jueves, 28 de febrero de 2013

Archivo: Historia diplomática

Braden y la Guerra del Chaco

Página/12, 29 de abril, 2009
Por Mario Rapoport *
La firma en Buenos Aires de un tratado de límites definitivos entre Bolivia y Paraguay 74 años después de finalizado un conflicto cruento, que involucró también a las diplomacias argentina y norteamericana y, especialmente, al que luego fue embajador de Estados Unidos en nuestro país, Spruille Braden, hace que valga la pena rememorar esos hechos. Desde 1932, Bolivia y Paraguay se encontraban en guerra por el territorio del Chaco boreal, tanto por el valor estratégico del río Paraguay –ya que abría la puerta al océano Atlántico al país que dispusiese de él– como por la existencia allí de valiosos yacimientos petrolíferos. Este conflicto armado fue el más sangriento en toda América durante el siglo XX. Tuvo un impresionante despliegue de material bélico e involucró el enfrentamiento de 250.000 soldados bolivianos y 150.000 paraguayos.
El propio Braden tenía fuertes intereses en la región. Estaba relacionado directamente con la creación de la Standard Oil of Bolivia, ya que parte de los territorios de la compañía fundada en 1921 pertenecían a William Braden, su padre. Algunas versiones sostienen que este último incluso había insinuado al presidente boliviano Daniel Salamanca la posibilidad de obtener armas y créditos para apoderarse militarmente del Chaco paraguayo. Existen diversas interpretaciones respecto de la guerra, que señalan justamente en su origen una disputa de intereses petroleros de los Estados Unidos, a través de la Standard Oil y de Gran Bretaña, por medio de la Royal Dutch Shell. Pero el análisis se vuelve más complejo si se consideran las conductas de los países limítrofes como Brasil, Argentina y Chile, preocupados no solamente por las cuestiones petroleras sino también por sus intereses estratégicos, económicos y políticos en la región, apoyando a uno u otro país.
A esta situación se agregó, desde el punto de vista diplomático, la disputa, una vez terminada la guerra, en junio de 1935, entre dos iniciativas contrapuestas de arbitraje para el arreglo definitivo del conflicto: una consistía en la formación de una comisión de países neutrales no limítrofes integrada por Estados Unidos, Cuba, México, Colombia y Uruguay, y otra estaba basada en una propuesta de la Cancillería argentina que daba preeminencia a la intervención de la Sociedad de las Naciones. La posición argentina terminó frustrando la actividad de la comisión de neutrales. Pero Bolivia recusó la participación del organismo internacional, por lo cual la solución para la firma de un tratado definitivo de paz quedó finalmente en manos de Argentina, Brasil, Chile, Perú y EE.UU. (más tarde se integró Uruguay), realizándose las reuniones en Buenos Aires, presididas por el canciller argentino Carlos Saavedra Lamas. Este recibió el Premio Nobel de la Paz de 1936, con el apoyo de los países sudamericanos y la aprobación de Washington, por su proyecto de un pacto antibélico presentado en 1933 para evitar conflictos armados como el del Chaco. De todos modos, el secretario de Estado Cordell Hull consideraba al ministro como un “prominente e incorregible” adversario de los Estados Unidos, al tiempo que el subsecretario Sumner Welles caracterizaba a la oligarquía argentina como un instrumento reaccionario de los intereses británicos.
Pero, por sobre todas estas cuestiones, interesa destacar el rol de Spruille Braden como delegado estadounidense en las negociaciones de paz y la aparición de la primera de las grandes enemistades que tendrá en su carrera en la Argentina: el canciller Saavedra Lamas. En una autobiografía escrita por Braden, el ministro argentino es objeto de injurias, desprecios y calificativos varios –antinorteamericano, ególatra, vanidoso, ambicioso, estúpido e inepto, entre otras cosas–, incluyendo una opinión negativa acerca de la obtención del Premio Nobel. Braden tuvo casi tanta animadversión por Saavedra Lamas, con quien entabló duras negociaciones, como las que tendría luego con su más conocido enemigo, el coronel Perón. Más allá de la enemistad personal, la relación entre Saavedra Lamas y Braden estuvo marcada por sus posicionamientos en las tratativas de paz. Braden consideraba que el objetivo de Estados Unidos era el de promover el sistema interamericano establecido en la Conferencia de 1936 y que su país apareciera imparcial frente a los beligerantes. Sin embargo, hizo un frente con Brasil y Chile sobre la cuestión del petróleo boliviano y sobre la posible creación de líneas ferroviarias entre Argentina y Bolivia, y Brasil y Bolivia para aprovecharlo.
En la primavera de 1937, exasperado por lo que consideraba obstrucciones de Saavedra Lamas a la Conferencia de Paz, Braden solicitó una entrevista con el presidente Justo y el vicepresidente Roca. Acudió a ella acompañado por el mismo ministro y los representantes de Chile y Brasil, previamente avisados estos últimos de sus verdaderas intenciones. Entonces, en su intervención, y ante el estupor de Saavedra Lamas, le dijo a Justo que la Conferencia podía fracasar, lo que atentaría contra su prestigio, y que la responsabilidad de que esto se produjera recaía enteramente en el canciller local. Justo se dirigió entonces al reciente Premio Nobel advirtiéndole que nada debía interferir en el proceso de paz. El rudo embajador describió su acción como parte de una “diplomacia osada”. Como señala Gary Frank en su libro Juan Perón vs. Spruille Braden, era más bien una muestra instructiva de “la brutal manera con la cual Braden trataba a muchos de sus enemigos diplomáticos”.
Braden señala tajantemente en su autobiografía, publicada en 1971: “Los argentinos se consideran ellos mismos como nuestros rivales por el liderazgo político de América latina. Ellos también aspiran a dominar militarmente el continente. Tan temprano como el 23 de septiembre de 1937, en mi despacho sobre la Conferencia del Chaco [?] advertí que allí no habría paz si Saavedra Lamas siguiese como presidente [de la Conferencia]. Comentaba sobre el expansionismo militar argentino, la anulación de la maquinaria democrática y el crecimiento de un fascismo nativo”. Además de considerar a los argentinos en su conjunto, cualquiera fuera su gobierno, como rivales de EE.UU. y asignarle al país aspiraciones de liderazgo en la región, es notable el contraste entre quienes fueron sus principales adversarios personales en sus desempeños en Buenos Aires, a los cuales llegó a tener verdadera inquina. Uno era un conservador pro europeo y pro británico perteneciente al núcleo exclusivo de las elites tradicionales locales (bisnieto de Cornelio Saavedra y yerno de Roque Sáenz Peña); otro un coronel nacionalista y populista con sangre indígena en sus venas. Por supuesto, Perón y Saavedra Lamas terminarían en distintas veredas, este último apoyando a su ex enemigo del Norte contra el nuevo y peligroso personaje que esgrimía el fantasma del enfrentamiento de clases. Frente a esta opción no cabía duda de que la vieja oligarquía y sus referentes debían conciliar con Washington.
Pero volviendo a la actividad de Braden en las negociaciones de paz por el conflicto del Chaco, para terminar de aclarar sus intereses, él mismo relata en su autobiografía su decisiva intervención en el acuerdo final, confesando incluso que redactó en 48 horas, en julio de 1938, el documento paraguayo. Irritado con las soluciones propuestas, que consideraba perjudiciales para su país, el doctor Zubizarreta, jefe de la delegación del Paraguay, se negó a aceptarlas, lo que le valió su desplazamiento de la jefatura en una operación aparentemente digitada por el mismo Braden. Finalmente, el tratado se firmó en Buenos Aires, el 21 de julio de 1938. Según Moniz Bandeira, ninguno de los dos países habría conseguido sus objetivos, aunque los paraguayos sostuvieron siempre que ganaron la guerra pero que perdieron en las negociaciones diplomáticas. ¿En qué medida intervino en ello la mano de Braden? En todo caso fue quizás un anticipo de su futura acción como embajador en Buenos Aires.
* Economista e historiador. Investigador Superior del Conicet. Este artículo esta basado en el libro escrito en colaboración con Claudio Spiguel, publicado por Emecé: Relaciones tumultuosas. Estados Unidos y el primer peronismo, que se presentará el 10 de mayo en la Feria del Libro.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Gunnar Mendoza (1914-1994)


El historiador y archivista descubrió los manuscritos de la ‘Historia’
de Arzáns y del ‘Diario’ del Tambor José Santos Vargas

Gunnar Mendoza, cazador de tesoros

La Razón / Rubén Vargas - periodista
00:00 / 24 de febrero de 2013


Hace más de 300 años, en un Potosí que ya sólo es posible  imaginarse como leyenda, un hombre emprendió una tarea colosal que le ocuparía más de 30 arduos años de su vida: la escritura de la Historia de la Villa Imperial de Potosí, de sus riquezas incomparables, de su famoso cerro, de las grandezas de su magnánima población, de sus guerras civiles y casos memorables. Ese hombre se llamaba Bartolomé Arzáns Orsúa y Vela, se reclamaba “hijo de esa Villa” y murió sin concluir su labor después de escribir unas 1.500 páginas “en folio de escritura prieta”.

Un siglo después, otro hombre, de pocas letras a diferencia del anterior, nacido en Oruro un día de 1814, a sus 18 años decidió incorporarse a las guerrillas independentistas que luchaban en las provincias del entonces Alto Perú. “Ansioso estaba yo de ser patriota, mucho más con la intención de saber y apuntar lo que sucediese. Ello es que me entropé por ser más testigo ocular de los hechos”, escribió en el que sería el Diario histórico de todos los sucesos ocurridos en las provincias de Sicasica y Ayopaya durante la guerra de la independencia americana desde el año 1814 hasta el año 1825, escrito por el comandante del partido de Mohosa, ciudadano José Santos Vargas.

En otra centuria, al promediar el siglo XX, otro hombre, que habría de pasar 50 años de su vida entre libros y papeles, descubrió providencialmente estos manuscritos que habían sobrevivido milagrosamente a siglos de peripecias. Los leyó apasionadamente. Los estudió minuciosamente. Y, finalmente, los publicó, y con ello la historia boliviana se abrió a horizontes inéditos. Ese hombre se llamaba Gunnar Mendoza Loza (1914-1994), era escritor, historiador y archivista y, durante medio siglo, dirigió la Biblioteca y el Archivo Nacionales de Bolivia.

Estos tres hombres, distanciados por siglos, tenían, sin embargo, por lo menos tres cosas en común: habían nacido en un mismo territorio, sabían que la escritura tiene un fin trascendente y eran conscientes de que es la memoria la que constituye a los hombres y a los pueblos.

 

Identifican a 808 archivistas bolivianos desde la Colonia/ DATO Gabriel René Moreno, Ernesto Otto Rück, Gunnar Mendoza, Alberto Crespo Rodas son algunas de las personalidades más destacadas por el registro de archivistas./ Anahí Cazas / La Paz - 17/10/2012 (Ver: Página 7)

 Poco se sabe de Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela. “El historiador que empleó casi un millón de palabras en relatar la historia de su ciudad natal parece haber sido casi del todo indiferente a relatar su propia vida”, dicen Lewis Hanke y Gunnar Mendoza en el extenso estudio que acompaña la primera edición completa de la Historia de la Villa Imperial de Potosí: tres volúmenes cuidadosamente anotados en formato mayor publicados en 1965 por la Universidad de Brown, Estados Unidos. Es esta edición, precisamente, la que acaba de ser publicada en edición facsimilar por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia y Plural Editores.   

Bartolomé Arzáns Orsúa y Vela Nació en Potosí de padres españoles en 1676. Tuvo un hijo, Diego, que a su muerte intentó completar su Historia. En su monumental escrito apenas dejó huellas de sí, algunas casi humorísticas: se consideraba “buen aritmético y muy aficionado a las corridas de toros”. Pero, sin dudas, era un hombre de letras. Sobrevivió, y pudo narrarla, a la gran epidemia que en 1719 se llevó las almas de 20 mil potosinos. Murió en 1736, a los 60 años.

Comenzó a escribir su Historia en 1705, y la continuó hasta su muerte. Era receloso de darla a conocer, y por eso la mantuvo casi en secreto, pues como escribió su hijo, temía “a los muchos contrarios que tenía y que eran los no ignorantes de que en ellas estaban escritas las malas obras que ejecutaban, por cuya causa deseaban muchos haber en su poder  la Historia para sepultarla donde jamás contase sus obras perversas”.
Después de la muerte de Arzáns, en 1736, el manuscrito estuvo desaparecido por 20 años, hasta que el Corregidor de Potosí encargó a Bernabé Antonio de Ortega y Velasco una investigación  para proveer información a la Corona sobre la mentada Historia. Ortega se empeñó en dar con el libro desaparecido. Su tarea es la gran novela policial del Potosí colonial jamás escrita. Hasta que “la pudo haber en su poder”. Era el año 1755. El manuscrito estaba en poder de un eclesiástico a quien Diego Orsúa, el hijo de Bartolomé, le había empeñado por unos pesos. Poco se sabe también de Diego, salvo, como es evidente, que pasaba estrecheces económicas. La Historia, tanto tiempo oculta, fue enviada a España en 1756 y encaminada al Consejo de Indias. Allí se pierde nuevamente el rastro del manuscrito.  

En el siglo XIX se tiene noticia de copias de la Historia. Luis Subieta Sagárnaga en sus Anales de Potosí cuenta una historia también novelesca. En 1877 murió, en Potosí, José Gabriel Quesada, “hombre bueno e ilustrado y además bastante rico”. Entre sus bienes había muchos libros y entre ellos, uno bastante voluminoso “que algo empolvado reposaba en una mesa sobre un atril”. Era la Historia de Bartolomé Arzáns. Un señor llamado Julio Nava propuso a los herederos de Quesada publicar el libro por su cuenta en Europa. Y partió con el manuscrito y una copia a París. Pero el señor Nava sufrió “desgracias sin cuento”. Le robaron el original y la copia la dejó depositada en la casa Artola, la que se declaró en quiebra poco tiempo después. Y así, la Historia se extravió nuevamente.

Hay una historia más de esta Historia. En 1905, un ingeniero de los Estados Unidos, el coronel George E. Church, compró un manuscrito de la Historia al librero Chadenat de París. Church fue un personaje notable: siguió a Benito Juárez en su campaña para expulsar a los franceses de México, fue periodista en Nueva York, trató de realizar grandiosos planes para abrir el interior de Bolivia y Brasil, construyó ferrocarriles en Argentina... A su muerte, en 1910, donó el manuscrito de Arzáns a la Universidad de Brown, Estados Unidos. Con ese manuscrito, comparado con otro que se encontró en la Biblioteca del Palacio del Rey en Madrid, trabajaron Lewis Hanke y Gunnar Mendoza para editar ese monumento histórico y literario que es la Historia de la Villa Imperial de Potosí. TAMBOR. La historia del Diario histórico de todos los sucesos ocurridos en las provincias de Sicasica y Ayopaya durante la guerra de la independencia americana desde el año 1814 hasta el año 1825, escrito por el comandante del partido de Mohosa, ciudadano José Santos Vargas no es menos fantástica.


Manuscritos. Las portadas de los manuscritos
de los libros de Bartolomé Arzáns y
José Santos Vargas descubiertos por Gunnar Mendoza.

A diferencia de Bartolomé Arzáns, José Santos Vargas dejó abundante información sobre su vida. Nació en Oruro, el 28 de octubre de 1796. Perdió a sus padres cuando era un niño de ocho años. El mismo se describe como “un hombre sin luces ni estudios más que el natural, únicamente sí las primeras letras”. En su adolescencia sobrevivió como pudo, a veces como “sirviente doméstico”, otras como secretario de cartas. El momento decisivo de su vida ocurrió cuando, después de algunos años de haber dejado Oruro y recorrido varias provincias de la región, se encontró en los valles de Cochabamba con su hermano Andrés. Éste, por razones que no explica Vargas, había tenido hasta entonces una suerte totalmente diferente a la suya: era cura y letrado y, además, patriota: se había “entropado” en las guerrillas independentistas como capellán. Y no sólo ello, Andrés Vargas había llevado, como guerrillero, un diario.

Apenas dos meses después del encuentro con su hermano e influenciado decisivamente por éste, José Santos Vargas se incorporó a la guerrilla de los valles de Ayopaya como tambor a las órdenes del comandante Eusebio Lira: “Ya con la seducción de mi hermano a la opinión de la Patria estaba yo anhelando en ella”, escribió. Tenía 18 años. Y junto por su anhelo por la patria estaba su vocación de escritor: “Ansioso estaba yo de ser patriota mucho más con la intención de saber y apuntar lo que sucediese”.

De esa voluntad de escritura nació uno de los testimonios históricos más  extraordinarios no sólo en el ámbito boliviano, sino también latinoamericano: el Diario de un comandante de la independencia americana. Durante once años el Tambor Vargas militó en las guerrillas de la independencia, hasta 1825 cuando terminó la guerra con el grado de Comandante. Y durante todos esos años testimonió minuciosamente la lucha popular en la que le tocó intervenir. Terminada la guerra con la creación de Bolivia, Santos Vargas escribió: “Triunfante que fue mi opinión (la patria) se acabaron mis afanes y luego me entré a vivir en el monte”.  

Pero todavía el Tambor libró otra batalla: los intentos para que  alguien se interese en su Diario para corregirlo y publicarlo. Desde 1825 hizo por lo menos una docena de tentativas. En 1853, en su último intento, lo envió al Presidente Manuel Isidoro Belzu con una dedicatoria que decía: “mediante su autoridad mandaréis corregir… y siendo aceptable al público mandaréis imprimir y ordenaréis el uso que corresponda para que se sepa la obra de nuestra independencia”. No tuvo respuesta.

Casi un siglo después, en 1951, Gunnar Mendoza descubrió en la sección Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Sucre una parte del Diario del Tambor Vargas. El manuscrito estaba entremezclado con otros documentos que permanecían en el Archivo sin orden ni identificación. Ahí encontró un cuaderno. “Y me entró la curiosidad y finalmente descubrí que se trataba del diario de un guerrillero de la independencia, no tenía comienzo, como no tiene una parte del centro y no tiene final”, contó Mendoza según consigna Gonzalo Molina Echeverría en un artículo dedicado al tema.  El historiador y ya entonces director del Archivo y Biblioteca Nacionales transcribió el Diario, lo estudió, anotó y publicó en tres números consecutivos de la revista Universidad de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca entre 1951 y 1952.

Algo más de diez años después, en 1963, en un anticuario de Sucre —en esas tiendas en las que las antiguas familias chuquisaqueñas arruinadas por la Revolución de 1952 de deshacían de sus cosas— “apareció” una versión íntegra del Diario del Tambor Vargas. Anoticiado de tal hecho, Mendoza acudió sin tardanza a verlo. “Me bastó entrar, franquear la entrada para tomar en cuenta lo que era... literalmente me lancé sobre el volumen y era la segunda versión íntegra, autógrafa, del Diario de José Santos Vargas”, narró el archivista, según el ya mencionado artículo.

Lo adquirió para la Biblioteca Nacional. El tramité de compra establecía la necesidad de identificar al dueño del manuscrito. No sin reticencias del anticuario, finalmente se supo que pertenecía a la colección del escritor Adolfo Costa Du Rels o, más precisamente, a la de su suegro, un señor apellidado Urrolagoitia. El texto completo se editó, finalmente y por primera vez con un estudio introductorio de Gunnar Mendoza en 1982 en la editorial Siglo XXI de México.

jueves, 14 de febrero de 2013

Un poema de Eduardo Mitre

Al pie de la letra

                                                                a Guillermo Sucre
La mujer que de pronto
aparece en la esquina
como la pasante de Baudelaire.
Sus ojos de noche del Líbano,
brillosos como la piel
de los dátiles,
enigmáticos como las líneas
que traza el destino
en las hojas de coca.
Su cuerpo esbelto,
                                       su talle fino,
su andar de palmera con brisa,
su cabellera que al aire
latiga y aroma,
sus largas piernas
presentidas bajo la falda roja,
sus senos como dos olas
rompientes
a punto de perderse en el mar.

Y el mantel que prolonga a la nieve
sobre la mesa del bar
bajo la mirada que lee
lo que al azar la realidad inventa.

Y el poema que dice
al pie de la letra.

De "Líneas de Otoño"

Gladys Moreno (multimedia)

TRIBUTO A LA CANCIÓN POPULAR BOLIVIANA

Guillermo Gutiérrez Nieto
La ausencia es el tardío nombre
de lo que amamos
y la música
su único cuerpo que nos es dado.

Fragmento del poema "Con ella a la distancia", de
Eduardo Mitre, dedicado a Gladys Moreno

De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, pascana es un vocablo de origen quechua (paskána) que significa la etapa o parada en un viaje; también es usado en Sudamérica para referirse a una posada o a algún sitio para hospedarse. En Bolivia, esta palabra también remonta a una peña en Santa Cruz de la Sierra, lugar donde surgió una de las voces más representativas de este país: Gladys Moreno Cuellar.

El CD, producto del trabajo coordinado entre Editorial Nuevo Milenio, Cesu y La Monarca Producciones (2007), guionizado y dirigido por Luis H. Antezana y Marcelo Paz Soldán
Esta conjunción de términos, significados y personajes viene a colación a propósito del reciente lanzamiento de un libro multimedia (CD ROM), dedicado a la vida y obra de esta cantante cruceña, que nació el 28 de noviembre de 1933 y falleció el 3 de febrero de 2005. Esta exhaustiva investigación se titula La Pascana de Gladys Moreno, que alude a la canción "El Carretero enamorado" ("...peladinga de mi alma, vos sos el eje de mi carretón, sos la pascana que quiero alcanzar y ahí por siempre quedarme a soñar...") y es publicada por el Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU) de la Universidad Mayor de San Simón. Se trata de un disco interactivo con grabaciones, imágenes, videos y entrevistas sobre la más notable intérprete de la canción boliviana, nombrada en 1962 Embajadora de la Canción Boliviana por el gobierno de Víctor Paz Estensoro y a la que en 1980 le fuera otorgada la condecoración El Cóndor de los Andes.

Las seis secciones que incluye el material en cuestión (La Pascana, Entrevistas, Biografía, Cronología, Discografía y Bibliografía) nos permiten realizar un viaje por la trayectoria artística de quien creció en la hacienda Patujú, zona rural de Santa Cruz, y culminó sus presentaciones públicas con un memorable concierto realizado en 1987 en la Peña Arawi de la ciudad de
Cochabamba, aunque continuó haciendo apariciones esporádicas hasta el año 2004.

Hablar de Gladys Moreno hace inevitable la referencia a las primeras casas de grabación, al auge de las radiodifusoras y a la germinación de uno de los géneros musicales latinoamericanos por excelencia: el bolero. Ella disfrutó de las bondades de difusión permitidas por los discos y la radio, convirtiéndose, junto con Raúl Shaw Moreno, en los máximos representantes bolivianos de un estilo romántico que perdura hasta nuestros días. La calidad de su canto, no obstante, trascendió este género y le permitió colocar en un plano de mayor interés tradiciones musicales que, antes de ella, habían transcurrido prácticamente aisladas: taquiraris, cuecas, quimbas, valses, bolero, poleas y pasillos, entre otros.

Debido a que su padre era militar, Moreno pasó su adolescencia en la ciudad de La Paz. En 1948, debutó en Radio Electra y grabó su primer disco con los temas "Para decir te quiero" y "Vida de mi vida". Posteriormente volvió a Santa Cruz, donde trabajó como secretaria y contadora, sin dejar nunca de explorar su veta artística. Su carrera se consolidó al lado de la pianista Amalia Caro, con quien compartió el escenario de "La Pascana", lugar que durante los años 50 y 60 del siglo pasado fue el punto de encuentro de músicos y cantantes del Oriente de Bolivia.

Gladys Moreno y Los Cambitas, cuando las canciones
se grababan en un sólo envión.
En más de tres décadas de carrera musical logró grabar siete discos, situación que se explica por su celo al elegir el repertorio que interpretaba. Nunca cantó nada que no la conmoviera y por eso siempre estuvo cerca de connotados compositores. Dio a conocer con su voz las obras de Simeón Roncal, Miguel Ángel Váida, Alberto Ruiz, Gilberto Rojas y Roger Becerra, entre otros. Igualmente, inmortalizó melodías con versos de poetas como Raúl Otero Reiche y Hernando Sanabria Fernández.

La versatilidad que exhibió a través de sus canciones también la confirmó con los estilos musicales que eligió como medios de expresión. Así, de valses inmortales como "Alma cruceña" y "Misterios del corazón"; transitó por los taquiraris ("El Trasnochador", "Limita camba" y "Sombrero de Sao", por mencionar algunos); pasó por los carnavales ("Pena camba"y "Soledad", como ejemplos mínimos), sin olvidar las cuecas ("Moto Mendez"y "Sed de Amor", entre otros títulos paradigmáticos) y los tangos ("Illimani", como pieza fundamental).

Esta actitud musical le permitió ser reconocida en todo el territorio nacional boliviano. Logró que la música del oriente boliviano fuera apreciada en las minas y que los cruceños bailaran al ritmo de las cuecas y taquiraris. Las barreras regionales fueron transgredidas con su voz, dejando un mensaje de unidad. Por ello, más que exageración, debe aceptarse como aseveración uno de los comentarios incluidos en el material comentado, cuando señala que, "en cuestión de infraestructura, la integración del occidente al oriente del país se dio con la carretera troncal Cochabamba-Santa Cruz, pero de oriente a occidente el puente más notable fue la música, fundamentalmente la que ofrecieron Arturo Sobones, el grupo Los Cambas y Gladys Moreno".

Después de escuchar las canciones incluidas en el CDROM, se corrobora que su contribución a la música boliviana tiene que ver con la emotividad de sus interpretaciones y con su extraordinaria voz, incomparable y reconocida por ulteriores cantantes bolivianas (Emma Junaro, Enriqueta Ulloa, Zulma Yugar y Jenny Cárdenas, entre otras). Caso curioso el de su canto, ya que ella misma asumía, con mucho orgullo, ser "analfabeta" musical y no conocer ninguna nota. Lo que tenía era un oído armónico extraordinario, capaz de adivinar o intuir las notas de una composición sin necesidad de leer música.

Luis Huáscar Antezana, "Cachín"
A más de dos años de su muerte, Luis H. Antezana, prolífico crítico y escritor, y Marcelo Paz Soldán, agudo investigador y gestor cultural, unieron esfuerzos para dar vida a una obra que devela a plenitud a quien sólo aceptaba ser comparada con Edith Piaf. Su trabajo es plausible no sólo porque rescatan del olvido materiales audiovisuales de gran trascendencia, sino fundamentalmente porque incluyen comentarios de compositores y trovadores vinculados con la trayectoria artística de Gladys, lo cual da como resultado un tributo merecido, y necesario, a la
canción popular boliviana.

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Guillermo Gutiérrez Nieto. (Ciudad de México, 1963). Mexicano, estudió Relaciones Internacionales en la ENEP- Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de

México e ingresó al Servicio Exterior Mexicano en 1992. Ha trabajado en diversas
áreas de la Secretaría de Relaciones Exteriores y en las Embajadas de México en
Belice y Bolivia. Actualmente, está comisionado en el Consulado de México en
Chicago, EUA. Fue editor de las revistas PROA y LITORAL, en México.

Unam, Revista Archipiélago www.revistas.unam.mx/index.php/archipielago/.../19053

Potosí colonial, guía histórica... del gobernador Pedro Vicente Cañete [1787]

 Cañete en palabras de Gabriel René Moreno


Vista del Cerro Rico visto desde el Arco de Cobija.

"La memoria y trabajos de Cañete y Domínguez no han tenido en otras partes mejor suerte que en Bolivia. Ni el Paraguay, ni en la Argentina, ni en Chile, ni en España cuya causa tanto defendiera con la pluma, con la acción varonil y con los padecimientos, ha extendido nadie una mano para restituir el nombre de Cañete el lustre que por literarios títulos le es tan debido.

"El ostracismo de este publicista colonial a lo que parece no tendrá término. Proscrita de la patria adoptiva su memoria. Sin orgullo ni gratitud la mera patria de tierra, no abrirá, no, sus brazos como a un hijo a este ausente de toda la vida. ¿Quién alzará con autoridad paterna la voz para la amnistía generosa y consoladora del sepulcro? La imagen de Cañete no tendrá plaza en ninguna de esas galerías nacionales que alardean con gala antepasados ilustres. A cien codos más arriba de otros literatos o políticos sud-americanos de mérito subalterno y sin importancia de primera línea en las ocurrencias de su época, Cañete no ha obtenido como ellos póstumos aplausos en prosa y verso, ni tendrá conciudadanos que le disciernan los honores de la biografía impresa con colores de la tierra patria.

"Pero hay una historia sin patria, impasible y altísima. En las páginas tardías de este libro duradero, personificando en la contienda toda una generación de vasallos del Alto Perú, con la individualidad bien singularizada y saliente del último criollo fiel a la metrópoli dominadora, quedará sin ninguna duda inscrito el nombre de audaz realista, inescrupuloso consejero y diserto escritor: don PEDRO VICENTE CAÑETE Y DOMINGUEZ"

Herman Moll: ''Map of South America'', London c.1715 (detail: Inset view of Potosi by Bernard Lens)

 
POTOSI COLONIAL
GUIA HISTORICA, GEOGRAFICA, FISICA, POLITICA, CIVIL Y LEGAL DEL GOBIERNO E INTENDENCIA DE LA PROVINCIA DE POTOSI

DIVIDIDA EN DOS PARTES

En las cuales, con distinción de Capítulos y Noticias, se describe la Villa de POTOSI, su Cerro Rico, y los seis partidos de: Porco, Chichas, Lípez, Chayanta, Tarija y Atacama; con la historia del descubrimiento de este mineral imponmderable, de sus inmensos productos; de las Minas principales de plata, oro y otros metales de todo el distrito de Charcas, y del método de su beneficio; con las demás producciones maravillosas, que ilustran la Historia Natural del reino mineral.

SE EXPLICA

La nueva Ordenanza de Intendentes, por las cuatro causas de Justicia, Policía, Hacienda y Guerra, con proyectos muy útiles para promover la Agricultura, Comercio, Industria y Economía, civil, Eclesiástica y militar en estos países, a beneficio del Rey y de los Indios.

SE TRATA

Del establecimiento y servicio de la Mita; de los azogues; de las Cajas Reales; de la Casa Real de Moneda; del Banco de Rescates, y del nuevo Reglamento de Minas, deslindando los casos y jurisdiccciones sobre cada uno de estos objetos; y se hacen varios discursos jurídicos a cerca de las Leyes y Ordenanzas de su manejo, con un comentario claro y específico de las respectivas a Minería.

PARTE PRIMERA

Obra muy útil y necesaria para Intendentes, Oficiales, Reales Administradores, Contadores, Abogados y Jueces, así seculares como eclesiásticos, y al mismo tiempo instructiva para todo género de personas.

Escrita y dedicada por don Pedro Vicente Cañete y Dominguez, Doctor en Sagrada Teología y ambos Derechos, asesor General que fué del Virreinato de Buenos Aires, de la Capitanía General del Paraguay, y actual Teniente Letrado del Gobierno de Potosí:

Al Excmo. Señor
D. NICOLAS DEL CAMPO, Primer Marqués de Loreto, Brigadier de los Reales Ejércitos de S.M. Católica; Virrey Gobernador y Capitán General de las Provincias del Río de la Plata.

________


POTOSI COLONIAL
PROLOGO Y ARGUMENTO DE LA OBRA


Una dilatada experiencia de Abogado en el reino de Chile y en la capital de Buenos Aires; la práctica contínua de Asesor en el Virreinato del Río de la Plata y en la Capitanía General del Paraguay, por muchos años; el manejo reflexivo de toda clase de negocios, los más graves, y el conocimiento de las materias del reino, rpincipalmente sobre los Indios, -que es el asunto más frecuente del Paraguay;- me había persuadido, cuando entré a servir la tenencia del Gobierno de Potosí, que a pocos pasos llegaría a adquirir cuanto necesitase saber para el cabal desempeño de mi oficio. Metí el hombro al peso de muchos negocios que abarcan  las cuatro superintendencias anexas a la Intendencia y comencé a conocer que la compliacación de circunstancias requería un estudio mucho más extenso del que creí necesario. Quise acusarlo informándome de los Escribanos de Minas y Mita, sobre lo más esencial que estas dependencias y de otras personas al parecer prácticas en todas las cosas de Potosí; pero en breve tiempo toqué mil desengaños de mi primer concepto.

Conocí que todos hablaban por una tradición falsa o equivocada por una historieta de cuentos impertinentes que aquí llaman "anales de Potosí", haciéndose creer sobre su palabra, en la confianza de no encontrarse papeles en los archivos; y por consiguiente, que si yo no examinase de propósito los monumentos hasta salir de dudas, me sucedería acabar el servicio en el mismo estado de inocencia en que han salido muchos de los que han gobernado esta Villa.

Al acbo de pocas tareas fuí descubriendo varias noticias auténticas con las que despejé las primeras obscuridades y me prometí salir de dudas si me aplicaba al registro prolijo de los grandes protocolos de las Cajas, del Cabildo y demás oficinas, despreciando ya enteramente la alucinación en que estaban casi todos, de no encontrarse papeles.

Entonces resolví también hacer fructuoso mi trabajo a los que hubiesen de mandar esta Villa, tanto más importante que antes, por los ricos y extensos Partidos agregados a su Provincia. El título de la obra indica mi pensamiento, y las graves materias que incluye califican el estudio impendiado para llenar su idea.

En efecto, he registrado más de doscientos volúmenes de libros de Acuerdos, Provisiones, procesos y Cédulas arrinconadas siglos enteros en los estantes y escaparates de las oficinas bebiendo en las mismas fuentes noticias que por acá estaban sepultadas en el olvido o confundidas en una tradición equivocada.

En esta operación observé que habiéndose pedido informe más de una vez sobre asuntos muy interesantes, pero más antiguos de un siglo, se atribuía todo a la costumbre, sin atinar con el origen, teniéndolo en las mismas oficinas, por varias provisiones o Cédulas reales.

Citaré ejemplar por que no acuse de arbitraria mi relación.- El Excmo. Sr. Virrey de Lima, mandó a estos oficiales que informasen sobre la práctica de rematar en Potosí los oficios concejiles de la provincia del Tucumán: ellos lo ejecutaron en 28 de Mayo de 1784, certificando la constancia de los remates hechos por más de un siglo atrás, y añadieron que no parecía la cédula que lo hubiese prevenido. Después encontré yo, que había tenido principio de una provisión del Sr. Marqués de Montes Claros, fecha en Lima a 23 de Agosto de 1609, manda guardar por otra del Sr. Marqués de Guadalcazar, de 29 de Febrero de 1624, a pedimento del Fiscal Don Luis Enriquez, con la prevención de que nunca se alterase el orden dispuesto por el Gobierno para los remates de oficios.

Omito decir sobre los rescates de plata, establecimiento de mita y el número de los repartimientos generales, como sobre Casa de Moneda; porque exceptuando lo más vulgar que por frecuente en la práctica se conserva en la memoria de los vecinos, en lo demás guardaba inviolable secreto, y lo peor es las suposiciones falsas de mcuhas cosas que nunca han sucedido, como la erección de Casa de Moneda en Porco, que muchos afirman, no habiendo sido así jamás, como después se han convencido.

Sirva por última prueba, que el Corregidor de Porco intentó incluir en su jursidicción el Baño llamado "de Don Diego" (que es una casería con manantiales de aguas termales a distancia de Potosí cerca de cinco leguas); formó competencia y después de haber apurado a este Gobierno, vino a quedar el negocio sin decisión porque no encontraron, ni aún sabían fijamente de la Cédula de límites de esta Villa. Todos hablaban de ella a bulto, pero lo cierto es que no pareció; con la diligencia la encontré yo después, en un libro de los del Cabildo, que comenzó el año 1701, y han salido de una duda, que en realidad era nociva al interés público de las jurisdicciones.

En cuanto a los Partidos, era todavía mayor la obscuridad; porque algunos pocos que daban razón de ellos, habían viajado sin reflexión, y así apenas podían decir ciertas cosas comunes, de ninguna importancia. Y fuera de aquí nadie podía formar concepto de estos territorios, pues, nuestro viajero Ulloa, con ser el más exacto observador de esta parte de América, no pasa de diez líneas lo que habla de Atacama, Porco y Lípez, dejando en silencio las dos Provincias de Chayanta y Chichas.
 
Mapa de la antigua Provincia de Potosí con seis partidos: Porco, Chayanta, Lípez, Chichas, Atacama y Tarija. El norte está hacia abajo. Año 1787 (Pedro Vicente Cañete) Para ver el presente mapa en detalle haga click aquí.


Para que el Gobernador pudiese instruirse perfectamente de toda su Provincia, necesitaba mucha aplicación, con la fatiga de examinar cada una de por sí las materias dignas de providencia; y como esto requiere teimpo, sucedería cumplirse el quinquenio y cesar en el mando en aquél preciso período que podía ser útil por la práctica que ya hubiese adquirido; de suerte que sucediéndose unos a otros los hombres de celo, quedaría la Provincia sin adelantamientos.

No es menester más prueba que no haberse podido levantar hasta hoy el mapa topográfico que previene la Ordenanza de Intendentes, en el artículo 53, pero ni aún se han evacuado las relaciones históricas de cada Partido, según lo dispuesto en el artículo 54, porque los mismos subdelegados ignoran las particularidades de sus Partidos y mucho más los objetos que se deben promover en ellos para mejorarlos. He visto algunas relaciones, pero tan insubstanciales y frías, que sólo contienen cuentos de la cigüeña.

Conocen muy bien la miseria en que se hallan los pueblos, el atraso de la agricultura, la decadencia de las minas, el poco aprovechamiento de los Indios en la doctrina evangélica, y el desorden general de las Provincias. Todo les consta prácticamente, y no vemos, a ninguno, que proponga algún proyecto para reparar tanta lástima. Cada Subdelegado tira a pasar su tiempo y aprovechar lo que puede.

La administración de Justicia y la Policía, tan encargadas por la Ordenanza, van abriendo brechas para nuevos desórdenes o para mantener los antiguos. Cuando los atacan, responden que no son letrados y que no entienden la Ordenanza.

Después de haber palpado todos estos obstáculos de nuestra felicidad, confieso que muchas veces me ha arrebatado el celo por el Rey y por la patria. Mi autoridad no es bastante para poner el remedio que necesitan los males políticos del país, ni se puede lograr a tan poco tiempo, cuando este cuerpo apenas va convalesciendo de las antiguas enfermedades que eran más graves.

Nuestro sabio Gobierno ha dictado las mejores reglas para vivificar todos sus miembros adormecidos: lo que falta es aplicarlas en la práctica con inteligencia y con sagacidad.

El amor por la causa del Rey (a quién todo lo debo) me arrebató al pensamiento atrevido de escribir una GUIA que pudiese ilustrar a los Gobernadores Intendentes, con especialidad a los de Potosí, para adelantar estos Estados y hacerlos útiles a la Corona, remediando los muchos incoveninentes que impiden su prosperidad.

Para conseguirlo he sacrificado mi salud, mi reposo y mi poco dinero, porque sólo a esta costa podía yo lograr el fin que me había propuesto.

En esta obra verán un mapa exactísimo de la Provincia de Potosí, con distinción de sus Partidos, Doctrinas, pueblos, ríos, minerales y montes; de suerte que a golpe de ojo se instruirá un Intendente en el mismo día que fuere provisto.

Yo he asalariado persona inteligente para que viajase la Provincia con reflexión, para describirla según arte: ya se ve, para estos costos ha sido menester quitarme el pan de la boca; pero estoy muy contento con mi pobreza, a trueque de que florezca el reino y se adelante el erario de mi amado Soberano.

He doblado mi tarea para ilustrar unos escritos nuevos sobre materias de tanta gravedad; pues aunque el Gazofilacio escribió de Real Hacienda, fué en el sistema antiguo del Gobierno de este Reino. He combinado todos los asuntos al tono de la Ordenanza: explico los asuntos al tono de la Ordenanza: explico y cito las Leyes Reales recopiladas y facilito por un método claro el conocimiento, manejo y despacho de los ramos fiscales que se administran en estas Cajas Reales.

Hago un comentario prolijo de las Ordenanzas de minas, materia que nadie ha tratado por la pertenencia al Perú; y no omito proyecto conveniente a la industria y economía de estos países.

Desde luego, creo que esta empresa es muy superior a mis fuerzas y a mis talentos; pero es mucho menor a mis deseos por el acierto y por el bien del Estado. Cualquier lector discreto que se haga cargo de la multitud de asuntos, de su gravedad y principalmente de su novedad, me disculpará los errores, pues ansioso de dar testimonio de mi aplicación y lealtad a la confianza del Rey, en el puesto que se ha dignado darme su piedad, junto con otro motivo que no me interesa menos, me ha apresurado a concluir la obra sin tener tiempo siquiera para castigarla de primera mano. Virgilio y otros escritores se sabe el tiempo dilatado que impendieron en sus escritos y la proligidad con que los enmendaron y corrigieron. Horacio lo aconseja encarecidamente y todos así lo observan para evitar la censura pública. Nadie como yo debía practicar estos preceptos, no tanto por mi insuficiencia como por la mezcla de materias políticas, económicas, jurídicas, históricas y físicas que me he visto precisado a tocar en esta obra. El índice no descubre el pormenor de ellas, porque no puede abarcar la multitud de cuestiones, advertencias y observaciones que contiene cada capítulo; ni he tenido tiempo para formar el de cada punto por alfabeto; por lo que habrás de tomarte el trabajo de leerlo todo para que sea cabal tu juicio.

Pero será menester emplear también tu paciencia para dispensar los innumerables defectos que encontrares. No me avergüenza de confesarlos, cuando Marcial confesó ingenuamente los de sus epigramas, con ser uno de los poetas más excelentes de su siglo.

Lo que más particularmente te ruego (amado lector) es, que si fueres eclesiástico o por otro título te tocasen mis escritos, no los interpretes siniestramente; porque mi intento no ha sido dar materia a la detracción, sinó hacer conocer las dolencias, para que se pueda atinar con el remedio. Protesto de buena fe, como San Jerónimo en caso semejante, que la utilidad pública es todo el fin que me mueve a proponer el mal estado de muchas cosas reparables en esta Provincia: cada uno meta la mano en su pecho y alégrese hallándose inculpado, o busque la enmienda si conociese sus faltas.

No por eso discurro que no sólo el aire de mi pluma podrá asegurar el partido que voy buscando: por el contrario, me temo que salga algún Lucilo a satirizar mi estilo, mi talento, mi método o mi doctrina, pero sépase que nunca será capaz de acusarme de poco fiel a la verdad y yo lo miraré como Athenas a Diógenes, queriendo censurarlo todo desde una cuba donde apenas se descubre una vara de cielo: empeño verdaderamente ridículo, cuando se critica lo que no se entiende ni se ha visto.

Desde luego desconfío conseguir los efectos de mi asunto: con todo, no he de suspender mi pluma; porque estoy seguro de que entendida la razón y la causa de él, se despertarán espíritus generosos, que sostengan los justos derechos de la felicidad pública y del bien del Estado a que únicamente aspiro.

(Prólogo de Potosí colonial, guía histórica, geográfica, polítca, civil y legal del Gobierno dela Intendencia de Potosí, por don Pedro Vicente Cañete y Domínguez [1787] de la edición a cargo de Gustavo Adolfo Otero, Biblioteca Boliviana N°5. Publicaciones del Minitserio de Educación, Bellas artes y Asuntos Indígenas. La Paz, Bolvia 1939)

Pedro Vicente Cañete, bisnieto del cronista  Ruy Díaz de Guzmán, gobernador de Potosí, rector de la Real Academia Carolina de Derecho de Chuquisaca, polemista y personaje a favor de la Corona de España durante la independencia de América (Asunción 1749- Chuquisaca1816) Foto: Potosi, Bolivia, seen from above by paraglider, Gerd Breitenbach 2003, public domain.


martes, 12 de febrero de 2013

¿Fundación o creación de Potosí?

La capitulación de Potosí (José Antonio Fuertes López)

"En el asyento de mynas de potosi..."

 

ANTECEDENTES

La capitulación era un documento por el cual el monarca autorizaba o delegaba en algunas autoridades para suscribir un convenio con un particular, donde en ella se estipulaba las condiciones, plazo de realización, beneficios para cada una de las dos partes contratantes, franquicias, régimen jurídico a instaurar en la región objeto de la capitulación, etc. Por las "Ordenanzas de nuevos descubrimientos" (1573) Felipe II volvió a centralizar en el Consejo de Indias la conclusión de capitulaciones. En el Perú, la más insigne fue la suscrita el 26 de julio de 1529 en Toledo entre Carlos V y Francisco Pizarro para la conquista y colonización del Tawantinsuyu; en Charcas, los descubrimientos no parecen haberse hecho en base a capitulaciones, sino, o bien las realizaron tenientes de los gobernadores (casos de Anzúrez, Chávez...), o bien la base jurídica con que actuaron fue directamente un nombramiento otorgado por el Virrey (casos de los gobernadores cruceños). La Audiencia (1563) recibió desde sus primeras Ordenanzas la potestad de conceder entradas de descubrimiento y conquista (Barnadas, 2002: t.I,435).

Por lo tanto las autoridades indianas -personas o instituciones- que ejercían función pública por delegación del soberano, estaban legalmente autorizados a despachar documentos a nombre del rey. Por supuesto la autoridad delegada no podía por propia iniciativa emitir una disposición. Necesitaba de una previa autorización real que pueda expresar concretamente al individuo, funcionario o institución en cuestión.

La primera referencia que se tiene sobre la Capitulación de Potosí, nos proporciona don Pedro Vicente Cañete ([ 1787] ,1952:327) en su obra "Guía Histórica de Potosí", quien transcribe parte de la Capitulación. Asevera que el origen de la Capitulación nace el 7 de noviembre de 1561, elevándole al asiento y minas de Potosí a la categoría de Villa Imperial de Potosí, la exención o autonomía de la jurisdicción de la Audiencia de La Plata, asignándole ciertas prerrogativas en lo administrativo y político y finalmente un Gobierno propio. Haciendo referencia una Cédula Real dada en Valladolid el 18 de agosto de 1559 y a otra dada en Gante el 23 de julio del mismo año, que respalda la legalidad de la Capitulación. Manifiesta que se insertó en Supremo Despacho de 21 de noviembre de 1561 y se halla copiado en los libros de Cabildo por testimonio autorizado en 24 de junio de 1563, por Juan de Vergara, escribano público, por ausencia de Alonso de Santa Ana, propietario de Cabildo.
Luego, en 1907, Juan W. Chacón (Chacón,1907:3) Director de "La Revista Nacional" de la ciudad de La Paz, con el título "Real Cédula de fundación y título de la Villa Imperial de Potosí" publica una Provisión Real dada por don Francisco de Toledo en 16 de febrero de 1570 reconociendo en forma oficial la Capitulación de 1561, disponiendo que toda autoridad de las provincias del Perú y de la ciudad de La Plata "guarden y cumplan la dicha capitulación". En esta Provisión Real está inserta en testimonio parte de la Capitulación extendida por el Escribano Juan García de Nogal en 24 de enero 1570; según el documento, Rodrigo de Esquivel Procurador de la Villa Imperial de Potosí, asegura que el asiento y minas de Potosí "había capitulado con el conde de Nieva visorrey... y sirvió por ello a S.M. con setenta y nueve mil pesos".

Luego para el centenario del grito libertario de Potosí de 1910, Braulio Pinto (Pinto,1910:24) Director del "Álbum Centenario de Potosí", reproduce la Provisión Real bajo el mismo título, incluyendo el pregón que se hizo en 23 de mayo de 1570 por el Escribano Melchor de Vitoria, para que los vecinos y la población entera conozca del título que ostentaba Potosí y nadie pretenda ignorar de ello.
El Centro de Estudios de Potosí en "Monografía del Departamento de Potosí-Bolivia" de 1892 y Modesto Omiste en "Obras Escogidas" de 1941, con el título "Gobierno propio"; explican la forma como Potosí se independizó de la ciudad de La Plata, confirmando la capitulación de 21 de noviembre de 1561.

Los notables historiógrafos bolivianos: Armando Alba y Gunnar Mendoza, editores de las obras de Cañete y de Arzans, respectivamente; proporcionan valiosa información en estas obras sobre el tema, con sus notas respectivas y comentarios; al igual que Mario Chacón, Carlos Serrano, Alberto Crespo y Valentín Abecia, en sus respetivas obras.
Lista preliminar de gobernadores de Potosí

Antes de 1561 se le consideraba a Potosí asiento minero, asiento de minas o asiento y minas (Fuertes,2000), como aparece en los manuscritos del Archivo Histórico de la Casa Nacional de Moneda (Potosí) y del Archivo Nacional de Bolivia (Sucre).

"En la villa ynperial de potosi a veynte y siete dias del mes de enero de myll y quis y sesentaydos añs estando en..."


Arzans ([1737],1965:t.I,43) afirma que dos años después se otorga el reconocimiento al Cap. don Juan de Villarroel por el descubrimiento del Cerro Rico mediante una Cédula expedida en Ulma el 28 de enero de 1547, además de la concesión de un escudo de armas, confirmando "el título de Villa Imperial de Potosí". Al respecto G. Mendoza pone en duda esta información: "Es dudoso que si se despachó esta cédula comprendiese tal confirmación", continúa diciendo, "Arzans, con excesivo orgullo de potosino, no quiere mencionar estos orígenes humildes" y en verdad en ninguna parte de su obra los menciona como "asiento".
En los registros más antiguos de escrituras públicas de Potosí que se conservan en el Archivo Nacional de Bolivia (Sucre), Potosí figura invariablemente como asiento y no como Villa Imperial, ni siquiera como "villa". En verdad, los Acuerdos realizados en la Cajas Reales de Potosí hasta el 4 de enero de 1562 aún se encabeza "En el asyento de minas de potosi juridiccion de la ciudad de la plata..." y recién a partir del 27 de enero del mismo año como, "En la Villa ymperial de potosi...", dos meses después de expedirse el título desde noviembre de 1561. El propio monarca español cinco años después de la promoción de Potosí a Villa Imperial sigue llamando "asiento de Potosí".
Retrocediendo en el tiempo, uno de los cronista del siglo XVI, Cieza de León en su obra "Crónica del Perú" al hablar de Potosí (que visitó en 1549) se refiere como Asiento y no como Villa, ya que estuvo por esta región antes de que se eleve a la categoría de Villa, afirmando: "que de muchas partes del reyno acudian Indios a este assiento de potossi, para aprovecharse" (Cieza[1553],1995:289).
Por otro lado, autores de fines de siglo XVI y principios del XVII: Luis Capoche (1585), Tito Yupanqui (1584-1588), Guaman Poma Ayala (1580-1613), Fray Diego de Ocaña (1599-1606) entre otros, se refieren a Potosí como "Villa" o "Villa Imperial", cuando ya ostentaba el título y estaba exenta de la ciudad de La Plata desde 1561, refrendado por el Virrey Toledo en 1570.
Potosí, creció muy aceleradamente, muchos españoles dueños de minas aledañas atraídos por el metal argento, se avecinaron como pudieron y alentaron a poblarla, haciéndose las primeras construcciones apresurada y desordenadamente, como bien apunta Arzans ([1737],1965:t.I,42) "Muy adelante iba la fundación, que como no se embarazaban en nivelar las calles ni ahondar cimientos, ponían piedra sobre piedra y adobe sobre adobe, con gran prisa, por cuya causa quedó muy mal formada la villa, y las calles tan angostas que sólo se les podía dar nombre de callejones". Como el frío los apretaba con rigor, se dieron tan prisa que en breves días tuvieron ya donde poderse abrigarse. Las casas se fueron haciendo "sin orden, concierto ni medida de calle, pues cada cual hizo su casa con tanta prisa que careciendo de la forma hubieron de quedar sin calle por donde pasar". Continúa manifestando, que por el mes de septiembre de este año de 1545, con más de 170 españoles y 3.000 indios comenzó la fundación de Potosí. Un año después estaban edificadas "94 casas, para las cuales se les había señalado sitio en los parajes más secos... y en espacio de 18 meses se hicieron más de 2.5000 casas para más de 14.000 personas que entre españoles e indios había".
Por su parte Cañete y Domínguez ([ 1787] ,1965:38) añade: "El pueblo se edificó tumultuariamente por los que vinieron arrastrados de la codicia de la plata, al descubrimiento de su rico cerro. Todos creyeron que sus riquezas, como las de otras minas, no fuesen permanentes, por cuyo motivo de nada cuidaron menos que de la población. Cada uno se situó donde quiso, de manera que fueron formando unas calles demasiadas angostas y largas, para asegurar el tráfico y abrigarse de los vientos fríos de la sierra".
Lo admirable del Cerro Rico, fue la permanencia de la plata. Se afirma que muchos años fueron de abundancia, de "un quintal se sacaba, de ordinario, 40 y 50 pesos ensayados, por fundición" (Cañete[ 1787] ,1965:53). Desde 1545 a 1566 duro la opulencia y fue una población numerosa. La explotación argentífera fue inmensa, tan solo entre 1548 a 1551 según Cieza de León ([ 1553] ,1995:109) sobre pasaron tres millones de ducados. Por su parte M. Helmer (Helmer,1955) afirma que habían pagado a la corona de quintos reales 749.145 pesos en un lapso de 49 semanas, lo que significa que en el mismo lapso la producción de plata había sido de 3.745.725 pesos.
Durante los primeros quince años, el mando estuvo reducido a un Alcalde Mayor o Juez Comisionado por el Corregidor de La Plata, o sea, que sus autoridades dependían de La Plata. Los gobernadores de Potosí en este tiempo, se advierte que solo tuvieron el título de Alcalde Mayor los primeros que gobernaron, hasta el año de 1561, en que comenzaron a llamarse Corregidores (Cañete[ 1787] ,1965:321). La peculiaridad del gobierno real en Potosí, es que no hubo corregidores exclusivos para ella y su distrito. Descubierto el cerro y poblada Potosí, nadie se molestó de dotarle con un gobierno propio sino que se la insumió simplemente dentro de la jurisdicción del corregidor de La Plata.



CIVDAD
Esta dicha uilla rrica de enpereal [sic] de Potocí, mienbro de Castilla y corona rreal del mundo que Dios crió para su santo seruicio y la grandesa del rreyno de España y de Roma, papa, y monarca y rrey del mundo don Phelipe el tersero, que tanbién engrandeció la corona y magestad del Ynga en su tienpo y las dichas minas de oro de Carauaya de ueynte y quatro quilates. Y por ello a cido tanto estimado el rreyno de las Yndias.
Esta uilla fue fundado por los Yngas y lo fundaron por ciudad desde la rreyna doña Yjuana y desde el enperador Magimiliano fue fundada. Y ancí auía de ser ciudad de tanto ualor estimado y agrandecido la fe de Jesucristo. Y después le confirmó y se ualió el enperador don Carlos y don Phelipe el segundo y el tersero, que Dios le guarde, monarca del mundo. Y ancí no tiene título de ningún señor, cino del mismo rrey enperador.
Y tiene juridición de yndios todo Collau desde el Cuzco, Ariquipa, Chuquizaca y Chuquiyabo que le sustenta a esta uilla rrica. Y tiene muchos caualleros y bezinos y soldados, yndios, negros muy rricos.
Y de todo el mundo acude con comida, uino, carne y rropa, todo Potocí y más Potocí y buena gente honrrada, de ualor, cristianos. Tiene caridad, amor de prógimo. Y tiene muchos monasterios, yglecias y rreligiosos y policía, plata como piedra, oro como polbo, cin qüentos y cin millares que no tiene qüentos los yndios. Ocho rreales les llama un tomín en esta dicha uilla, todo seruicio de Dios."
Guaman Poma, Nueva corónica y buen gobierno (1615)
Fuente: Det Kongelige Bibliotek (Biblioteca Nacional de Dinamarca) http://www.kb.dk/permalink/2006/poma/1068/es/text/ 12/02/2013 15:45


LISTA PRELIMINAR DE GOBERNADORES

DE POTOSÍ 1545-1561

AÑOS
AUTORIDADCARGO
1545-1549Lic. Juan Polo Ondegardo1. Corregidor
1549Lic. Francisco Esquivel2. Alcalde Mayor
1552Cap. Pablo de Meneses3. Corregidor provisto por la Audiencia de Lima
1552-1553Gral. Pedro de Hinojosa4. Corregidor, provisto por la Audiencia de Lima
1553Hernando de Alvarado5. Tte. de Corregidor del Gral. Hinojosa
1553Egas de Guzmán,
Antonio Luján
Antonio de Hoznayo
6. Alcaldes Mayores durante la rebelión de don Sebastián de Castilla. En 1559-1561 Hoznayo fue Corregidor
1553-1554Mariscal Alonso de Alvarado7. Corregidor, provisto por la Audiencia de Lima
1554-1555Cap. Juan de Sandoval8. Corregidor, provisto por la Audiencia de Lima
1556-1559Lic. Altamirano9. Corregidor, provisto por la Audiencia de Lima
1559-1561Antonio de Hoznayo10. Corregidor, provisto por el Virrey Marques de Cadete; fechas extremas averiguadas de su gob. 1559-nov-27 y 1561-mar-15 Hoznayo estuvo en el gob. de Potosí en 1553
1561-1562Juan Cortes11. Corregidor y Justicia Mayor, fechas extremas averiguadas de su gob. 1561-ago-5 y 1562-dic-15
Lo cierto es que Potosí carecía de autoridades que pudieran decidir de inmediato sobre el terreno. Los pleitos emergentes de esta situación tan singular, debían ser ventilados en La Plata y eso significaba pérdida de tiempo y, al final, trabas y retrasos en labores que no admitían espera.

Los vecinos al ver que el Asiento Minero rendía sus producciones con la misma abundancia que al principio, y que sería permanente y capaz de proveer a lo largo la subsistencia de la población, decidieron erigirla en Villa y exentarla de la jurisdicción de La Plata, ofreciendo por esta gracia el respectivo donativo a S.M., en la cantidad que se concertase.



VILLA IMPERIAL

Antiguamente se denominaba "villa" a la población considerable por su extensión o por lo numeroso de su vecindario, que disfrutaba de determinados privilegios y exenciones, de carácter político y administrativo principalmente. Su característica foral que la diferenciaba de la aldea o del lugar, consistía en tener alcalde con jurisdicción civil y criminal, y por poder poner en su término picota. Hoy recibe el nombre de "villa" la localidad, grande o pequeña, que no tiene título de ciudad, pero que, por costumbre, privilegio o concesión especial, disfruta del derecho de titularse de aquella forma, que siempre significa la mayor importancia que tiene dicha población respecto de los lugares, aldeas, parroquias y concejos.

Capitulon
Nos don diego Lopez de Zuñiga e de Velasco conde de nieva Visorrey gobernador e capitan general destos rreynos e provincia del piru por su magd y el Licdo Virviesca de Muñatones y Diego de Vargas Carvajal e Ortega de Melgossa comisarios y del Consejo de su Magd nombrado para el asiento destos dhos rreynos quietud y sosiego dellos e veneficios puco bien de los conquistadores pobladores e naturales de ellos y beneficio de su rrl hazienda que rreside en la ciudad de los Reyes por cuanto vos Francisco de la Serna en nombre e como procurador de el asiento y vezino y dueños de minas de potossí e por virtud del poder que de ellos teneis aveis su plicado a su magd e a nos en su rreal nombre fiziesemos merced al dho asiento y vezinos del de exentar aquel pueblo de la jurisdicción de la ciudad de la plata haziendole villa dando le jurisdicción por si oficializandose en nombre del dho asiento y vezinos del de servir a su magd por ello con la cantidad de pos de oro que sobre ello con vos se concertase lo qual por nos visto juntamente con un parecer q los oydores de la rreal audiencia que rresiden en esta ciudad dieron por virtud de una cedula de su maga a ellos dirigida aviendo sido llamados.

La manera como se independizó Potosí de la jurisdicción de La Plata, es digna de conocerse. Para concretar este anhelo, a mediados de 1561, el vecindario de Potosí eligió a Francisco de la Serna para ausentarse a la Ciudad de los Reyes, como Procurador y con pleno poderes llevó la propuesta de cancelar una cierta suma a las arcas de la corona para mostrar al soberano español que Potosí era una lugar de opulencia y merecía ostentar el título de "Villa Imperial", además de la exención del Asiento de la jurisdicción de La Plata.

En virtud de lo cual, después de oídas las contradicciones de la ciudad de La Plata y en consideración de los servicios y lealtad de los vecinos, estantes y habitantes de Potosí, se acordó en Auto proveído en la ciudad de los Reyes, a 7 de noviembre de 1561, conceder el título de Villa con los términos, jurisdicción y privilegios.

A. Alba le otorga gran importancia a este documento, comentando que "tiene la significación de documento primordial para la historia de la ciudad" ya que mediante el cual asciende a categoría de Villa Imperial el asiento minero de Potosí; cuando se descubrió el Cerro Rico por españoles que trabajaban en el mineral de Porco, no se fundó la ciudad ni se suscribió acta alguna (Cañete[ 1787] ,1965:340).

La Capitulación -es el documento más solemne de los emanados por autoridad real- fechada en la Ciudad de los Reyes el 21 de noviembre de 1561, demuestra que Potosí capituló con el visorrey Conde de Nieva don Diego López de Zúñiga y Comisarios del Consejo de S.M. (Lic. Birbiesca de Muñatones y don Diego de Vargas y Carvajal), para obtener el título de Villa y su exención de la ciudad de La Plata.

La Capitulación, contiene tres documentos importantes: a) Un Auto fechado el 7 de noviembre de 1561, con el acuerdo que se tomó con el Virrey, Lic. Birbiesca de Muñatones, Dr. Bravo de Saravia, el Dr. Gonzáles y de Cuenca, el Lic. Mercado de Peñalosa y autoridades de La Plata; b) Una Provisión Real dada en Valladolid el 18 de agosto de 1559 que respalda la legalidad de la Capitulación, haciendo mención a otra que se dio en Gante el 23 de julio del mismo año y, c) El Asiento o Acuerdo propiamente de 21 de noviembre de 1561, con todas las prerrogativas divida en 3 itemes o artículos.
Este tipo de documento se caracteriza por los siguientes aspectos: Intitulación, que es el autor o autores del documento "Nos don diego Lopez de Zuñiga e de Velasco Conde de Nieva Visorrey gobernador e capitan general destos rreynos e provincia del piru por su magd y el Licdo Virviesca de Muñatones y Diego de Vargas Carvajal e Ortega de Melgossa comisarios y del consejo de su magd". Dirección, para quién va dirigido el documento que comprende los nombres, títulos y condición del sujeto "por cuanto vos Francisco de la Serna en nombre e como procurador de el asiento y vezino y dueños de minas de potossí e por virtud del poder que de ellos teneis aveis suplicado". Salutación, que invariablemente complementa a la intitulación "Salud y gracia". Exposición, que es breve "aveis suplicado a su magd e a nos en su rreal nombre fiziesemos merced". Dispositivo, que reviste forma de mandato "en nombre de su magd mandamos que el dho Asiento concierto se effetua cumpla o guarde como en el se contiene". Sanción, que garantiza la acción jurídica "sopena de diez mill pos para la cama de su magd". Data, que comprende el lugar y fecha " ffecho en la ziudad de los rreyes a vte e un dias del mes de noviembre de mill e quios y sesenta e un años". Validación, suscrita autográficamente por el virrey y comisarios dando al documento forma jurídica "el Conde de Nieva el Licendo Virviesca de Muñatones Vargas de Carvajal Ortega de Melgossa". Refrendo, que va del Secretario o Canciller "Por su mandado Domingo de Gamarra".
Las decisiones fundamentales que se tomó con la Capitulación, fueron ([1737],1965:t.I,121):
  • El asiento de Potosí se ha de nombrar en adelante Villa Imperial de Potosí, ha de estar exenta de la jurisdicción de la ciudad de La Plata y ha de tener sus propios términos.
  • Cada año ha de tener dos alcaldes ordinarios con jurisdicción civil y criminal, los cuales han de ser elegidos por el cabildo.
  • Cada año ha de haber seis regidores electos por el cabildo anterior, y esto ha de durar por espacio de 35 años contados desde 1° de enero de 1562, y cumplidos los 35 años los regidores han de ser de real nombramiento.
  • El mismo cabildo ha de proveer la alcaldía de minas en uno de sus alcaldes ordinarios.
  • El cabildo ha de arrendar y proveer los derechos de la pregonería como pertenecientes a los propios de la Villa.
  • La correduría de lonja ha de pertenecer también a los propios.
  • También la fiel ejecutoría.
  • Asimismo dos escribanos del número.
Lo que significa que Potosí en adelante se llamaría "Villa Imperial de Potosí" y estaría gobernada por dos Alcaldes Ordinarios y seis Regidores, elegidos cada año por la justicia y regimiento. Esta facultad duraría 35 años, a partir de 1562, y después de ese lapso la elección correspondería al rey, quien podría designar a dichos funcionarios con carácter perpetuo, si le pareciera. Dispondría de los fondos obtenidos de la venta de la pregonería, la fiel ejecutoria y la mitad de la correduría de lonja. Una persona de su cabildo podría ser nombrada para ocupar este último puesto. Esta nueva disposición permitía asumir un nuevo estatus político a la flamante Villa, desvinculándola de la dependencia de La Plata. También con la disposición se imponía un nuevo régimen tributario basado en la pregonería y otros de la actividad minera, así como la asunción de una serie de funciones legislativo-administrativas relacionadas con el desarrollo de la Villa y el fenómeno de la concentración urbana; y sin olvidar su papel de regulador de la higiene pública. De lo poco expuesto y de los documentos disponibles, está claro que la Villa de Potosí contó desde 1562 con un Cabildo activo.

En virtud de la Capitulación, principió a funcionar su ilustre Cabildo en 1ro. de enero de 1562. Nombró el Conde de Nieva por Alcaldes Ordinarios a Joanes de Aguirre y Hernando Mateo y Regidores a Francisco Pacheco, Francisco González, Juan Ortís, Juan Travieso, Juan de Goycorría y Rodrigo de Soria, quienes deberían prestar juramento ante el Corregidor de La Plata o su Teniente, o un Escribano si ninguno de aquellos estuviera presente en la Villa (Crespo,1996:21). Se manifiesta que La Plata siempre intentó subordinar a Potosí, desde la ciudad de los Reyes se intentó obligar a Potosí a obedecer a los Corregidores de La Plata.

Ajustado al texto de la Capitulación la nueva Villa se comprometía a entregar 79.000 pesos de la siguiente manera: hasta fines de enero de 1562 la cantidad de 25.000 pesos y los 54.000 restantes en cinco pagos anuales, cada uno de 10.800 pesos. Compromiso que no cumplió.

El Rey. nros. officiales de nra rreal Hazienda de la ciudad de la plata de los charcas de las provias del Piru. Sabed que en le vissita q el licendo Castro del nro Consejo de las ynas nro presidente que fue de la nra audiencia rrl de la ciudad de los Reyes os tomo consto debérsenos cantidad de Pessos de oro de los que la Villa imperial de Potosí nos avia de servir por averla exemptado de la Jurison de essa ciudad de la Plata y fue por culpa vra no lo aver cobrado pues Parece que El Concejo de la dha Villa de la imperial nos va Pagando solamente con lo que rreunan los oficios de que les hicimos mrd de que toma para si alguna buena parte Por ende yo Vos mando que con todo cuidado cobreis lo que así se nos rresta deviendo de lo susso dho por la mexor via que os parezca convenir de manera que nra hazienda sea enserada de lo que se nos deviere con el menos daño que fuere pussible rrescivir la dha Villa de la imperial ffha en Sant Lorenzo el rrl a tres de julio de mill y quinientos y settenta y tres años yo el Rey por mandado de su magd Antonio de Herasso Corregido con el original que esta en esta contaduría rrl Gabriel de Castro

Desde España años más tarde, el Rey emitía en San Lorenzo una Cédula Real el 3 de julio de 1573, recordando a las autoridades de La Plata para "q se cobre dela Villa de Potosí lo que deve por averla exemptado de la juridon de la ciudad de la plata" y por supuesto, el de haberle otorgado el título de "Villa Imperial de Potosí".


Fuentes Documentales y Bibliográficas

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