Activista político que en su juventud luchó
contra la dictadura de Augusto Pinochet, Roberto Muñoz explica las
razones del apoyo de muchos chilenos a la demanda “mar para Bolivia con
soberanía”. Hay un sentido común oligárquico que se está
resquebrajando, afirma.
Sorpresa. Nada menos
se puede decir de la reacción que tuvo el canciller de Chile, Heraldo
Muñoz, cuando se enteró de una probable visita (hoy ya confirmada para
marzo) del expresidente Carlos Mesa a ese país, en su calidad de vocero
de la demanda marítima boliviana ante la Corte Internacional de Justicia
de La Haya (Holanda): “Ninguna autoridad de Gobierno recibirá al señor
Mesa”. Para el senador oficialista Jorge Tarud, la proyectada visita era
una “provocación (...) destinada a confundir a la comunidad
internacional”; este mismo legislador, poco antes habló de elaborar una
“lista” de quienes apoyan la causa boliviana y pedirles cuentas. No
necesita de la policía el senador para dicha identificación; a la luz
del día, organizaciones y activistas chilenos expresan abiertamente su
apoyo a la demanda de mar para Bolivia con soberanía. Uno de estos
patriotas chilenos es Roberto Muñoz, director del colectivo político y
cultural Casa Bolívar, con quien Animal Político pudo hablar por
teléfono. Cierto sentido común anacrónico, oligárquico, empieza a
romperse en Chile, razona Muñoz. La esperanza le asiste.
— ¿Por qué causó tanto revuelo una probable visita del expresidente Carlos Mesa?
— La oligarquía chilena y sus elementos políticos durante mucho tiempo
dijeron que la demanda de Bolivia era algo fácil de tratar; era
simplemente despreciar la competencia no solamente de La Haya, sino de
cualquier competencia que fuera extraña a Chile y Bolivia.
Lamentablemente para los intereses del Chile de la derecha y la
Concertación, el Gobierno boliviano logró instalar muy bien la demanda, y
la viene llevando bien en muchas partes del mundo; la última gran
batalla que ha logrado ganar es con el Papa, la visita suya; en cierta
manera el interés que tiene el Pontífice en este tema sigue generando
historias. Pero ahora, creo que ellos se han empezado a preocupar.
Vieron el hipotético encuentro y diálogo entre la señora (Michelle)
Bachelet y Evo Morales, como el que tuvieron en Costa Rica, como el gran
peligro de que se convirtiese en un hecho, de que el conflicto podría
quizás tener un resultado interesante para el diálogo, y para abortar
ese diálogo han inventado la situación del viaje del señor Mesa.
— Una reacción un tanto desproporcionada…
— Más que nada era dar vuelta al asunto, (hacerlo) un hecho de Estado, y
al ser una situación de Estado, de interés del Estado chileno, todos
los chilenos se alinearan con el Gobierno chileno. Lamentablemente para
ellos no ha sido así, hay muchos que tenemos otras opiniones y las hemos
estado dando a conocer fuertemente; creo que estamos empezando a romper
el sentido común.
— El senador oficialista Alejandro Navarro (que también criticó las
expresiones del canciller Muñoz) habla de que en su país aún prevalece
el “pensamiento único” sobre la demanda marítima boliviana. En lo
básico, que Chile con Bolivia no tiene nada pendiente y que mi país
tiene acceso al mar con todas las facilidades, y que todo eso está en el
Tratado de 1904. ¿Es ese “pensamiento único” el que se está rompiendo?
— Yo entiendo que existe por parte de Chile, del Estado chileno, de la
oligarquía chilena, un sentimiento muy (propio), muy natural, de
absoluta propiedad sobre su territorio, que ha sido ganado en batallas,
pagados con sangre chilena; por lo tanto, no habría forma de cambiar
esta realidad; la victoria de los ejércitos chilenos, la invasión de
Antofagasta, justamente serían para ellos motivo suficiente para
justificar el impedir cualquier diálogo; eso se ha ido sosteniendo
históricamente. Eso se está rompiendo.
Vamos entendiendo nosotros los chilenos, estudiando la historia,
leyendo, conociendo la realidad y la situación de la realidad boliviana,
que esa fue una guerra provocada por intereses económicos, tanto
ingleses como de capitalistas chilenos mineros. Entonces, el proceso lo
vamos comprendiendo cada vez más y vemos necesario transformar esta
realidad; no es posible que en pleno siglo XXI sigan habiendo estas
divisiones; creo que la guerra, todas las guerras son injustas; había
muchos problemas, muchas situaciones que aprovechó la oligarquía chilena
para aprovecharse de territorio y abarcar hasta Arica. Entonces, yo
entiendo, comprendo, como chileno informado, que esta situación debe
cambiar, debemos entendernos como pueblos y buscar una solución.
— Se dice que, por lo menos por ahora, la mayoría de los chilenos no
está de acuerdo con dar una salida soberana de Bolivia al mar; el
senador Jorge Tarud recordó una encuesta en la que apenas el 8% apoya la
demanda boliviana.
— Es verdad. Si lo vemos por porcentajes. Producto de que se ignora el
tema, porque no ha sido bien informado o ha sido mal informado, se ha
difundido la matriz de opinión oligárquica sobre este y otros temas; la
verdad es que, si es por número, nosotros que pensamos de forma distinta
somos minoría; pero en este y otros temas, el pueblo chileno está
cambiando su opinión. La actual situación política chilena quizás se
podría comparar con algo que se hizo ver en Bolivia, cuando por el
cambio de presidentes se echaba siempre la culpa de esto al diálogo del
Gobierno boliviano (con Chile), a que tomaba el tema marítimo como una
herramienta política. En estos momentos sucede que el Gobierno chileno,
producto de los problemas que tienen tanto la derecha como la izquierda,
la izquierda que está en el Gobierno, buscará pretextos en este
conflicto para solucionar sus propios problemas.
— Y esto sin duda repercute en la sociedad chilena.
— Creo que la ciudadanía chilena está empezando a cambiar su sentido
común, ese sentido común victorioso, de que no tenemos nada que ver con
Bolivia. Yo quiero decir que 150 personalidades chilenas, desde un
obispo a historiadores, artistas, intelectuales, políticos, autoridades
del mundo de los movimientos sociales, han firmado una carta de apoyo a
la solución del conflicto marítimo con Bolivia, con una clara intención
de decir que debe ser en justicia y con soberanía. Esas personalidades,
en el mundo social y político, no son cualquier cosa, son representantes
de la intelectualidad, de movimientos políticos. Nuestra tarea ahora es
empezar a difundir esto; pero esta solución no puede ser ajena al marco
de la integración de los pueblos; nosotros siempre hemos dicho que la
solución pasa por la integración latinoamericana; entonces, apoyamos lo
que está haciendo el presidente Morales porque es parte de la
integración latinoamericana; y en esa integración queremos compartir el
mar, el océano, pero más que eso, una voluntad fraterna de integración
entre nosotros como pueblos, para un futuro mejor y próspero para toda
la ciudadanía.
— Ahora, la Nueva Mayoría (el oficialismo en Chile) parece que no es
monolítica en el tema marítimo: el caso del senador Alejandro Navarro
frente al diputado Jorge Tarud.
— Primero que nada, para nosotros, el carácter político tiene que ver
con Chile, no tiene nada que ver con Bolivia. Nosotros vemos que la
Nueva Mayoría (el conjunto de partidos en el Gobierno), prácticamente
toda, ya ha entregado todas sus banderas de izquierda, de transformación
social, y se ha convertido en continuadora y perfeccionista del modelo
neoliberal chileno. Esta es una primera consideración muy importante.
Así, nosotros no solamente tenemos un conflicto con la derecha, sino
también con esta nueva derecha. El senador Navarro ha mantenido una
posición consecuente hasta ahora. Pero en definitiva, esta Nueva Mayoría
realmente no está representando los intereses profundos del país.
Conflictos no los tiene solo con Bolivia; como chileno le digo: tiene
problemas con el pueblo chileno. Por eso es tan importante la tarea que
estamos haciendo nosotros, un grupo de chilenos pidiendo mar para
Bolivia, con soberanía (y en justicia), porque creemos que (así)
solucionaremos uno de los tantos problemas que tiene Chile.
— Aquí están muy agradecidos con lo que ustedes están haciendo allí.
— Nosotros también estamos muy agradecidos; creo que el esfuerzo que
hace el pueblo boliviano por salir de la pobreza ha sido muy importante;
nos enseña que no solamente el neoliberalismo es capaz de solucionar
los problemas; aquí en Chile el neoliberalismo ha sido causante de una
pobreza no solo material sino también espiritual del pueblo. El alma del
pueblo chileno se ha visto disminuida por el neoliberalismo; creo que
lo que está haciendo y viviendo Bolivia, ese nuevo proceso, con todas
sus desventajas que naturalmente tiene, es una esperanza para los
pueblos; nos merecemos, como pueblos chileno y boliviano, acercarnos
más.
Perfil
Nombre: Roberto Muñoz
Actividad: Activista político de izquierda
Cargo: Director del colectivo cultural y político chileno Casa Bolívar
Carta
El 19 de agosto de 2014, al menos 150 personalidades entregaron una
carta a la presidenta Michelle Bachelet, le decían: “planteamos iniciar
un diálogo fructífero con el Gobierno boliviano, para encontrar una
solución digna y en justicia al enclaustramiento de nuestros hermanos e
inaugurar un nuevo tiempo de entendimiento, que sea fuente de felicidad
para todos quienes componemos este espacio que habitamos, en el
horizonte del Buen Vivir”.
Una ‘lista negra’ de quienes apoyan la causa boliviana
Marco Enríquez-Ominami, el alcalde de Iquique Jorge Soria, el
presidente del Partido Humanista, Tomas Hirsch, la diputada Camila
Vallejo, los miembros de Casa Bolívar, entre otros, serían parte de una
lista de quienes, aseguró Jorge Tarud a El Deber, al apoyar a Bolivia
tienen un “comportamiento absolutamente inaceptable” y que “será la
ciudadanía chilena la que lo juzgue”.
— Tarud habla de hacer una lista de quienes apoyan a Bolivia, para pedirles cuentas. Eso no es sino un acto de intolerancia...
— Exactamente. Yo creo que si esa ha sido la penosa noticia, para los
bolivianos es bueno saber que (Jorge Tarud) no refleja lo mejor de
Chile, refleja lo más malo de Chile, la derecha clásica; él no es la voz
del nacionalismo chileno. Nosotros como patriotas no tenemos miedo a
eso; sin arrogancia, con humildad, en nuestra juventud hemos luchado
contra la dictadura de Pinochet. No le tememos a estas acusaciones que
haga esta gente de derecha, porque lo que reflejan son un pensamiento
muy negativo y que no debiera ser entendido de una manera racional, sino
como algo que no le hace bien a las relaciones humanas, no le hace bien
a las relaciones entre ciudadanos.
— Ahora, es notorio que ustedes cuando hablan del apoyo a Bolivia, a
punto seguido se refieren a la integración; “mar para Bolivia” es
también de un básico interés chileno; no es solo solidaridad...
— Exactamente. Eso que está planteando tiene una raíz muy importante
para nosotros, que es el apoyo político al proceso de cambio que vive
Bolivia; hemos entendido que este proceso también lo pueden vivir otros
pueblos de nuestra América: Chile, Argentina, en el cual se intente
integrar a los pueblos indígenas, por ejemplo; esta es una gran lección
que está dando el pueblo boliviano. En ese sentido, debo decir que
nuestra lucha no es solamente altruista; al mismo tiempo, con el apoyo
que le prestamos al Gobierno boliviano, también entendemos que es de
interés patriótico, creemos que es de interés nuestro también. La
integración económica; hay gas en Bolivia, Bolivia se convertirá en una
potencia energética en los próximos años, una potencia alimentaria, un
polo de producción; entonces, debemos integrar sobre todo el norte de
Chile, tan (castigado) por la sequía sobre todo en 2014. Sería un
elemento importantísimo la integración, el desarrollo, el comercio
justo.
http://www.la-razon.com/suplementos/animal_politico/Chile-empieza-romper-pendiente-Bolivia_0_2216778480.html