Una carta-relación del siglo XVI que evidencia las jurisdicciones en la costa del Pacífico de la época (Mar del Sur). Se trata de lo que hoy sería un hombre de negocios al virrey en Lima. En ella el empresario minero le informa acerca del "descubrimiento" de una serie de comunidades indígenas cuya riqueza había pasado desapercibida, acerca de la necesidad de "reducirlos" y hacer que paguen impuestos (integrados al mercado potosino ya estaban) y las jurisdicciones de la zona costeña del Pacífico ("son indios encomendados a Juan Velázquez Altamirano, vecino de La Plata"). Además de ser un documentos que registra la vida económica de la costa charquense (Bolivia), es de destacar la visión y planes minero-marítimos que el remitente propone al virrey para poblar la costa desértica de Atacama, además de confirmar otros planes y proyectos como el de auxiliar a los hombres de Pedro de Valdivia en la conquista de Chile desde Charcas (y resolver así el llamado problema Chiriguano). En realidad, la diplomacia chilena no ha inventado nada nuevo, sólo ha aplicado con sus vecinos las viejas prácticas del colonialismo español.
No está demás hacer notar que esta carta, además, pone en evidencia el discurso evangélico-civilizador fue usado desde siempre como coartada empresarial. Recuérdese que una conquista era una sociedad, una empresa o negocio con porcentajes y socios que buscaban ganancias tras su participación en las guerras de conquista, que fue lo que sucedió con el esquema político empresarial chileno en 1879 y sus socios ingleses. La conquista, reducción de los pueblos y la explotación minera de la costa boliviana fue llevada a cabo por la avaricia de sus vecinos que la envidiaban, no por sus hombres de negocios.
Aquí, el valioso documento publicado por el americanista español Marcos Jiménez de la Espada (miembro de la Expedición Científica al Pacífico de 1862):
APENDICE III
Compónele una serie de documentos escogidos que no pueden considerarse como relaciones o descripciones geográficas escritas exclusivamente con ese objeto; pero llenos de datos tan interesantes y petinentes a las publicadas en este tomo y al fin del primero, que no vacilo en asegurar que su lectura ha de ser de tanto agrado y utilidad como la de aquellas a los que se dedican al estudio de las antigüedades del
Perú.
CARTA DEL FACTOR DE POTOSÍ JUAN LOZANO MACHUCA AL VIRREY DEL PERÚ, EN DONDE SE DESCRIBE LA PROVINCIA DE LOS LIPES.
[1581]
Excmo. Señor: Por dos que tengo escritas a V.E. he suplicado fuese V.E. servido aguardar a que Pedro Sande fuese a informar a V.E. de algunas cosas importantes, y estando ya P.° Sande para se partir, la real Audiencia de La Plata invió por él por cierto negocio que contra él trata el fiscla sobre la herencia de su padre y sobre una negra que compró que estaba condenada a muerte; y visto esto, determinó ir en su lugar Diego Enrique Franco, ques el que esta dará a V.E., que ansimesmo estaba determinado de ir con Pedro Sande; y atento a esto, me será forzado alargarme en esta más de lo que lo hiciera yendo P.° Sande. Será V.E. servido de mandarme dar para ello licencia.
Habrá diez años, poco más o menos, que en el repartimiento de los Lipes, questá en la Corona real, como cincuenta leguas desta villa, se descubrieron muchas minas de plata y se comenzaron a registrar con mucha furia, y de la misma manera se dejaron de proseguir y labrar; y así se quedaron por entonces, diciendo ser la tierra mala y despoblada; y después, habiendo yo venido a servir a S.M. en estos oficios de fator y veedor de su real Hacienda, viendo lo mal que estos indios pagaban su tasa, traté con Tomás de Ibarra, alguacil de Hacienda real, cerca de la orden que se podría tener para la cobrar; porque se decía que eran indios belicosos y que estaban cerca de indios de guerra y no se sufría apretallos, porque no se alzasen. Tomás de Ibarra se ofresció a ir, e yo le ayudé para ello, y entender lo que en esto había, y así lo puso en ejecución, llevando tres o cuatro amigos consigo y recaudos de oficiales reales para cobrar la tasa; y habiendo ido allá, entendió que los indios eran muy ricos y que podían pagar a S.M. mucha más tasa, y que no eran belicosos como se decía, sino muy al contrario; y a él le pareció la grangería de las minas tan bien, que compró una y pidió otra por despoblada, de que ha sacado metal muy rico.
Y esto fue causa de que otra mina que Su Majestad tenía cerca de la de Ibarra, se arrendase por tres años a la mitad del metal que se sacase libre de costas y más doscientos pesos en los tres años, y el que la arrendó ha ganado más de tres mill pe- [60] sos ensayados en hacer traspaso del arrendamiento. Y entendida esta noticia que me dió el Tomás de Ibarra, rogué a Pedro Sande que tomase trabajo de llegarse a ver aquellas minas y hiciese algún ingenio con que les desaguase --porque estaban llenas de agua--, por ser hombre ingenioso y general en muchas cosas; y que asimismo entendiese todo lo que había en la tierra y la dispusición della muy en particular, ofreciéndole que procuraría se le gratificase su trabajo; y que se llegase al asiento de Porco a ver las minas que Su Majestad allí tiene, para darme relación de todo. Púsolo en ejecución, fué a Porco, y de su ida resultó descubrirse cierto arrendamiento que estaba hecho de una mina de S.M., y díceme que aquellas minas de Porco están muy llenas de agua y conviene desaguarlas.
Fue a los Lipes, donde estuvo cuatro o cinco meses viendo y entendiendo la tierra y desaguando las minas que tenían mucha agua, y descubrió nueve vetas de plata en un cerro de Usloque, ques donde primero se descubrieron las minas que he dicho y donde se arrendó la de S.M., como verá V.E. en particular por la manifestación y relación que desto me trajo, que es la que se sigue.
El repartimiento de los Lipes está en Corona de S.M.; terná de box el contorno y término de lo que intitulan los Lipes, trescientas leguas, y habrá como cuatro mill indios aimaraes, antes más que menos, y éstos están por reducir, divididos en muchas partes y pueblos muy distintos y apartados unos de otros en las poblaciones siguientes: Colcha, que es el pueblo donde reside el sacerdote, y el pueblo de Chuquilla y Queme, Cheucha, Becaya, Ojas, Tuca, Palas, Patana, Abana, los cuales son pueblos principales de dicho distrito, y sin éstos habrá otros cien pueblezuelos de a 10, 20, 30, 50 indios. Y en este repartimiento y tierra de los Lipes, con ser tan grande, hay sólo un sacerdote, que es el P. Joan Mondragón, y no tienen suficiente dotrina, por estar tan divididos y apartados, que hay pueblos que están unos de otros 15, 20, 40, 50, 80 leguas y más, y esto es causa de que los indios vivan sin orden ni pulicía de ley natural ni evangélica, porque la mayor parte de todos ellos no son bautizados, ni se confiesan, ni tienen dotrina, ni participan de los sacramentos de la Santa Madre Iglesia.
Demás de estos cuatro mill indios, junto al cerro de Escala --que es el que agora Pero Sande ha descubierto y registrado en él las minas de plata contenidas en la manifestación que lleva Diego Enrique con las muestras y ensayes, y asimismo de otro cerro en que registró una veta Agustín de Mondragón, que se llama Corotono y está cuatro leguas de Usloque, junto al cerro de Escala. --hay cuatro pueblos de indios uros, que se llamam Pololo, Notuna, Horomita, Sochusa, questán a cuatro, y cinco, y siete, y diez leguas del dicho cerro de Escala, y todos éstos son de S.M. y no dan casi nada de tributo, porque jamás han sido visitados y por tener fama aquella tierra de inhabitable y los indios de pobres; por lo cual, y por no estar reducidos, se pierden y han perdido muchas almas, por carecer de doctrina evangélica, como está dicho.
Demás de los cuatro mill indios referidos, había en este repartimiento otros mill indios uros, gente pobre que no siembran no cogen y se sustentan de caza de guanacos y vicuñas, y de pescado y de raíces que hay en ciénagas, que llaman coroma; y con éstos se hacen pobres los cuatro mill aymaraes, porque siendo gente rica de ganados de la tierra y que cojen y siembran, y tienen contrataciones y rescates en esta villa de Potosí, Tarapacá y Atacama, y que funden muchos metales que sacan de las minas, se excusan de pagar tributo a S.M. a título de pobres, como los mill indios uros, que lo son verdaderamente, y podrían pagar muy descansadamente a S.M. cada un año doce mill pesos ensayados de tasa; y esto claramente se ha visto y entendido y se ve cada día; y lo principal a que fue Pedro Sande, por orden mía,fue a hacer esta averiguación, verificación y pesquisa de raíz, como lo ha hecho, con los mimso indios y por vista de ojos. Y asimismo me significa lo mucho que conviene al servicio de dios Nuestro Señor y al de S.M., el reducir todos estos indios en dos o tres pueblos, donde tengan comodidad de tierras y sementeras, y dotrina bastante.
Demás desto me ha advertido que los caciques lipes, como gente de más razón [61] y entendimiento que los demás indios, se sirven y aprovechan de los indios y los ocultan y aun venden unos a otros y cobran dellos la tasa, y se aprovechan della, y no la meten en la Caja real, y los propios indios se quejan desto.
Y ansimismo dice hay otros indios confinan con lo indios de guerra de Omaguacas y Casavindo, y tienen trato y comercio con estos lipes, los cuales están neutrales, que no son de paz ni de guerra, y entran en Potosí con nombre de indios lipes y atacamas con ganados y otras cosas de venta y rescate, y se podrían con facilidad allanar y reducir a nuestra Santa F Católica, y serían de mucho provecho, por estar cerca del cerro de Escala, y pagarían tasa a S.M., que será de mucho interés.
En el distrito de los Lipes hay otras muchas vetas de plata, cobre y plomo para artillería y munición, y salitre en cantidad para pólvora, de lo cual todo se puede sacar y hacer mucha suma para el servicio de S.M. y provisión deste reyno, por estar en parte y tierra tan cómoda para ello de leña, carbón y otros materiales, y aparejo para llevarlo a los puertos donde V.E. viere que conviene más al real servicio.
Asimismo, en todo el distrito de los Lipes, en las casa y rancherías de los indios hay hornillas de fundir y afinar plata y muchas guairas en los cerros, y todos en general se ocupan en beneficiar y sacar plata, y no se sabe de las vetas de donde se saca, lo cual se sabría con facilidad si la dicha tierra se poblase y hollase de españoles.
Estos indios son extremadamente viciosos en comer coca y tienen de gasto ordinario della cada año más de diez mill pesos ensayados; porque todo el rescate que tienen en esta villa de Potosí es llevar coca solamente a su tierra, aunque es gente que no se emborracha ni acostumbran a beber chicha, por no ser la tierra dispuesta ni aparejada para dar maíz.
Parece que al tiempo que se hizo la visita general por el señor don Francisco de Toledo, no se visitaron ni redujeron estos indios lipes, por tener fama de tierra pobre y cercanos de los de guerra, y porque dos caciques dellos se presentaron en esta villa ante el señor don Francisco de Toledo, haciéndole presente de una plumas de avestruces y unas camisetas de unos animalejos terrestres que llaman chincillas y significándole ser gente tan pobre, que no alcanzaban sino aquello que le presentaban; y así el día de hoy traen por refrán los dichos indios, que "dos indios engañaron a un visorrey"; y paresce haber sido la voluntad de Dios, para que de mano de V.E. se haga esta redución y descubrimiento y un efeto de tanto servicio de Dios Nuestro Señor y de aumento de la real Hacienda y bien a los naturales, [que] estando en pulicía y teniendo dotrina, vivirán más xpianamente y conforme a razón y serán más ricos.
El valle de Atacama está de los Lipes 40 leguas; son indios encomendados a Juan Velázquez Altamirano, vecino de La Plata, y si V.E. acomodase en otra cosa al Juan Velázquez, de lo cual él holgaría de buena gana, porque no le dan de provecho más que mill pesos mal pagados cada año, se podrían poner estos indios atacamas en la Corona real y reducirse en uno o dos pueblos, que serán hasta dos mill indios; demás del tributo que darían a S.M., se podrían labrar muchas minas de cobre que hay en aquella comarca, en especial en el mismo puerto de Atacama, a la lengua del agua y partes donde con sinceles se podrá cortar el cobre fino, como V.E. o verá por la muestra que lleva Diego Enrique.
En la ensenada de Atacama, ques donde está el puerto, hay cuatrocientos indios pescadores uros, que no son bautizados ni reducidos ni sirven a nadie, aunque a los caciques de Atacama dan pescado en señal de reconocimiento. Es gente muy bruta, no siembran ni cojen y susténtanse de sólo pescado, y están juntos a esta veta del cobre, y así con estos indios y con los atacamas se podría labrar esta veta y sería de gran provecho a S.M. por estar junto al puerto y poderse llevar cobre por todo el reino y a España por el Estrecho (1). En este puerto es donde dió
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(1) Procedente de estas minas existe en el gabinete de Historia Natural de Madrid un enorme grano de cobre nativo y en parte cristalizado. Pesa algunos quintales y fue obsequio del cónsul de España en Cobija, señor Insausti, a la comisión de naturalistas españoles que viajó por América durante los años de 1862 a 1865.
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carena a su navío e hizo su lancha el inglés Francisco [Drake], por ser de los mejores puertos que esta mar tiene. Será esta ensenada de veinte leguas, y en ella se ofrece Pedro Sande a que se cojerá mucho ámbar, que ahora se la comen los pajaros, y dará para ello industria.
Podríase compeler a los indios de Atacama que diesen mantenimientos a estos indios que allí trabajasen, tasándolos a moderados precios, conforme a la dispusición de la tierra, atento que no tienen saca dellos a ninguna parte, y tasando los jornales de los indios conforme a esto, porque de otra manera no se podrá conseguir este buen efeto.
Y desta manera se podrá dar en muchas minas de oro y plata y otros metales, porque los hay en la tierra; y es fama común que los caciques principales las tienen oculto (así), a fin de que los españoles no les entren en sus tierras y porque el Diablo se lo aconseja; y para esto sería necesario tener siempre en Potosí o en la ciudad de La Plata dos o tres caciques de los principales en depósito y reenes, hasta que esté bien ebntablado, por ser indios belicosos y mal impuestos.
Y con estos indios de Atacama y contorno del lapis-azul y jaspe de colores diferentes y negros y amarillo, turquesas (1) finas y granates y otras diferencias de piedras de poco valor y mucho; u asimismo en Tarapacá hay algunas cosas destas y alumbre muy rico.
Podríase abrir camino desde el asiento de Escala a Copiapó de Chille por la cordillera, y hay agua y pasto y mucho ganado vacuno, que vale a peso cada novillo y vaca en Chille. Demás del provecho que seguiría en traer y sacar el dicho ganado, sería en traer y sacar el dicho ganado, sería de grandísimo provecho descubrir este camino por la cordillera a Chille, porque se excusaría el despoblado que hay a Chille deste Atacama a Copiapó, porque en él no hay el recaudo que habría por las vertientes de la cordillera, donde Pedro Sande dice se abrirá camino y se ofrece a lo abrir.
Asimismo en el término y contorno de Tarapacá, ques desde el puerto de Pisagua e Hiquehique, donde hay indios uros pescadores, hasta el puerto de Loa, hay muchas minas de plata y oro, cobre y plomo, alumbre, acije [aceche, caparrosa] y otros metales. Y el inga pretendió echar el río de Mauri, que es en la cordillera, al valle del Algarrobal, ques junto a Tarapacá, y cinco leguas del cerro que llaman Asino, donde labró el inga y Lucas Martín Begaso, y Pedro Sande ha labrado y vístolo por vista de ojos; y este río intentó el inga echallo al Algarrobal dicho, y para ello rompió siete leguas de tierra y lo dejó como entraron los españoles en la tierra, y faltará por romper un cuarto de legua de la cordillera, que se podrá romper y abrir con costa de seis mill pesos ensayados; y sería de muy gran efeto echar este río para cultivar las minas, porque son muy ricas y es tierra fértil y abundante de comida; y si se echase este río, se podrían poblar dos o tres pueblos despañoles y reducir los indios de aquel disrtito; porque aunque se mandaron reducir en la visita general, no están todos reducidos y se podrían sacar más de mill indios más de los reducidos que están ocultos, y por ser tierra tan poco hollada despañoles no se han descubierto grandes riquezas que el inga labraba en ella. Y el repartimiento de los herederos de Lucas Martín Begaso es jurisdicción e la ciudad de Arequipa, y tendrá como dos mill indios aymares (así) y más de mill indios uros pescadores en el dicho distrito.
Hay de los Lipes a Tarapacá 30 leguas. Hay de los Lipes a Atacama 40 leguas.-- Hay de los Lipes a los Carangas 40 leguas.-- Hay a Potosí desde los Lipes 50 leguas.-- Hay desde los Lipes a Talina 35 leguas.-- Hay desde los Lipes a Tarija 40 leguas.-- Hay desde los Lipes a la tierra de guerra de los omaguacas 40 leguas.-- Hay de los Lipes a los indios cimarrones, que están hacia Omaguaca, 25 leguas.
Puédense proveer los Lipes de comida [63] de Tarapacá y de Atacama y de Talima y Tarija, y al presente se ha llevado de Potosí.
Y para que V.E. más en particular entienda lo dicho y casi será verlo por vista de ojos, lleva Diego Anrrique (así) la pintura y discreción de toda esta tierra.
Del contorno y tierras del Paraguay se podrían sacar con facilidad cuatro mill indios guaranís, gente muy belicosa y guerrera, porque son casi los indios del Brasil y hablan la propia lengua; y podríanse sacar de Tucuma, ques muy abundante de maíz y carne y vale poco; y con estos indios y con doscientos y cincuenta españoles se podría entrar a Chille con facilidad, y apretando a los indios del valle de Arauco y todos los demás que están de guerra, por la otra parte y por ésta, con facilidad se allanarían y se haría grandísimo servicio a Dios y a la magestad real; porque estos indios, pasando la cordillera, correrán todo el estado de Arauco en pocos días, porques gente de montaña y pelean con flechas y macanas, y es gente que jamás representa batalla, sino que dan los asaltos con muchas trasnochadas, en lo cual tienen grandísima ventaja a la gente de Chille. Y estos indios agora diez y siete años salieron con Nuflo de Chaves y el obispo de Paraguay y vinieron rodeando y allanando la tierra, antes que llegasen a Santa Cruz, más de ochocientas leguas, y pasaron por gentes muy belicosas y especial por la provincia que llaman Chiquitos, gente muy belicosa y que tiene yerba. Y estos guaraníes vencieron ya otros muchos hasta llegar a Santa Cruz; por manera que se tiene ya espiriencia desta gente.
De la parte donde se han de quedar estos indios S.M. no tiene ningún provecho de tasa ni de servicio de indios, ni aún de los españoles ni criollos; es gente muy buena para la guerra y buenos arcabuceros y hombres de a caballo y holgaran servir e esta jornada; y de Tucumán, como está dicho, se podrían proveer depósitos de comidas, pues las tienen de cosecha y valen tan poco y aquella tierra no da ningún provecho.
Siendo V.E. servido, yo me ofrezco entablar lo de los Lipes e ir a reducir todos aquellos indios conforme a lo que está dicho en esta relación y llevar la gente necesaria para ello, todo a mi costa y sin queme dé socorro alguno; y entiendo, mediante Dios, hacer en ello un señalado servicio a S.M. y a V.E., porque creo ha de ser tanta grosedad como este cerro, y holgaré en ocsa semejante emplear mi vida y hacienda. Y asimismo, siendo V.E. servido y paresciendo que es cosa conveniente, me ofrezco a entrar a socorrer a Chille con los indios arriba referidos, o sin ellos, como mejor paresciere convenir; porque como hombre que trajo el socorro pasado para aquel reino, deseo llevar este otro para lo allanar, porque como es cosa nueva acometerles por la parte del Pirú, hanlo de extrañar, y aunque les pese se han de allanar.
Con el talento que Dios me dió y con mi persona y hacienda, y con mis amigso y deudos, me ofrezco a servir en estas cosas; V.E., como quien tan bien entiende, será servido de mandar ver si conviene aceptar mi servicio y ofrecimiento, y remitiéndome a Diego Enrique en las demás particularidades que V.E. fuere servido saber, Nuestro Señor la Excma. persona de V.E. guarde por muchos años y en mayor estado acresciente. En Potosí, 8 de noviembre de 1581.
Pedro Sande es la persona que dió orden en hacer las lagunas desta villa conque muelen los ingenios de la ribera della muchos meses más de los que molieran., de que se sigue grandísima riqueza. --Excelentísimo señor. --De V.E. criado que sus excelentísimas manos besa, JOAN LOZANO MACHUCA.
_____(1) Según mi amigo, el insigne americanista y geólogo W. Reiss, estas piedras no son las que Lozano creía, sino la sustancia volcánica denominada Sodalita.
(Original. --Bibl. Nacional; Mss. J. 58, fols. 144-146)
Relaciones Geográficas de Indias vol. II. Marcos Jiménez de la Espada. Madrid, 1967.
[pp. 59-63,]
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