lunes, 27 de mayo de 2013

1825: Misión de Francisco Burdett O'connor al Litoral del Alto Perú [Bolivia]

El "Potosí", barca alemana de 5 palos construida en 1895 por Tecklenborg. Características especiales: palos machos y masteleros de gavia enterizos, y cangreja doble en el palo mesana. Esta forma de aparejar la cangreja con dos picos fué exclusiva de los veleros alemanes. En 1921, la barca danesa "Kobenhavn", fué puesta en servicio con cangreja doble, pero más tarde fué suprimido uno de los picos, estableciéndose la vela en la forma corriente. Medía el "Potosí” 4.026 tons. de reg. br. y tenía 366 pies de eslora total. (Fuente: Historia y arqueología marítima)


RECUERDOS
de
Francisco Burdett O'connor
de la orden de Libertadores de Venezuela, Cundinamarca y el Perú; Coronel de los ejércitos de Colombia, General de Brigada de los del Perú y General de División de los de Bolivia.
TARIJA
Imprenta de "La Estrella" 15- San Juan de Dios-15
1895
308 pp.


[...]
Pasé todo el mes de Octubre en Tarija, con la Lejion Peruana. Llegó el correo del 4 de Noviembre, y me trajo dos notas oficiales del General Sucre: en la una de ellas ordenándome, por disposición del Libertador, desocupar inmediatamente la plaza de Tarija, por haber cedido dicha provincia al gobierno argentino, en el arreglo hecho con su Legacion encabezada por el distinguido General argentino don Carlos Maria de Alvear, y despachar la Lejion Peruana a Potosí. La otra nota empezaba en éstos términos: "Al Señor Coronel Jefe de Estado Mayor General, Francisco Burdett O'connor -Señor: Su excelencia el Libertador ha tenido á bien conferir á Usia una comisión de suma importancia, la cual, verificada con buen suceso, le granjeará no solo honra, sinó gratitud de todos los pueblos del Alto-Perú" y seguía diciéndome: que esta nueva república, carecia [sic] de un puerto de mar; que me dirijiese á la costa de Atacama, levantase un mapa del Loa, Cobija, Mejillones y Paposo y habilitase para el comercio el que encontrase mejor.

Pocos dias después, en cumplimiento de esta órden, salí de Tarija, y me dirijí á la villa de Tupiza, llevando de mi ayudante al cadete Matilde Rojas, tarijeño, y un sirviente mio, colombiano. [128]



CAPÍTULO XIII

Mi marcha al Litoral del Alto Perú - En Atacama - En Cobija - El Correjidor Maldonado - Me embarco á bordo del "Chimborazo" - El capitan Wright - Reconocimiento de los puertos de Cobija, Loa, Mejillones y Paposo - Regreso del Libertador á Lima - Mi permanencia en Quillagua - La línea divisoria entre el Alto y Bajo Perú - Me convierto en herrero - Regreso de mi reconocimiento - Soy nombrado Preefcto y Comandante General del departamento de Potosí - No acpeto el cargo y me paso á Chuquisaca - Mi entrevista con el general Sucre - La gratificación á los vencedores de Ayacucho - Proyecto de establecimiento de un cuerpo de Ingenieros - Resuelvo marchar á Buenos Aires.

La marina de guerra de las tropas libertadoras de Bolívar y San Martín estuvo compuesta mayormente por embarcaciones y marinos ingleses. Aquí, una balandra de guerra británica de tres palos y velas bermudianes (circa 1831). La vela mayor y la vela del trinquete son muy similares a la vela de un Patín a vela actual.
Despues de pocos dias de permanencia en Tupiza, salí de allí por la Rinconada de Salta y por la quebrada de Calahoyo que divide la República Argentina de la Costa de Atacama, y llegué á las minas de oro de Santa Rosa. Aquí encontré á una señora Valdiviezo, que hacía trabajar en esas minas. Me dió por vaqueano un peon suyo, llamado Fermín Torres, que hablaba castellano, hombre racional, de quien tendré que hablar posteriormente. Este me  acompañó hasta Toconao, el primer pueblo de la Costa de Atacama, pasando por la cordillera, debajo del elevado cerro de Licancaur.

De Toconao, en cuyo pueblo me dejó Fermin Torres, pasé al pueblo de Atacama, capital de la provincia, distante diez leguas de Toconao, camino muy llano.

En Atacama encontré de guarnición al capitan Casanova, con la compañía de Cazadores del batallón 2° del Ejército del Perú, cuyo cuerpo dejé de guarnición en Potosí, cuando marché para el Sud.

Pasé dos dias en Atacama, buscando burros fletados para llevar algarrobo y cebada en grano para mis mulas [129]



Pescadores bolivianos de la etnia changos, sobre balsas hechas con cueros de lobos marinos inflados,
retratados por el naturalista francés Alcide D'Orbigny a su llegada al Litoral, 1830. 
hasta la Costa. Dejé á mi cadete y mis petacas con mil pesos en ellas, con el Capitán Casanova, y emprendí mi marcha de reconocimiento en dirección á Calama, con mi asistente y los arrieros de las cargas de forraje. Pasé por Calama, Chacance y Culupo y Llegué á Cobija sin novedad. Mucha falta de agua, pero esto me molestaba muy poco, porque no he conocido lo que es sed -y ésto me sirvió mucho en las marchas de travesia sin agua en la Costa Firme de Colombia.

En Cobija no encontré mas que un hombre, cochabambino, llamado Maldonado. Este me dijo que habian muerto de virhuela todos sus changos, pescadores de lobos, que no habia mas viviente en el puerto que él y su hermano -que habia traido todos los santos de la iglesia, que se hallaba abajo en la playa, á su casa, para que no se apestasen, y dormí esa noche en su casa con todos ellos.

Al dia siguiente llegó al puerto el Bergantin de Guerra "Chimborazo", con el jefe de la escuadra Colombiana en el Pacífico abordo [sic] de orden del Libertador para llevarme en él con el objeto de reconocer todos los puertos que tenia anotados en mi nota de instrucciones.

La primera noche que pasé á bordo del "Chimborazo" fué la del 9 de Diciembre, primer aniversario de la victoria de Ayacucho [1824], y el Comodoro que mandaba el Bergantin "Chimborazo" era el Capitan Carlos Wright del batallon Rifles de Bomboná primero de la Guardia. -Habia servido con su batallon en la batalla de Ayacucho, y sabiendo el Libertador que habia sido guardia marina en el servicio inglés, que equivale á cadete en el ejército, le nombró Comodoro de la escuadra Colombiana en el Pacífico -y esto por necesidad- tan escasos eran los hombres aptos de quienes el general Bolivar tuvo que valerse para el servicio.

Al dia siguiente emprendimos el reconocimiento de todos los puertos mencionados en mis instrucciones, y hallamos que el de Cobija tenia el mejor fondo para ancla y el puerto mas cómodo tambien, aunque escaso de agua, pero de poder aumentar la cantidad.

Me separé del Comodoro en el puerto de Loa, que no es mas que una rada, y con agua del Loa, tan salada que no se puede beber. El puerto de Mejillones es hermoso, pero carece de agua. El de Paposo tiene rio con pescado que le entra, pero el tránsito desde Paposo por tierra á Atacama no tiene una gota de agua ni pasto, y por esta[s] razones [es] inverificable.

Empero, si yo hubiese podido penetrar en lo futuro, hubiese habilitado los dos puertos, el de Paposo y el de Atacama; pero el primero con almacenes, para el desembarco de mercancias, y el segundo para punto de partida hasta Potosí, disponiendo que los fardos [130]



"MAPA que contiene una parte de las repúblicas del ECUADOR, PERÚ y BOLIVIA para servir á la Historia de las CAMPAÑAS del ejército de Colombia en el alto y bajo Perú, sacado de otro publicado en 1826 y corregido según las observaciones é itinerarios de los oficiales facultativos que acompañaron los ejércitos en sus diferentes operaciones." Lith. de Thierry Fréres á Paris, probablemente de autoría peruana. Para el tema que interesa a Bolivia, este mapa señala como hitos geográficos entre Perú y Bolivia el Cerro Carapacho y el Río Loa, sobre el paralelo 22°, con el Desierto de Atacama como territorio de Bolivia. Esto es, sin frontera común entre Perú y Chile al momento de nacer los tres vecinos como países independientes, libres y soberanos. Fuente: Wikipedia
y demas cargas, se transportasen del un punto al otro en lanchas, arrimándolas á la Costa, sin peligro alguno. De este modo se hubiese evitado las posteriores pretenciones infundadas de Chile y su usurpacion de la provincia mas rica de Bolivia.

Habia encargado al correjidor Maldonado llevar mis mulas por tierra hasta la boca del rio Loa, con mi asistente y cuando me separé del Comodoro, seguí mi camino rio arriba hasta el pueblo de quillagua á donde llegué la misma tarde. El Comodoro se dirijió al puerto de Arica, á tomar á su bordo al Libertador de regreso de Chuquisaca y llevarlo á Lima.

Demoré algunos dias en Quillagua. Este pueblo tiene una calle larga que corre de Naciente á Poniente y se decia que esta calle era la línea divisoria entre el Alto y Bajo Perú; pero que, habiendose dado parte al rey, que la guarnicion que se mantenia en Arica, y que se relevaba mensualmente, se enfermaba de una terciana muy mortífera, se dió una real órden para que se retirase esa guarnicion y que no se relevase mas.

Este puerto de Arica era el en que se embarcaban para España todas las encomiendas procedentes del Alto Perú. El primer cargamento que se embarcó en Arica, despues de la retirada de la guarnicion, fué apresado por los filibusteros, y esta ocurrencia motivó otra real órden, disponiendo la separacion del Alto y Bajo Perú, la incorporación del Alto Perú á la Capitania general de Buenos Aires, y que en adelante todas las encomiendas para España, se remitiesen por tierra y se embarcasen en el puerto de Buenos Aires.

La línea divisoria entonces se determinó desde la abra de Santa Rosa, por el norte, el morro de Zama en la Costa y desde dicho morro hacia el sud hasta el Hueso parado, que se halla á pocas leguas de Copiapó -y por el interior hácia el sud, hasta el rio de la Quiaca.

Al poniente del pueblo de Quillagua, en la Costa hay un puerto que tiene por nombre Mamiño, entre Cobija y Loa. Lo reconocí con el Comodoro. Tiene agua buena, contenida en el hueco de una peña en la Costa. El puerto no sirve, ni hay tampoco terreno inmediato sobre que formar una población.

Desde Quillagua despaché á mi asistente á Atacama á traerme los animales y petacas y mi cadete que habia dejado allí; y entre tanto me ocupé de reconocer todas las inmediaciones del pueblo y de dirijir al general Sucre mi primer aprte del resultado de mi comision hasta aquí. No sé si recibió el pliego, pero lo cierto es que no tomó providencia alguna sobre los datos que le dí relativos á al demarcación entre el Bajo y el Alto Perú. -Lo que puedo [131]



asegurar con confianza, es que si yo hubiese acompañado al Comodoro hasta Arica, si me hubiese visto allí con el Libertador que pasaba á Lima y si le hubiese hecho sabedor de los datos que habia tomado de los ancianos en Quillagua, el Libertador, á su llegada á Lima, hubiera arreglado todos los linderos entre el Alto y Bajo Perú, por un decreto, el cual hubiera aumentado el territorio de Bolivia, con todo el collado del Cuzco, desde el abra de Santa Rosa, y por la Costa desde el rio de Tambo, entre Torata y Arequipa, y como se reconocia al Libertador por Presidente de ambas repúblicas, jamás hubiera habido oposición la más pequeña á su decreto.

Es de advertir que hasta el presente año de 1869, en que estoy escribiendo estos Recuerdos, todo el collado del Cuzco, desde Santa Rosa, pertenece al obispado de La Paz, en lo eclesiástico.

Llegó á Quillagua mi asistente, con mi cadete, petacs y animales, y con una carta del Capitán casanova, en la que me decia que en atacama se habia celebrado el primer aniversario de la vistoria de Ayacucho con un banquete y un baile.

De Quillagua emprendí mi marcha por la tarde para Manin [sic], en direccion á Huatacondo, adonde me dijeron en Quillagua que habia fragua y buen herrero, pues mis animales estaban despeados, y como habia sacado fierro del Chimborazo y era necesario herrar las mulas antes de salir de la Costa para Potosí, emprendí esta marcha fuera de mi camino. Despues de caminar una noche entera llegué á Manín [sic] por la tarde del siguiente día. Este lugar habia sido un potrero con alfalfares, pero dejado por la falta de agua -sin embargo se hallo algunos brotes de pasto, y como supe que en Huatacondo no habia forraje ni pasto de ninguna clase, dejé los animales en Marin [sic] y me diriji á Huatacondo, un miserable lugar. Me alojé en una casa que me proporcionó el cura. La primera mañana entró éste á saludarme. Me dijo que si no habia almorzado, le dije que sí -que no almorzaba mas que un jarro de té con galleta- "Señor, me dijo el cura, hace mas de una hora que le mandé esa canasta de peras para su almuerzo, y veo que no las ha tocado -yo me he comido dos canastas esta mañana para mi almuerzo, pues aquí no tenemos otra cosa para mantenernos." Mas tarde ví llegar un cargamento de diferentes cosas, desde Pica y salir los habitantes del pueblecito á cambiar con peras las cosas que se habia traido.

El herrero me tajo las herraduras y con ellas me dirijí á Marin, adonde habia dejado todas las mulas con mi cadete matilde Rojas y un indio que me servia de guia. Me puse yo mismo á herrar las mulas, por primera vez en mi vida que habia emprendido semejenate oficio, y me fué [132]



muy bien. Tenia toda la herramienta necesaria.

De Marin me dirijí á Chiuchiu, punto de partida en la Costa, para emprender mi marcha en direccion á Potosí, fijándome en los puntos mejores para hacer construir casas de posta, corrales y potreros. Pasé por el cerro de San Pedro á la mano derecha y el cerro Cebollazo á la izquierda, los dos de la Cordillera de los Andes, á Polape -de aquí á Viscachillas, hasta San Cristóbal. De aquí al campo de Avilcha, con mucha piedra iman en todo el campo, y llegué á Potosí por el cerro de Mauqui y Cebadillas, tardando en todas las pascanas para dar el debido cumplimiento á mi comision. [continúa]

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