No es una buena manera de empezar. El empleo de artimañas no habla bien acerca de las ideas frescas que supone un cambio de administración en un gobierno. La actitud de buscar el condicionamiento en algo tan básico y elemental como es el diálogo entre dos países vecinos con diferencias (que es lo que busca Bolivia a fin de cuentas), o condicionar el cumplimiento del fallo de La Haya (el caso de Perú) no habla muy bien de lo que se debe esperar de la nueva autoridad diplomática de Santiago. El diplomático nominado por la señora Bachelet debería dar cumplimiento al fallo de La Haya para no complicarle la administración a su presidenta heredando un mal paquete resultado de la línea de su antecesor, el señor Piñera, cuya política a todas luces ha fracasado.
El fallo de La Haya en el caso con Perú fue muy claro y su cumplimiento no está sometido a condicionamiento alguno. En el caso de Bolivia, la exigencia de suspensión del proceso ante La Haya para dialogar parece un intento de tomadura de pelo y suena ofensiva para la inteligencia de cualquiera. La diplomacia chilena debería abandonar estas viejas prácticas de su diplomacia con Bolivia y afrontar el problema con el mejor ánimo de solución, como lo hace Bolivia desde su perspectiva. Y la solución a temas no resueltos como el desvío de las aguas del Lauca y el Silala son un buen comienzo.
Las bofetadas con guante de seda deben ser interpretada por La Paz como señal del buen camino adoptado. Lo que demanda Bolivia es perfectamente razonable y factible y en Chile saben que muy probablemente perderán si no concretan una solución a la mediterraneidad boliviana, como lo ha expresado con pragmatismo e hidalguía su correligionario político, el senador Camilo Escalona. (FFO)
Evo Morales dice que no cederá al 'chantaje' chileno y menciona otras demandas en los casos Lauca y Silala
El presidente Evo Morales dijo hoy que no cederá al ‘chantaje’ que se ejercita desde Chile para que Bolivia retire la demanda interpuso contra ese país ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya y mencionó otros dos posibles procesos en el caso de los ríos Lauca y Silala.
“Lamento mucho decir que (quien) usa la demanda como un chantaje hacia el pueblo boliviano se equivoca. Pero no solamente eso, ojalá antes de que haya otras demandas resuelvan el tema del Silala y del Rio Lauca… el pueblo boliviano no está durmiendo”, declaró durante una conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno.
Calificó como un chantaje a Bolivia las recientes declaraciones que hizo el futuro canciller de Chile, Heraldo Nuñez, en sentido de que la demanda en la CIJ obstaculiza el diálogo bilateral. “No somos tan inexpertos como antes, hemos aprendido y no nos chantajé ni nos condicione el diálogo con la demanda”, advirtió.
Dijo que, a diferencia de lo que sostienen Nuñez y otras autoridades chilenas, no existe incompatibilidad entre el diálogo y la demanda en la CIJ. “Que yo sepa, el diálogo puede ir paralelo a la demanda”, afirmó Morales, aunque luego reiteró que sería mejor que la demanda marítima boliviana sea resuelta sin necesidad de un fallo en tribunales internacionales.
Bolivia mantiene un conflicto pendiente con Chile por el desvío de las aguas del río Lauca en 1962 y por similar acción en el caso del Silala.
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PROPUESTA DEL LIDER CHILENO
Mar para Bolivia
El senador socialista chileno Camilo Escalona (foto), planteó ayer la necesidad de que su país solucione el tema limítrofe con Bolivia, luego del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre el límite marítimo con Perú, proponiendo “una cesión territorial en la Línea de la Concordia, como lo estableció la propuesta de Charaña, que estuvo a punto de ser firmada por ambos países, el año 1975”. “Chile debe hacer una propuesta internacionalmente pública para resolver el tema de Bolivia. Y esa propuesta no puede ser sino que una salida al mar sobre la base de una cesión territorial en la Línea de la Concordia, como lo estableció la propuesta de Charaña, que estuvo a punto de ser firmada por ambos países, el año 1975”, expresó el parlamentario, una de las figuras históricas del Partido Socialista y muy cercano a la presidenta electa Michelle Bachelet.
“Pienso que lo que está en juego ahora es que no vuelva a pasar lo que ya ha ocurrido. Es decir, que nuestra política exterior no peque de falta de previsión, porque lo que aquí ha ocurrido es un conjunto de pasos que ya se habían anunciado por parte de nuestro vecino y que no encontraron una respuesta en el momento debido, de parte de nuestra política exterior”, declaró el senador al intervenir en la sesión especial del Senado para analizar el fallo de La Haya.
Sobre una propuesta a Bolivia, Escalona manifestó que lo que más le interesaba señalar es que Chile no puede permanecer sin propuesta frente al tema de Bolivia porque, de lo contrario, el país quedaría en una situación estratégicamente desfavorable, que sería “completamente inconveniente”. Según el legislador, la propuesta de Charaña –el acuerdo firmado entre los dictadores Hugo Banzer y Augusto Pinochet, en 1975, para restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos países– contemplaba un corredor terrestre para Bolivia, que iba desde la frontera de Chile con Bolivia, en el altiplano al norte de la laguna Chungará, hasta el mar, en paralelo a la Línea de la Concordia, que separa a Chile de Perú.
“Eso permitirá darle a Chile una política internacional activa, una propuesta internacional que permita ser defendida políticamente en el ámbito de las relaciones exteriores, y posibilitará que el país no esté inmovilizado a la espera que se genere una correlación internacional de fuerza que sea desfavorable para el país”, manifestó el senador, agregando que desde su punto de vista, lo peor que puede ocurrir es que Chile caiga en el inmovilismo y no tenga una respuesta frente a un escenario internacional que crecientemente va a ir situando el problema de Bolivia como una “alternativa inescapable”.
Finalmente, Escalona dijo que “el país ha construido una solución. Gobiernos de distintos signos han estado dispuestos a esa solución y, en consecuencia, pienso que no existe otra alternativa que Chile la haga presente en el escenario internacional y que, en consecuencia, obligue a que Perú se pronuncie respecto de esta alternativa; porque como lo establece el Tratado con Perú, del año 1929, cualquier decisión sobre un territorio que antes haya estado bajo soberanía peruana requiere la opinión de Perú”. Para eso –continuó– el interlocutor tiene que responder que éste no es sólo un problema de Chile, sino que también es un problema de Perú, frente al cual Santiago debe asumir una política activa y constructiva para una solución definitiva y a largo plazo, que garantice la paz y la estabilidad en el Cono Sur de manera indefinida
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