformada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
“De todo el comercio de Bolivia al Alba, el 95 a 97% es a Venezuela, que en los últimos años redujo su demanda debido a los problemas que arrastra en materia de un comercio exterior, monopolizado por el Estado, y un problemático control de divisas”, explicó.
Comercio. El 7 de diciembre, Bolivia dio el primer paso para convertirse en el sexto miembro pleno del Mercosur al firmar el protocolo de adhesión al bloque, en un proceso que durará aproximadamente cuatro años.
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), elaborados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), al tercer trimestre de 2012 el valor de las exportaciones de Bolivia al Mercosur llegó a $us 4.030 millones, de los que el 96% corresponde a la venta de gas (a Argentina y Brasil) y solamente el 4% ($us 152 millones) a la comercialización de otros productos. En tanto, las importaciones alcanzaron los $us 1.937 millones.
A decir de Alvarado, las materias primas son el principal interés de Mercosur y la incorporación de Bolivia al bloque “no va a cambiar” esta situación. “Lo que el Gobierno debe hacer es exigir el cumplimiento del Acuerdo de Complementación Económica 36 (ACE-36), que ya da al país acceso preferencial al bloque”, manifestó.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis Arce, dijo que se elabora la lista de productos “estratégicos e importantes” a los que Bolivia “no concederá una disminución de aranceles”.
El mercado venezolano
Mercosur
El ingreso de Venezuela al Mercosur se formalizó recién el 31 de julio de 2012.
Alba
Las exportaciones de Bolivia al Alba (cuyo principal mercado es Venezuela) crecieron 247% desde 2006.
Venezuela compró más que EEUU en siete años
En cinco años, el valor de las exportaciones bolivianas de textiles al mercado de Venezuela superó en 22,24% las ventas de textiles a Estados Unidos (EEUU) en el período 2002-2008, según datos del “Informe de Gestión 2012” del presidente Evo Morales.
En la comercialización de textiles al exterior, y “sin la ATPDEA (Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga), ahora estamos mejor gracias al mercado venezolano, y en especial a Brasil y Argentina”, dijo el Mandatario durante su informe de gestión ante el Legislativo.
Textiles. En la anterior gestión, Bolivia exportó textiles a Venezuela por un valor de $us 52,96 millones; a Argentina por $us 2,29 millones; a EEUU por $us 4,83 millones; a Brasil por $us 1,95 millones; y al resto de los países por $us 21,02 millones, haciendo un total de $us 83,05 millones.
Asimismo, en los últimos siete años el valor de las ventas de textiles de Bolivia a Venezuela aumentó de $us 1,01 millones a 52,46 millones, mientras que a EEUU cayeron de $us 31,74 millones a 4,83 millones. A decir del Presidente, “no siempre podemos esperar el mercado norteamericano para los textiles”.
http://www.la-razon.com/economia/Bolivia-exporta-paises-Mercosur-Alba_0_1769223078.html



La Alianza del Pacífico, el impulso necesario para Estados Unidos

Después de un descuido confeso de Estados Unidos respecto de América Latina, Washington retoma la iniciativa al acercarse a varios países, ‘casualmente’ con aquellos con los que tiene un TLC: los miembros de la Alianza del Pacífico.



La Razón / Ricardo Aguilar Agramont / La Paz
00:06 / 16 de junio de 2013

Estados Unidos ha perdido el espacio que tuvo en América Latina hasta antes de 2005, después de que en la IV Cumbre de las Américas, de 2005 en Mar del Plata (Argentina), se hiciera visible el desacuerdo regional sobre la implementación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El predominio de políticas económicas estatistas como las de Bolivia, Venezuela o
Argentina disminuyó aún más el peso que tuvo. Hoy, aquella potencia afianza su alianza con las naciones con las que firmó un Tratado de Libre Comercio (TLC). ¿Con cuáles? Justamente las que son parte de la Alianza del Pacífico: México, Perú, Chile, Colombia y, recientemente, Costa Rica.  
Sin embargo, esa preocupación de Estados Unidos por la región se ha hecho visible en las últimas semanas con la visita de su presidente, Barack Obama, a México y su reunión con sus pares de Chile, Sebastián Piñera; de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Perú, Ollanta Humala. Además, el peregrinaje de su jefe del Departamento de Estado, John Kerry, por América Central, y el del vicepresidente Joe Biden por Brasil.
Con distintos matices en el modo de afirmarlo, los analistas Róger Cortez, Horst Grebe y Hugo Moldiz, además del diplomático Carlos Antonio Carrasco y el senador del Movimiento Al Socialismo (MAS) Adolfo Mendoza, sostienen que, sin ninguna duda, Estados Unidos apadrina al bloque, cuyo apoyo es abierto y público.
En contrapartida, el exvicecanciller Gustavo Aliaga y el expresidente de la Cámara de Senadores Óscar Ortiz consideran que esa organización se caracteriza de una u otra manera por hacer comercio ajeno a la política y cercano a la eficiencia.
En agosto de 2011, el presidente estadounidense Barack Obama dijo que su nación se había centrado mucho “en su obsesión con Irak” y había descuidado a América Latina. En marzo de 2012 se firmaba el texto que daba a luz a la Alianza del Pacífico. Todo esto se daba en el contexto de la progresiva languidez de la Comunidad Andina (CAN).
A partir de ahí, Washington contraatacó en su afán de enmendar su “descuido”: Obama fue a México recientemente y firmó acuerdos con Chile, entre los que destaca la facilidad que otorgó a ciudadanos chilenos de ingresar a su país sin requerir una visa.
“Es evidente que la política exterior americana ha impulsado la formación de la Alianza del Pacífico”, dice Carrasco. En su criterio, la Alianza del Pacífico comenzó “tímidamente” con la asociación de México, Colombia, Perú y Chile, “excluyendo notoriamente a Ecuador, país ribereño del Pacífico”.  Dice que hoy ha ampliado su membresía a Costa Rica y existe “la solicitud expresa de Estados Unidos de ingresar al grupo”.
Cortez atenúa la afirmación al decir que en realidad aquel bloque es la ratificación de asociaciones previas de Estados Unidos con los países miembro. “Quienes conforman la alianza tienen una trayectoria anterior de mayor apertura y facilidad de relación con Washington”.
Por su parte, Grebe, al apuntar que hay una reorganización integral de las organizaciones de comercio de la región, señala que la Alianza del Pacífico es “lo que ha podido permanecer del ALCA” y está formada por países que tienen una “visión de apertura de mercados contraria a la del Mercosur, más bien subregional”. “Tienen una clara conexión con Estados Unidos, que no es sólo ideológica, sino a través de los TLC que tiene con sus componentes”.
Moldiz, en otros términos, parece hablar de esa misma reorganización que menciona el economista, aunque él se refiere a América Latina como “un territorio de disputa entre propuestas emancipatorias y el sistema de dominación imperial”. El nuevo bloque surge “tras el fracaso del ALCA, es la contraofensiva” de Washington “que empieza en 2011”, cuando se posiciona la idea de la alianza con una primera visita de Obama a Chile.
Una visión similar es la del senador Mendoza, quien sostiene que aquélla “inaugura” un Tratado de Libre Comercio, que es la “reedición” del ALCA y que “recicla, tardíamente”, las políticas neoliberales de los años 80 y 90, con la “tutela norteamericana”. Estos variados enfoques apuntan a afirmar que Estados Unidos se ampara en la Alianza del Pacífico tras “descuidar” la región, tal como admitiera el mismo Obama.
En la contracara están Ortiz y Aliaga. El primero confirma el retroceso de Estados Unidos en América Latina en los últimos años, pues “sus prioridades” regionales pasaron “a un plano secundario” a causa de las guerras en Irak y Afganistán, su crisis económica interna, la crisis económica europea” y la definición de que la economía mundial tiende a concentrarse en el Asia Pacífico.
¿Eficiencia? Tanto para Aliaga como para Ortiz, la Alianza del Pacífico en realidad responde a la necesidad de agruparse de los países “económicamente más eficaces”. “Reducir la alianza a un intento de rearticular la influencia de Estados Unidos en América Latina responde a un supuesto equivocado”, pues “nos encaminamos” hacia una economía “multipolar”, donde las naciones que quieran crecer en la economía internacional “deben establecer relaciones de profunda integración” con las economías del Pacífico y “en particular” con China, India y el sudeste asiático, opina Ortiz.
“Creo que ésta es la visión de los miembros que componen esta alianza, lo que trasciende la disputa entre el Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y el capitalismo que tiene efectos de política interna en algunos países, pero que es totalmente irrelevante en la economía mundial”, afirma. Aliaga señala que el ente regional responde a una “realidad geográfica”. El planeta se va a desarrollar por el Pacífico, lo que “marca una actitud de los países hacia esa costa”.
“Son un grupo de naciones eficientes que básicamente quieren desarrollar sus naciones en un lugar donde puedan vender todo lo que produzcan”. No tiene nada que ver “con el imperialismo, sino con la eficiencia económica”.
Bloque. Sobre la supuesta conformación de dos frentes —el de la Alianza del Pacífico versus los países del Alba, el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)— (si bien hay algunos que pertenecen a ambos) se ha desatado un debate en el periodismo de opinión de la región que supone la existencia de dos “frentes” contrapuestos, de dos modelos de política económica.
“Aparentemente”, la Alianza nació “primordialmente para aunar esfuerzos en la batalla” por los mercados del Pacífico”, dice Carrasco, quien considera que su mandato, no obstante, se ha ensanchado “a la arena política” con mayor cohesión que el Alba. Éste último organismo es “muy proclive a los discursos quiméricos”: por ejemplo, la Alianza “abrirá embajadas en Ghana y en Kenya”, que funcionarán representando colectivamente a los cuatro países fundadores”.
En realidad —sigue— hay “tres focos” en la región, pues aparte de Unasur y la Alianza del Pacífico, “está Brasil”, que “no requiere” agruparse para ser más grande y lleva adelante su propia política exterior “acorde con su interés nacional”.
Para Mendoza, el grupo de Chile, Perú, Colombia y México se origina para contrarrestar al Mercosur y “hacer frente” a las naciones que operan con “otra lógica”, sin el “tutelaje” de ningún país para vincularse con otras economías. Estados Unidos está “tratando de generar un bloque”, afirma.
Cortez, en cambio, ve la imposibilidad de tal intento, aunque observa que en Chile y Colombia existe el deseo de “dirigirse en esa dirección” por cierto peso “ideológico”. No considera que la Alianza del Pacífico tenga “condiciones y posibilidades” cercanas de perfilarse como “bloque” en la medida en que si la contrapartida es la Unasur, Brasil y Argentina tienen un significado que no encuentra correlato en lo que podría ser “una presencia de bloque” de la alianza, cuyo miembro más importante es México. “No hay paralelo posible con lo que significa Unasur”.
Con un razonamiento del todo distinto, Ortiz tampoco cree que se pueda hablar de dos frentes, “porque Colombia, Chile y Perú son parte de Unasur”. Lo que hay “son distintas orientaciones de políticas económicas y sociales al interior de Unasur”. Luego describe brevemente las características económicas de los países de América del Sur: Brasil y Uruguay tienen gobiernos de “izquierda moderada” integrados a la economía internacional y ofreciendo “excelentes condiciones a la inversión internacional”; Colombia, Chile, Perú y Paraguay, “economías abiertamente de mercado”; y Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela, “economías fuertemente estatistas”, aunque en el caso de Ecuador “hay mucha retórica” pero poca diferencia con relación a las políticas de mercado.
Quizá —arriesga Carrasco— “sin proponérselo” la idea de construir el ALCA “ha renacido” con la Alianza del Pacífico: establecer una vasta zona de libre comercio con partidarios de “la economía social de mercado”. Evidentemente, “una alianza fortalecida con el decidido apoyo americano”, de sus vínculos comerciales y de “la comunidad de sus poderosos servicios de Inteligencia (incluyendo la intercepción de comunicaciones en la red)” servirá “de eficiente contrapeso” a los esfuerzos antagónicos de Unasur y, dentro de ella, “a la hostilidad de los socios del Alba”.
Bolivia. En el país se han escuchado voces críticas a la cerrazón del Gobierno a adherirse a la Alianza del Pacífico. También se ha dicho que ese organismo es una traba a las aspiraciones nacionales de una salida soberana al océano del mismo nombre. Asimismo, la nación fue invitada por Perú a tener un rol activo en la Alianza del Pacífico, pero el llamado fue rechazado por Evo Morales.
Aliaga se acerca a esa percepción: “Bolivia está en una distracción” —dice—, Perú y Chile “se darán” la mano “económicamente” después del fallo de La Haya y “es lamentable que el país no entre en el acuerdo”.
En cuanto a la demanda marítima, Cortez considera que más que aquel bloque, el enemigo principal son las “torpezas” evidenciadas en ciertas declaraciones oficiales, como cuando Morales hace pública su fascinación por el “autoritarismo militar”. El analista se refiere a cuando el Mandatario habló de “flexibilizar” los derechos humanos para una “mejor instrucción en el Ejército”.
En contraste y a modo de conclusión se puede tomar la declaración de Carrasco sobre este tema. El “adversario principal” en la batalla que se libra ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya —afirma— es Chile y en esa perspectiva “deberá orientarse la diplomacia boliviana”, dejando de lado cualquier “romance ideológico” que perjudique la causa marítima. “Es un momento de buscar aliados y de neutralizar a los adversarios”.
‘Es la ratificación de las alianzas de EEUU’: Róger Cortez es analista político
En los países de la Alianza del Pacífico hay toda una trayectoria de apertura y facilidad de relación con Estados Unidos, entonces con el apoyo de este país a la alianza lo que hace es ratificar política y comercialmente unas asociaciones ya establecidas. Lo que dudo es que eso pueda ser una coraza duradera en las condiciones fluidas de la política mundial.
‘EEUU súbitamente retomó la iniciativa’: Carlos Antonio Carrasco es diplomático y analista
Luego de cuatro años de la administración Obama que se caracterizó por su indiferencia hacia la región, súbitamente se retomó la iniciativa, recibiendo ahora en la Casa Blanca a los presidentes de Chile y Perú. El vicepresidente americano, Joe Biden, realizó una gira por varios Estados y su canciller Kerry desplegó actividad dinámica en la Asamblea de la OEA, en Guatemala.
‘La forman un grupo de  países eficientes’: Gustavo Aliaga fue vicecanciller del país
La realidad geográfica manda. El planeta se va a desarrollar en el océano Pacífico, pues las economías más grandes están en esas costas (Japón, Indonesia, etc.). No tiene nada que ver con lo político. La alianza es formada por un grupo de países eficientes económicamente. Al contrario, Bolivia está en una etapa de distracción, es lamentable que se pierda el tiempo en adjetivos.
‘La Cancillería debería reflexionar’: Horst Grebe es economista
Hay una clara aproximación de algunos países con Estados Unidos y esa nación hace demostración de que tiene acuerdos y cooperación, ha recibido en visita de Estado a varios miembros de la alianza y, por tanto, hay una clara cooperación en marcha. Esto no es ningún secreto, por lo que la Cancillería debería reflexionar, pues en este mundo la ideología puede estorbar.
‘Sólo Bolivia toma en serio la confrontación’: Óscar Ortiz fue presidente del Senado
Es natural que Estados Unidos tenga mejores relaciones con países con los que comparte un TLC. Sin embargo, también tiene buenas relaciones con países del Mercosur como Brasil, Paraguay y Uruguay. De los miembros del Alba, el único que se toma en serio la confrontación es Bolivia, pues Venezuela y Ecuador nunca dejaron de hacer negocios con EEUU.
‘Es una amenaza seria a la integración regional’: Adolfo Mendoza es senador del MAS
La mayor afectación es a escala continental, pues altera la integración Sudamericana en el orden institucional al limitar, en el futuro, que se trabaje en función de una unión latinoamericana, al modo de la Unión Europea. Es una amenaza seria la integración. También afecta al país, pues mucha de nuestra política está orientada a ver lo que ocurre en el Pacífico.




Reconfiguración de los organismos regionales está en proceso

Los organismos regionales de carácter comercial y político se encuentran en una fase de reconfiguración. Así se ha creado un mosaico de diferentes y diversas organizaciones que pugnan por ser los que coloreen el mapa de la integración americana. 



Info organizaciones Sudamérica.

Info organizaciones Sudamérica.

La Razón / Ricardo Aguilar Agramont / La Paz
00:05 / 16 de junio de 2013

Con la lenta agonía de la Comunidad Andina (CAN) a consecuencia de la firma de tratados de Libre Comercio de Colombia (noviembre de 2006) y Perú (junio de 2006) con Estados Unidos, los organismos regionales se encuentran en una etapa de reconfiguración.
Así, aparecen siglas relativamente nuevas como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), creada en 2004; la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que data de 2008; la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), de 2010; y la Alianza del Pacífico, que entra en vigencia en 2012. A esto hay que sumar el no tan nuevo Mercado Común del Sur (Mercosur), que nació en 1991.
Adicionalmente, se habló de la necesidad de crear un organismo paralelo a la ya veterana Organización de los Estados Americanos (OEA); la Celac, en efecto, es el intento inicial que se originó en 2010. “Estamos ante una situación de reorganización integral de los sistemas de integración, de cooperación y de comercio en América Latina”, dice el economista Horst Grebe.
Explica que se trata de una reconfiguración “integral” porque ya no están vigentes “plenamente” las iniciativas que empezaron en América Latina en los años 60 traducidas en los 80 con la creación de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) o los organismos subregionales de América Central, la CAN, el Mercosur y otras comunidades de tipo comercial, “a las cuales comenzó a hacerles competencia” Estados Unidos con el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), “desactivado” en la Cumbre de Mar del Plata, cuando la declaración final puso en evidencia las contradicciones regionales sobre su implementación.
En esta reconfiguración es notoria la exclusión de Estados Unidos y Canadá en el caso concreto de la Celac, como nota el diplomático y politólogo Carlos Antonio Carrasco: Estados Unidos, a pesar de seguir siendo “el primer socio comercial” de la región, tiene “una influencia política disminuida” con la creación de organizaciones zonales que lo excluyen al igual que a Canadá. En la “arena internacional”, la independencia de criterio “se ha acentuado” y las relaciones extracontinentales se “han acrecentado”, incluyendo vinculaciones con “países ‘parias’ como Siria e Irán”.
Grebe hace el símil de la situación con un mosaico de organizaciones de diferente índole y características. La Alianza del Pacífico (Colombia, Perú, Chile México y Costa Rica) es “lo que ha quedado del ALCA”, pues se caracteriza en que sus miembros tienen un TLC con los Estados Unidos. Su visión es de apertura al libre comercio. Esta concepción se contrapone a la del Mercosur ampliado, que plantea una integración comercial, pero en un nivel subregional.
Luego está Unasur, que es “el mecanismo político” de los 12 países de América del Sur, de los cuales nueve son de habla castellana, uno de portuguesa y los otros son Guyana y Surinam. La Celac está conformada por todos las naciones latinoamericanas, sin Estados Unidos ni Canadá, “quiere ser como la OEA”.
La arquitectura organizacional compleja es separada por Grebe en dos: los organismos que vienen de la forma comercial de la integración (ALCA) y las iniciativas nuevas empujadas por “el nuevo nacionalismo” alentado por Hugo Chávez, el “mismo Brasil”, Argentina o Bolivia (Unasur, Celac y Alba).
Esta reconfiguración también es descrita por el analista Hugo Moldiz, aunque él le pone un tinte más político aún al afirmar que América Latina es “un escenario de disputa” entre propuestas emancipatorias versus el “sistema de dominación imperial”. En esta pugna, el Alba es “un motor pequeño que funciona como un mecanismo de integración” creado por ocho países (Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Venezuela). “Con el Alba que se derrotó al ALCA”, dice.
Por otro lado, está Unasur, que es “un foro político”, y la Celac, que es “un híbrido” entre foro político y un “espacio de posible construcción de integración”. Coloca a la Alianza del Pacífico al otro lado del río: “es la derrota del ALCA”. El tiempo dirá qué organismos perdurarán o no, aunque en esta reconfiguración lo que más puede interesar en el mediano plazo es ver si la puesta en funcionamiento de la Celac es capaz de reemplazar a la OEA.



Estados Unidos y la región
Como analiza Animal Político en su edición de hoy, esa actitud de Washington comienza a cambiar poco a poco, considerando que en los últimos años el mapa político en la región ha sufrido variaciones importantes, aupado por organismos que se desmarcaron del tutelaje de   la potencia mundial.



La Razón / La Paz
00:05 / 16 de junio de 2013

Muchos cuestionaron la desatención que Estados Unidos tuvo con América Latina, al contrario de sus acciones directas o de cooperación, especialmente militar, con países de Oriente Medio o Arabia. A pesar de esos reparos, acaba de anunciar su apoyo a los rebeldes del régimen de Bashar al Asad en Siria.
Como analiza Animal Político en su edición de hoy, esa actitud de Washington comienza a cambiar poco a poco, considerando que en los últimos años el mapa político en la región ha sufrido variaciones importantes, aupado por organismos que se desmarcaron del tutelaje de   la potencia mundial.
Estados con gobiernos de izquierda han conformado bloques contestatarios a la Organización de Estados Americanos (OEA) o resistentes al frustrado Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Con objetivos y características distintos, están consolidándose en esta parte del mundo la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), impulsados por gobiernos de izquierda, especialmente.
En 2011, el presidente Barack Obama admitió que su país se había concentrado “en su obsesión en Irak” en desmedro de América Latina. Desde ese tiempo, la situación ha cobrado otro matiz: el Mandatario acaba de reunirse con varios jefes de Estado del continente, entre ellos José Manuel Santos (Colombia), Sebastián Piñera (Chile) u Ollanta Humala (Perú), coincidentemente miembros de la Alianza del Pacífico que impulsa Estados Unidos. Paralelamente, sus colaboradores más influyentes recorrieron América Central y Brasil.
A decir de algunos analistas, ese cambio de actitud obedece a un afán de recuperar terreno en la región y, en el caso de la Alianza del Pacífico, generar un contrapeso ante los bloques de izquierda. Claro, aquel interés es también pragmático en términos comerciales. Habrá que ver.
El editor


Mi comentario
La historia dice que cuando Estados Unidos fija su atención en Latinoamérica nos va mal: intervencionismo, golpes de Estado ("mini golpes" en últimas fechas, como en Paraguay y Honduras donde ha florecido lo que se ha dado en llamar el narco capitalismo, como en México y Perú y algunos otros), elitización, desigualdades y exacerbación de las diferencias (racismo y pobreza, oligarquías incondicionales y serviles a cualquier propuesta que reconozca su papel intermediador entre la sociedad y la metrópoli). Los derechos humanos y la paz sufren retrocesos y se militarizan las relaciones,en resumen. Siendo realistas, después del ALCA y su fracaso, la Argentina de Carlos Menem dejó de ser el país modelo y para "el profesor de democracia y su Escuela de las Américas" la Colombia de Álvaro Uribe (Plan Colombia) pasó a ser el nuevo de modelo a seguir, según Estados Unidos, claro. Es de desear que la administración del presidente Barack Obama tome en cuenta todos estos antecedentes inmediatos en la región, que ha sobrevivido bien y ha campeado las diferentes crisis internacionales gracias a que no ha aceptado la imposición de las políticas económicas de los organismos internacionales de siempre. Sin la confrontación retórica y la agresión verbal gratuita, es de esperar que se aprevechen las condiciones para la construcción de una relación madura y constructiva. -Franklin Farell

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